En esta España que se cree “postmoderna” basta que un ciudadano/a
exprese una opinión sobre cualquier tema, para que los que no conocen la tribu
porque aún no han salido de la “caverna”, toquen a rebato por temor a perder el
estatus que les ha proporcionado la cátedra o el púlpito del “pensamiento
único”. Ya no sólo estos casposos meapilas se escandalizan del sexo, sino que
se abre un debate de viejas beatas, cotilleando al ver en el Parlamento a una
diputada-madre dando teta a su hijo.
martes, 24 de mayo de 2016
LA RELIGIÓN, EL HECHO RELIGIOSO
Si algo puso de
manifiesto Freud y su Psicoanálisis es que la irracionalidad es inherente al
ser humano. Y, como tal hecho “antropológico”, está al margen de “lo bueno” y
“lo malo”; de “lo falso” y “lo verdadero”. Es cierto que la educación y la
culturización contrarrestan los posibles efectos negativos de tal hecho en
determinadas circunstancias o momentos concretos, pero no es menos cierto que
nunca se conseguirá, mientras el hombre sea hombre, erradicar la fuente de la
irracionalidad. Es la eterna lucha entre los impulsos provenientes del “ello” y
las represiones del “superyó”. Esa lucha se mantendrá, aunque sea en un
circular ten-con-ten de cesiones mutuas: el instinto sexual no podrá
practicarlo el “ello” en la calle, pero, de alguna manera, el “superyó” tendrá
que compensarlo, bien con una salida enfermiza como es la “neurosis”
individual, o mediante todo un “ritual colectivo”, aceptado por una sociedad
fácilmente escandalizable. Por esto, aunque, hayamos comenzado citando a Freud,
no es nuestra intención tratar de esa irracionalidad, objeto de la
psicopatología. Sólo como un hecho que se da en personas “ordinarias”, sin que,
las tengamos que tender en el “diván” del psicoanalista. Esta irracionalidad la
vemos “encarnada” en el hombre religioso. Y lo primero que constatamos es que
tal sujeto, analfabeto o culto, está inmerso en un conjunto de creencias, que
hacen referencia a un mundo extraordinario denominado “sobrenatural”, que,
incluso, dan “sentido” a su vida. A tal conjunto de creencias es a lo que,
provisionalmente, podemos llamar Religión. Es su “extraordinariedad” la que nos
incapacita para juzgar dicha vivencia con los criterios de “falseamiento”,
propios de los métodos que la razón y la ciencia utilizan para estudiar “la
realidad” de la naturaleza, incluyendo en ésta la misma subjetividad.
martes, 10 de mayo de 2016
ANTE NUEVOS PROBLEMAS, NUEVOS INSTRUMENTOS CON QUE HACERLES FRENTE
El éxito de PODEMOS, obtenido en tan poco
tiempo, es haber sabido encontrar el instrumento y la estrategia con los que
poder aglutinar a la población “indignada” que llenó plazas y calles el 15-M, y
que conformó las llamadas “mareas”. En tales manifestaciones, aparte de
reivindicar la dignidad como ciudadanos, se reivindicaban también derechos y
servicios públicos que afectaban por igual a todos, independientemente de
edades, situación socio-laboral o identificación ideológica en la que se habían
reconocido. Si algo ha conseguido el actual voraz y salvaje capitalismo ha sido
que los trabajadores “suspendieran” lo que los clásicos del Marxismo llamaban
“conciencia de clase”. En el franquismo las Universidades Laborales fueron
centros idóneos para “desclasar” de sus familias a los alumnos. Ese mismo
objetivo se propusieron los “sindicatos verticales”, creando la ficción de que
los intereses de los trabajadores y sus patrones-empresarios eran los mismos.
