Dice un refrán castellano
que no
hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que el que no quiere
oír. Pues bien, a quien mejor se puede aplicar hoy tan sabio aforismo
es al sr. Rajoy. Porque, por lo visto es el único, junto con sus servidores
internos y externos, que no ha visto ni oído lo que el domingo sucedió en
Cataluña: no ha habido un referéndum de autodeterminación
en Cataluña…, hoy no hemos asistido a ninguna suerte de consulta, sino a una
mera escenificación –paripé lo
llama al que se permite el lujo de coger un avión, pagado por todos, para ir a
Sevilla a festejar al patrón de los ángeles custodios-. Esos ángeles custodios de todos los españoles, que actúan con todos sus recursos legales
ante cualquier tipo de provocación y que lo hacen con eficacia y con serenidad… ¿?. Sobran comentarios ante tanta
mentira. Sólo uno: si nada de eso ha ocurrido, o si ya se sabía que el
referéndum no iba a tener efectos legales, ¿a qué viene tanto envío a Cataluña
de tantos policías y guardias civiles? Pues porque, según el concepto que Rajoy
tiene de democracia es el de “ordeno y mando”, que para eso están pronto los
cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Siendo jurista, poco cree en el
derecho y las leyes aplicadas correctamente, no al capricho de un fiscal
general nombrado ad hoc