miércoles, 25 de abril de 2018

EL RÉGIMEN DE 1978 ESTÁ AGOTADO



   Los que vivimos aquellos años, incluso militando contra el franquismo y sus herederos, sabemos cómo se gestionó el “proceso constituyente” y la tenida por “ejemplar” Transición. La larga dictadura franquista se basó en tres pilares: el establishment empresarial y financiero, la Iglesia católica jerárquica y el Ejército. Y todo ese entramado de poder está presente en la Constitución de 1978, articulado en torno a la “indisoluble unidad de la Nación española” (Art. 2 CE), la Monarquía (Art. 56 CE), el artº 8 otorgando al Ejército la misión de “defender la unidad territorial, el artº 16 nombrando a la Iglesia Católica por encima de otras religiones, el modificado artº 135, garantizando  al capital el cobro de su trozo de tarta, y, últimamente ha cogido un rango inesperado el artº 155 en su abuso para suspender la Generalitat.

miércoles, 18 de abril de 2018

EL MAGISTRADO LLARENA, UN JUEZ PARCIAL Y “TOZUDO”


   En un artículo anterior, en el que comentaba el auto de la Sala Penal del Supremo rechazando la excarcelación de Oriol Junqueras, decía que más que un auto judicial, es un discurso político, precocinado por unanimidad y de acuerdo con la Fiscalía y el Ejecutivo del Estado, para evitar que el exvicepresident del Govern pueda tomar posesión del cargo para el que ha sido elegido el 21-D (“Más que un auto judicial, un Alegato político”). Unas líneas más abajo tachaba el discurso de los magistrados de apriorístico e interesadamente preventivo, un tanto incoherente y contradictorio.
   En otro posterior trabajo (El Magistrado Llarena, erre que erre…”) en el que comento la negativa de este instructor a la petición de Junqueras de ser trasladado a una prisión cercana a su familia, además de reafirmarme en mi idea anterior, digo que el magistrado Llarena no tiene el más mínimo escrúpulo en seguir utilizando argumentos escasamente jurídicos y, algunos de ellos, dudosamente democráticos. A ambos trabajos remito al lector