martes, 30 de abril de 2019

LAS ELECCIONES, ¿FIESTA DE LA DEMOCRACIA O MERCADILLO DEMOSCÓPICO?


  Yo contestaría que ambas cosas a la vez. Igual que hay profesionales y empresas dedicados al montaje de fiestas, sin cuya contribución difícilmente dichos festejos serían posibles, lo mismo ocurriría respecto de la “jornada electoral”, si los profesionales de las empresas demoscópicas no la “vistieran de flamenca y la jalearan”. Es saludable que los eventos que haya que hacer, se hagan, si ello es posible, festivamente. Así lo demanda el carácter de los españoles…

sábado, 13 de abril de 2019

UN WATERGATE MUY PROPIO DE LA ESPAÑA CAÑÍ…


UN WATERGATE MUY PROPIO DE LA ESPAÑA CAÑÍ…
   “El Estado también se defiende desde las cloacas”. Algo así dijo Felipe Gonzales siendo Presidente del Gobierno, y “de aquellos polvos, estos lodos…”. Aunque parece que sobre este tema ya se ha dicho casi todo en estos días, aún faltan unas declaraciones rotundas y una persecución real por parte del Presidente Sánchez y de su Gobierno de todas las ratas que siguen pululando por los desagües y alcantarillas, sin que esos contaminantes roedores lleguen a las depuradoras públicas. Como dudo mucho de que ello se vaya a producir, que por lo que a mí respecta como demócrata,  ¡conste mi más firme protesta!

sábado, 6 de abril de 2019

UNA ESPAÑA CADA VEZ MÁS OLVIDADA


   Los que tuvimos necesidad, bien por estudios o por trabajo, de salir de los pueblos que nos vieron nacer, y nos instalamos en las grandes ciudades, todavía volvíamos a nuestro terruño con nuestros hijos pequeños para que, además de vivir unos días  como vivieron sus padres, conocieran a sus abuelos y primos, y no se desenraizaran del todo. Aprovechábamos fundamentalmente las vacaciones, fiestas o eventos familiares, alegres o luctuosos, para tales regresos. Algunos aprovechábamos, también, ese tiempo de ocio para visitar otros pueblos y ciudades, a fin de inculcar en la aún moldeable mente de muestra prole la diversidad de nuestras gentes y territorios, a la vez que le fomentábamos y enseñábamos las diferentes culturas y lenguas, arte o geografía. Así yo, por lo menos, tengo la sensación de que mis hijos aprendieron sobre la realidad y con divertimento las asignaturas que en el colegio se enseñaban de manera más teórica, árida y lejana. Tuve la suerte de que mis hijos disfrutaban más haciendo rutas variadas por pueblos y villas, que torrándose en las playas. Eso sí; muchas veces tenían que aguantar o aburrirse mientras yo apuraba mi vinito en el bar debatiendo con el cura, el maestro o con el primer parroquiano que se prestara.