jueves, 7 de mayo de 2015

UNA PROPUESTA OPORTUNISTA



   ¿Trampa o globo-sonda? Ni una ni otro. Simple tomadura de pelo. Susanita, la trianera, bien podía reconocer que por estrategia partidista, metió la pata adelantando las elecciones andaluzas. Ahora que no venga exigiendo al resto de partidos que, por responsabilidad política le dejen gobernar. Éstos hacen lo mismo que ella. No puede pedirles a los demás lo que no se exige a sí misma. Reconozca que calculó mal, y su partido, PSOE-a, perdió votos respecto de las anteriores elecciones. Salvo que contabilizara doble el voto de los suyos, ¿de dónde pensaba sacar apoyos, a sabiendas de que otros aspiraban a participar del mismo pastel? ¿No quería estabilidad? La tenía, y la cambió por inestabilidad. Pues aquélla que abandonó con uno, IU, la va a tener que buscar con cuatro. Lo que consideraba mejor para sus andaluces: imponer su política, ha devenido en lo bueno para LOS andaluces. Pues las políticas que salgan de su gobierno, serán las que se “negocien” con todos los representantes de aquéllos. Metafóricamente: las sevillanas se bailan mejor en pareja que la yenka, que hay que bailarla con uno,…dos,…tres…, y vuelta a empezar…

   Pero… ¡a lo que íbamos! Como los demás, salvo el PP, vienen exigiendo desde hace tiempo un cambio de la Ley electoral, usted se deja caer con una sorprendente “reformilla” de la Ley. El caso es ver si “cuela” un eufemismo más del lenguaje. Pero, va a ser que no,… ¡que no somos tontos! La rápida aceptación, aunque con matices importantes, por parte del PP, evidencian por dónde van los tiros: el mantenimiento del “bipartidismo” que les ha ido tan bien. El reparto, a diestra y siniestra, más cargado a la diestra, de propuestas en el discurso de investidura, esconde un simple deseo de seguir gobernando. Lo cual es totalmente legítimo. Pero cuidadito con el “buen rollito” con Ciudadanos, que éstos huelen a “derecha-liberal-civilizada”, buena escalera para medrar. El tiempo lo dirá… De momento, estos “señoritos” han comenzado a sacar la patita con su “no” en la segunda votación… Como el “centro” lo tienen seguro conviniendo con el PP en cualquier momento, miran más frenar lo que les viene por la izquierda.
   En abstracto cualquier sistema electoral es bueno, con sus pros y contras; pero, en la práctica dependerá del encaje que tenga en la idiosincrasia del cuerpo electoral. La reforma que propone Susana Díaz: desbloquear las listas y segunda vuelta, si no hay mayoría en la primera, es más bien propio de una sociedad más uniforme, con políticos más responsables, transparentes y más apegados a los ciudadanos, cualidad aquélla y virtudes éstas que, hasta ahora, sobre todo, las segundas, han brillados por su ausencia. Esas modificaciones que propone la Presidenta “en funciones”, más bien se enmarcan en un sistema “presidencialista y mayoritario”, adecuado a una sociedad más cohesionada y uniforme. En la nuestra, muy plural y abierta, este cambio de sistema la constreñiría antinaturalmente. Nuestra Ley Electoral, que nació de un Decreto preconstitucional, fue incluida en la Constitución vigente. Y, aunque en teoría, acepta el sistema proporcional, la corrección D´Hondt, lo convierte en cuasi-mayoritario. Esto se tuvo que dar  por bueno entonces, teniendo en cuenta la poca conciencia de participación política que había propiciado la Dictadura y el torrente de grupos políticos que, a la vez que indicaba la natural pluralidad de nuestra sociedad, podía poner en peligro nuestra incipiente democracia, por causa de un Parlamento excesivamente fragmentado. Ya sirvió de experiencia la 2ª  República. Pero aun así, los “padres constituyentes”, con el fin de no repetir errores, tuvieron que admitir en la Constitución, aunque con fuerte resistencia de “la derecha”, el “Estado de las Autonomías”, regulado “provisionalmente” en el título VIII de la Constitución, a la espera de mejores tiempos, que nunca llegaron. (Sobre tema electoral, el lector puede consultar en mi blog: solicitoopinar.blogspot.com.es).
   La sra. Díaz, aunque por edad no vivió aquellos acontecimientos, si, por su formación jurídica, debería estar al tanto del tema. Pero, si no por su especialidad, sí le tendría que haber bastado el aumento esperado de grupos políticos, a los que se dirigía en su discurso de investidura,  ofreciéndoles negociación  en multitud de temas, unos más pertinentes que otros, aunque ninguno más inoportuno que este con la excepcionalidad que lo ha planteado. Así que la futura Presidenta debe ahorrar ponerse chinitas en su camino hacia ella, si no quiere que le vuelvan a salir mal sus cálculos. Más le vale presionar a su partido, reticente a esa concreta modificación, para que en el próximo Parlamento Nacional, que, aparte de ser el órgano institucional competente, reflejará sin duda un similar panel de grupos que el Parlamento andaluz evidencia. Hágame caso, sra. Díaz, evitará a su partido infinidad de problemas en la formación de los gobiernos locales, que resulten de la elecciones que pronto se le avecina.
   Es, pues, dentro de la urgente reforma de la Constitución, donde una de las primeras medidas que tendrá que tomar ese Parlamento renovado, y “rejuvenecido” (que no son sinónimos), será recuperar el espíritu de Aquélla, expresado en su artº 68, especialmente de su apdº 3, que habla de la proporcionalidad. Y el buen sentido común indica una negociación generosa, partiendo de la supresión de los obstáculos, especialmente sustituyendo la corrección D´Hondt, que tanto han perjudicado a los partidos pequeños tradicionales, para que no se repita la misma injusticia con los grupos emergentes.
   Y nada más, pues no es mi intención hacer un largo discurso sobre la materia. Para ello, remito a mi blog, arriba mencionado.


   Manuel Vega Marín. Madrid, 6 de Mayo de 2015


  

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