Ante la propuesta concreta
de Pablo Iglesias a Pedro Sánchez para formar cuanto antes un gobierno de
izquierda, el PSOE, según algunos de sus barones, se ha sentido humillado…
¡Como si al PSOE le hiciera falta que alguien de fuera le pusiera en tal
trance!... ¡Como si no fuera suficiente la continua humillación que se
infringen entre sí los barones y baronesas, provocada por sus “históricas” e
“histéricas” luchas intestinas!... ¿Hay mayor humillación y desprecio que la
que están haciendo esos barones a su Secretario General, elegido por la mayoría
de los militantes? ¿No supone este hecho, además, un desprecio a la voluntad de
sus bases y de sus votantes? Es lógico y normal en un partido democrático el
debate interno en su contienda electoral, como también lo es que cada candidato
busque entre sus afines sus respectivos apoyos… Pero lo que pone de manifiesto
su no disimulada inquina es la actitud hipócrita de cara al exterior. Una vez
elegido el Secretario general, todos, incluidos los discrepantes, dicen que se
ponen a trabajar unánimemente en apoyo del mismo. Todos “sacan pecho” buscando
con ese apoyo una buena “colocación” en los órganos de dirección internos, y
ofreciéndose para ocupar los principales puestos en las Comunidades autónomas o
Ayuntamientos. Pero, una vez obtenidos éstos, basta el primer movimiento, error
o fracaso del líder, para que éste se convierta, rápidamente, en “muñeco de
feria”, al que todos quieren “tirar”. Lo que afirmo es corroborado por lo que viene sucediendo a
raíz de las últimas elecciones, tanto autonómicas y municipales, como en la
generales del 20-D, por no ir más atrás en la historia. Es cierto que con Pedro
Sánchez el PSOE ha cosechado el peor resultado electoral de la democracia; pero
no es menos cierto que esa “debacle” ya venía produciéndose, sin querer
reconocerlo, con anterioridad. Ante este hecho objetivo no vale con sólo echar
las culpas al líder o buscar chivos expiatorios externos. PODEMOS y los
ciudadanos, muchos anteriores votantes del PSOE, que han votado aquella opción,
no tienen la culpa de los garrafales fallos del partido socialista. Es más, no
sé por qué se sienten humillados con la propuesta de P. Iglesias, cuando, a
pesar de haber perdido base electoral, gracias al apoyo de PODEMOS y sus
coaligados, esos barones que ahora ponen “líneas rojas”, presiden varias
Autonomías. ¿No es así señores Fdez. Vara, García Pages, Puig, etc.?
miércoles, 27 de enero de 2016
martes, 19 de enero de 2016
¡ÁNIMO…, PODEMOS…! QUE…¡¡SÍ SE PUEDE!!...
…, Que Zamora no se conquistó en una hora!... No sé si es cierto
aquella frase de Marx: ¡el cielo no se
toma por consenso, sino por asalto!, y que Pablo Iglesias repitió en el
ardor de un mitin; pero lo que si se constató ayer en el Parlamento, mucho
tiempo “bunkerizado”, fue su conquista, después de mucha lucha, por el
movimiento ciudadano 15-M. Y este hecho ha sido lo que ha provocado la gran
sorpresa, tanto para los que ya no estaban, como para los que aún se sientan en
sus escaños. Unos y otros creían que tenían la “nuda propiedad” sobre él. De
ahí que hayamos tenido que oír o leer todo tipo de comentarios sobre la Sesión
de apertura del Congreso. Uno muy prototípico es el del editorial de El País,
considerando la actitud de PODEMOS como un “show”, más propio de platós de
televisión. En esa misma estimación le imita El Mundo, utilizando casi los
mismos términos. Lo cual no tiene nada de extraño, teniendo en cuenta que, El
País, además de ser el “panfleto” difusor de los intereses del “imperio Prisa”
y “oráculo” de Felipe Gonzáles y sus seguidores, es también el “ariete” de
otros intereses económicos y mediáticos…
La opinión de otros rotativos la voy a omitir, pues ellos mismos se
encargan de hacer su propia propaganda, por cierto, bastante negativa.
martes, 12 de enero de 2016
GRAN MENTIRA ES LA SUYA, SR. VARGAS-MACHUCA
Este catedrático de Filosofía Política firma en El País (8-1-16) un
artículo titulado La gran mentira.
Según él el problema de Cataluña, resultante de las elecciones de Septiembre,
es el insólito apareamiento de una
derecha local cleptómana, los independentistas de siempre y una extrema
izquierda de sesgo neolibertario y follonera. Y esa extraña coyunda sólo podría producir colapso
político e inestabilidad contaminante. Pero, contradictoriamente, dice el
profesor, todo este disparate tiene
dos causas remotas, sin cuyo concurso no se hubiera producido: Primera una conciencia nacional escindida y
vergonzante que los españoles arrastramos desde el final de la experiencia
imperial, y la segunda, que la política
no sabe leer una nueva realidad desde que, tras la guerra fría, se desactivaron
los idearios movilizadores del siglo XX, de los que quedan unos cuantos
dogmas, agitados por una política (mejor debería decir políticos) ayuna de inteligencia, que cada bando
utiliza de conformidad con el guión
mediático imperante. Y esta labor es la que realizan los misioneros del credo nacionalista, dada su hegemonía, no sin
contar con la anuencia ruin de unos pocos
poderosos, el apocamiento de biempensantes puestos de perfil y la omisión
irresponsable de los más. El sr. Vargas-Machuca tira la piedra, pero
esconde la mano, pues no aclara quiénes son concretamente esos “misioneros”.
Será porque pretende ocultar la larga connivencia que desde el Gobierno
central, tanto los de Felipe Gonzáles, como los de Aznar, como así mismo, la
“hegemonía” del PSC, incluyendo la frustrada y no investigada denuncia del
Pascual Maragall sobre la problemática “mordida” del 3% de los “convergentes”.
De todo ello algo sabría el sr. Vargas, ya que fue miembro del Comité Federal
del PSOE entre 1976-1996. ¿No habría que contar al sr. Vargas-Machuca entre los
biempensantes que se pusieron de perfil, ocultando a los ciudadanos,
irresponsablemente, todo lo que sabían?
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