En el período de vacas gordas de la economía, el desarrollo del crédito y otras
formas de pago, los empleados por cuenta ajena, que sólo disponían de su
“fuerza de trabajo”, con la que apenas podían dar de comer a sus familias,
pudieron sentirse “nuevos ricos”, poseedores, como sus patronos, de vivienda,
automóviles, electrodomésticos, etc., etc…
UN EDITORIAL CARGADO DE MENTIRAS
Me estoy refiriendo al
editorial de El País (22-4-16). En
efecto, no se pueden acumular tantas mentiras en tan pocas líneas. Enumeraré
algunas:
-Cualquiera de los presentes en el acto, lo haya escuchado o visto por
vídeo, si es objetivo, no podrá afirmar que Pablo Iglesias atacó a la Prensa,
ni, mucho menos, a la Libertad de Expresión. Sólo se dirigió a un reportero de El Mundo para criticarle, no sin cierta
ironía, que algunas veces, muchos profesionales se ven obligados, si quieren
progresar en la empresa, a destacar en las portadas, lo que interesa (siempre
malo tratándose de PODEMOS) al grupo de dirección. Y, consecuente con esa
ironía, el propio Iglesias le sugirió al reportero concernido algunos “titulares”,
con que, sacados de contexto, bien podría medrar en su “medio”. Por tanto,
Iglesias no atacó a la prensa. Más bien defendió el derecho que tiene todo
periodista a ejercer libremente su profesión, sin estar coartado por intereses
partidistas o económicos muy ajenos al deber que los ciudadanos han encomendado
a esas empresas de ser informados veraz e imparcialmente. El contenido, pues,
de tal información debía haber sido las ideas que el conferenciante trataba de
transmitir al auditorio. Entre otras, y así lo repitió, aprovechando las tesis
del libro que se presentaba, que PODEMOS es un partido de orden, cuyo objetivo
es la defensa de la ley y de las instituciones. Como lo interpreta Santiago
Alba, una fuerza que ha nacido con el
único propósito de “representar” a esa mayoría social abandonada a las
“afueras” del Parlamento y en los “arrabales” de los periódicos. Librar a
las leyes y a las instituciones del mal uso político-social que el largo
periodo bipartidista ha hecho de las mismas, valiéndose de una prensa afín y
domesticada. Algo que también expresa El Gran Wyoming: el revulsivo que ha supuesto la presencia de Podemos ha venido bien a
esta sociedad que se encontraba adormecida y con unos representantes políticos
que, una vez elegidos, ocupaban sus escaños desde la resignación, caminando por
el estrecho margen que dejaba la coyuntura, y planteando propuestas que no
contradijeran la voluntad de los poderes reales…
martes, 3 de mayo de 2016
EL “ESPACIO BONITO” DE ADA COLAU TERGIVERSADO POR LOS ILUSTRADOS DEL 78.
(Crítica a Santos Juliá, El País 24-IV-2016)
La aparición en las nuevas
generaciones de gente con mayor preparación intelectual para hablar sobre temas
políticos (…) ha sido clave para poner en evidencia el estilo del viejo
intelectual que cree que puede opinar sobre cualquier asunto sin haber hecho
unas lecturas mínimas al respecto. (“La desfachatez intelectual”. I. Sánchez-Cuenca.
Ed. Catarata, pg. 14).
¿Recuerda el profesor Santos-Juliá quién y cómo acabó con aquella “Niña bonita que fue la recién nacida República española, preñando
22 agrupaciones políticas a las Cortes Constituyentes de 1931? Francisco
Franco, que con un grupo más pequeño de hombres, pero con mayor “virilidad”,
engendraron otra “niña fea”, “bautizada” con el nombre de Democracia Orgánica
(cabría decir “orgásmica”). Claro que este “parto” se gestó en una guerra civil
y cerca de un millón de muertos. Muchos de ellos todavía yacen en las cunetas,
después de otro parto, muy celebrado por el profesor, que fue el de la
Transición. Y que no vengan los socialistas justificándose con que fueron
ellos, cuando gobernaban, quienes promulgaron la Ley de Memoria Histórica. Pues
mucho antes pudieron haberlo hecho los Gobiernos del tan loado y añorado por
muchos “bipartidismo”. Ahora lo llamarían “gran coalición”. Sólo una excusa: la
de que aquél “papaíto”, tan viril, lo dejó, si no “todo bien atado”, casi todo…
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