Se puede pensar, yo al
menos, que el “comunicado” de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) contra
PODEMOS, es un ataque más, esta vez precocinado y preparado de antemano. Y lo considero
así por varias razones: una, por lo inesperado del mismo sin que hubiera algún
hecho previo que lo justificara; dos, tal comunicado es una acusación en toda
regla sin que los ofendidos o acosados den la cara, y presenten las pruebas
exigibles por cualquier Juzgado; tres, porque la APM no es un Tribunal de
Amparo, ni un Sindicato o Colegio Profesional de colegiación obligatoria, que
tuvieran que salir en defensa de sus afiliados. Más bien es un lobby de presión manipulado por las grandes empresas
de la información, como si fuera poca la distorsión informativa e ideológica,
que pretenden imponer desde los consejos de administración de las mismas. Y
cuarta, la rapidez con que el resto de partidos han acudido al “toque de
arrebato” lanzado desde esta entidad privada.