Puede que sea pronto para
sacar todas las conclusiones posibles del intenso debate mantenido estos dos
últimos días en el Congreso. No obstante, a juzgar por lo que he visto, me
atreveré a anticipar algunas:
a)
PODEMOS ha cumplido con su compromiso ante la
sociedad y ante sus militantes y votantes de denunciar en la Sede de la
Soberanía Nacional la corrupción y
la parasitación que el Gobierno del
Partido Popular practica desde y en las Instituciones. En este sentido,
la intervención de la nueva portavoz del Grupo Morado, Irene Montero, no ha
podido ser más exhaustiva y brillante. En su larga exposición ha cumplido lo de
llevar al Parlamento lo que se piensa y
se vive en la calle. Otros grupos, pudiendo hacerlo, no se han atrevido a
hacerlo. Y aquí no caben las excusas hipócritas de que no se avisó, de que no se buscó los apoyos suficientes, o de que ese
“instrumento” constitucional está reservado al mayor partido de la oposición,
etc., etc. El artº 113 de la Constitución, que es el que regula tal
instrumento, en ninguno de sus cuatro apartados, recoge tales excusas. Querer
apuntarse al posible éxito de quien, cumpliendo con los requisitos exigidos y
sin tener en cuenta las matemáticas, se ha atrevido con “el mihura”, es ver los toros desde la barrera. ¡Así se
las ponían a Felipe II!