Desde que el pasado 27 de Febrero se conoció la noticia de la
desaparición del niño de ocho años, Gabriel Cruz, apodado por sus colegas el
“Pescaíto” por su afición a estos animalitos, todos los medios informativos,
sobre todo las televisiones, han dedicado tiempo y espacio más que suficientes para
difundir los pormenores de tan desagradable suceso. Ello nos libera de repetir
lo que ya todo el mundo sabe, para centrar nuestro trabajo en comentar el
comportamiento de los vecinos ante la casa-cuartel de la Guardia Civil de
Almería, donde desde ayer se encuentra detenida la presunta autora (o
inductora) del trágico final de Gabriel. Una multitud de ciudadanos, cual
jauría humana, rodeaba la verja del cuartel de la Benemérita “aullando”, más
que reclamando, cadena perpetua o pena de muerte para la detenida, y exigiendo
el asalto al calabozo o la expulsión de la detenida a la calle, donde
fácilmente hubiera podido ser lapidada por la multitud enrabiada. Al tratarse
de una inmigrante de piel morena, no han faltado, además, todo tipo de
expresiones xenófobas.
Lo que me interesa es indagar y resaltar la causa o causas que hacen que
el ser humano pueda cambiar de actitud ética tan radicalmente ante un suceso,
cuyo comienzo ya es doloroso de por sí, pero que, a medida que pasa el tiempo,
se prevé un final aún más amargo. ¿A qué obedece que la solidaridad mostrada
por los miles de voluntarios presentes físicamente sobre el terreno y muchos
más apoyándoles en espíritu para que la búsqueda culmine felizmente, pueda
mutarse en irracional agresividad, como si tal comportamiento pudiera cambiar
lo ya sucedido?
Hay causas psicológicas conocidas en las que no voy a entrar. Pero sí
resaltar otras externas, que pudiéramos calificar de sociológicas y políticas,
e, incluso, de mercantiles y oportunistas. Todas ellas inducidas. Estas causas
no sólo se dan en sucesos como el que contemplamos, con mucha carga de emotividad
humanitaria, sino que están presentes en otros con menor dosis de afectividad. Que
existan gentes, grupos de individuos, en definitiva, “poderes” que intentan
interferir en el conjunto de las relaciones humanas, induciendo en ellas, a
veces con mentiras y sin escrúpulos, sus propios intereses u objetivos, es algo
ya tenido como lógico y normal. Creo, no obstante, que no debemos considerar
normal la “normalidad” con que se usa la gran capacidad de influencia con que
cuentan hoy los “medios”, especialmente la Televisión, para manipular y
perturbar los sentimientos ciudadanos ante hechos como el sucedido al pequeño
Gabriel u otros similares que, desgraciadamente, ocurren todos los días, pero
unos más que otros son amplificados en función de determinados o “sospechosos”
intereses… No considero nada exagerado sospechar del uso morboso e interesado
de la muerte de Gabriel por grupos políticos, como el PP y su comparsa C´s, así
como de los “medios” y cierta parte de la ciudadanía, en favor de su tesis de
la “prisión permanente revisable”. Coincidiendo con los días de la desaparición
del Pescaíto, los padres de Diana Quer, de Marta del Castillo, Mariluz Cortés,
de Yérimi Vargas o Sandra Palo han estado recogiendo firmas con las que poder
presionar a los grupos políticos que este jueves discutirán en el Congreso
abolir tal pena, introducida en nuestro CP a raíz de terrorismo yihadista.
Estos grupos políticos, utilizando las facilidades que les ofrecen los medios,
especialmente, la TV, no tienen el más
mínimo escrúpulo en agitar los instintos más básicos y ancestrales de muchas
personas para tomar las calles, incendiar las redes sociales exigiendo juicios
sumarísimos, restablecimiento de la pena de muerte o el pudrimiento en la
cárcel que supone la “cadena perpetua”. Por no hablar de las derivas xenófobas,
políticas ultraderechistas o antifeministas patrocinadas por Jiménez Losantos y
otros compinches de similar calaña. Hasta el propio portavoz del PP, Rafael
Hernando, ha aprovechado el velatorio del cadáver de Gabriel para declarar que "intentar derogar una herramienta que
puede ser útil para que asesinos que cometen estos crímenes con esta terrible
trascendencia y que causan tanto dolor, sepan que no van a salir de la cárcel
si la sociedad española no tiene las garantías suficiente de que esa persona
está rehabilitada". Y ello a sabiendas de que tal castigo, aparte de
ser anticonstitucional, según se han expresado ilustres penalistas y
constitucionalistas, la experiencia demuestra que es ineficaz. Dicha actitud,
además de mostrar un oportunismo político y electoralista, descubre la
intención del Gobierno de tapar su ineptitud, así como de desviar la atención
de la ciudadanía de los procesos judiciales, que, paralelamente, transcurren
sobre los casos de corrupción del partido, PP, que lo sustenta.
Puede ser “comprensible” que la gente muestre su dolor solidario a los
familiares de las víctimas con cierta rabia. Pero, como dice J. Gallego (de
Carne cruda), es mezquino utilizarlas (la
rabia de la gente y el dolor de la familia)
con fines electoralistas como hace por enésima vez el PP, promoviendo mantener
una pena que no puede evitar estas horribles muertes y que nos devuelve a los
oscuros tiempos de la ley del Talión (eldiario.es, 13-3-18). En estos días
las cadenas de TV, unas más que otras, han recubierto de morbo y convertido en
un “eco de sociedad” más este luctuoso suceso. Mañana lo harán con otro… vaya
usted a saber…
Crímenes tan horrendos y salvajes como el del pequeño almeriense, más
que hacernos retroceder a nuestro bestialismo ancestral, debieran extraer de
nuestra humanidad, como así se ha demostrado también en estos días, lo mejor
que nos ha dado la racionalidad y la cultura. Y la compasión solidaria con la
familia de la víctima, debiera demostrarse, más que con presencias
protocolarias o abrazos hipócritas ante las cámaras, interiorizando cada cual y
propagando los sentimientos de Patricia Ramírez, más afectada como madre,
manifestados por ella, y que resumo textualmente en dos párrafos siguientes: se ha
generado un movimiento muy bonito gracias a mi hijo. Me gustaría que
continuara. Están apareciendo muchos mensajes pidiendo muerte o maldad.
