martes, 27 de marzo de 2018

EL ATAQUE MACHISTA DE VARGAS LLOSA CONTRA EL FEMINISMO


   No es extraño que “lo que tiene más desmoralizado (a Vargas Llosa) es que la literatura pudiera desaparecer”. Él dice que porque es lo  que mejor le ha defendido del pesimismo. No voy a entrar en su psiquismo para ver de qué pesimismo se trata. Desde luego, lo que sí podemos constatar, pues es público y notorio, es el alto standing social que le ha proporcionado “vivir del cuento”. Hasta un Nobel le ha proporcionado su arte de juntar palabras. No dudo de sus méritos. Pero eso no le da derecho ni título a ir por el mundo pontificando de omnibus rebus,  cual gran gurú, desde la política hasta el psicoanálisis. Por esto me cae tan antipático el porcelanoso. Reconozco que su pomposo nivel de vida y el optimismo que éste y la lectura de Popper le proporcionan, hasta ahora, sólo se lo haya podido disminuir la amenaza de ser envenenado en un restaurante ruso o el  “irresponsable y tercermundista Trump apretando el botón nuclear. Qué ocurra en su patria, Perú, una vez instalado en Europa de “beautiful peuplel”, después de perder en el enfrentamiento electoral con Fujimori.

viernes, 16 de marzo de 2018

CRÍTICA SOBRE LA “INFORMACIÓN” DEL LUCTUOSO SUCESO DE GABRIEL


   Desde que el pasado 27 de Febrero se conoció la noticia de la desaparición del niño de ocho años, Gabriel Cruz, apodado por sus colegas el “Pescaíto” por su afición a estos animalitos, todos los medios informativos, sobre todo las televisiones, han dedicado tiempo y espacio más que suficientes para difundir los pormenores de tan desagradable suceso. Ello nos libera de repetir lo que ya todo el mundo sabe, para centrar nuestro trabajo en comentar el comportamiento de los vecinos ante la casa-cuartel de la Guardia Civil de Almería, donde desde ayer se encuentra detenida la presunta autora (o inductora) del trágico final de Gabriel. Una multitud de ciudadanos, cual jauría humana, rodeaba la verja del cuartel de la Benemérita “aullando”, más que reclamando, cadena perpetua o pena de muerte para la detenida, y exigiendo el asalto al calabozo o la expulsión de la detenida a la calle, donde fácilmente hubiera podido ser lapidada por la multitud enrabiada. Al tratarse de una inmigrante de piel morena, no han faltado, además, todo tipo de expresiones xenófobas.