Entiendo que estas personas tienen la misma rabie dentro que yo, pero que lo
usen para pedir bondad en el mundo… Que nadie hable de esta mujer más, que no
aparezca en ningún sitio y que nadie retuitee cosas de rabia, porque
ese no era mi hijo y esa no soy yo. Que paguen lo que tengan que pagar, pero
que lo que quede de este caso sea la fe y las buenas acciones que han salido
por todos lados y han sacado lo más bonito de la gente. No puede quedar todo en
la cara de esta mujer y en palabras de rabia… Ante estos pensamientos,
sólo “chapó”, no más comentario. Sí hacer mención de la entrevista de los
padres, Patricia y Ángel, en el programa Desaparecidos de TVE, dirigido por
Silvia Intxaurrondo y P. Lobatón. Después de agradecer la cobertura
informativa, y del “magnífico” trabajo de la G.Civil, no obstante, aseguraba Patricia lo muy
difícil que era y sigue siendo levantarse y escuchar cosas que sabes que no son
verdad, y que las están escribiendo y que son duras. Es también Patricia quien
afirma que en determinados momentos y
contextos, la ética y los principios deben estar por encima de los intereses y
de vender, en este caso, contar… (Estas menciones están recogidas de sendos
arts. de eldiario.es de 15-3-18).
Bien está que la ciudadanía esté puntual y verazmente informada de los
sucesos más destacados que puedan influir en las relaciones sociales. Lo que ya
no es tan puntual por su dilatada presencia en los espacios informativos, ni
tan veraz por el “cotilleo” en algunas “tertulias” radio-televisivas, es que
determinados sucesos, que debieran ser investigados, tratados o discutidos por
determinadas instituciones y profesionales con la debida prudencia y
discreción, sin merma el derecho de tal derecho, sean tratados por las cadenas
de televisión con la desmesura repetitiva de los mejores momentos tragi-cómicos
de una serie exitosa. Es el propio teniente coronel de la UCO, Hernández
Mosquera, quien ha afirmado que algunos medios de comunicación han llegado a
entorpecer su labor investigadora. Si
las empresas mediáticas se lo proponen, del más nimio acontecimiento social o
político pueden hacer todo un magno espectáculo, ocultando bajo sus bambalinas
los más oscuros intereses políticos o comerciales. Basta aprovechar las ganas de
ocio, la incultura de la gente, o, en casos como este, para, a través de los terminales propagandísticos
en que se convierten los televisores que presiden los salones y cocinas de los hogares
más recónditos del país, dirigir la emotividad del ciudadano medio, y que éste
“consuma” el más luctuoso acontecimiento, como cualquier producto de
“mercadona”…
Hay que pensar también, si se quiere, malpensar, que todo ese “montaje”
televisivo o de otros medios conlleva un importante gasto financiero que debe
ser rentabilizado de diferentes maneras; desde el “dividendo” a la propia
empresa en forma de objetivo cumplido o aumento de la audiencia, hasta el
reparto entre los trabajadores de la comunicación, en forma de méritos
profesionales y primas monetarias. Tampoco hay que descartar, no se
escandalicen, que ciertos familiares de víctimas, dado que hay botín a
repartir, no tengan el menor escrúpulo en aprovecharse del mismo. Mi falta de
pruebas me impide hacer conjeturas… Llegado a este punto, prefiero concienciar
al lector del avance que supondría para nuestra convivencia social, de cuánto
maduraría nuestra democracia, y cuánto, en definitiva, seríamos mejores, si
esos ingentes y frecuentes presupuestos, públicos o privados, se invirtieran en
fomentar todas nuestras capacidades, individuales o colectivas, en todos los
ámbitos culturales y humanos en general. Imagínese el lector, sin salir del
medio televisivo, cuánto aprenderíamos los ciudadanos, singularmente los que
más usan este medio por no disponer de otros, si los tiempos dedicados por las
empresas televisivas a los habituales debates y tertulias de “pacotilla”, fueran
ocupados en ofrecer auténticos y desinteresados debates sobre los diferentes
temas que surgen cada día, y que éstos fueran analizados y expuestos por
verdaderos expertos, en vez de ser tratados oportunista y distorcionadamente
por algunos seudoperiodistas, que sólo representan la “voz de su amo”, sin la
menor preparación intelectual y profesional.
Lo que me ha motivado a poner en papel y compartir estas reflexiones ha
sido la indignación que me produce el desparpajo, la prepotencia y la
naturalidad con que intentan nuestros actuales gobernantes disimular u ocultar
su grosera corrupción y su ineficaz, por no decir nula, gestión política.
Primero echaron las culpas a una seudocrisis, provocada, en todo caso, por el
sistema económico que ellos mismos apoyan y mantienen. Luego no tuvieron el más
mínimo inconveniente, como si de algo sin importancia se tratara, de escurrirse
el bulto, endosándole a la justicia su responsabilidad en solucionar el
sempiterno asunto de Catalunya, y que fuesen los fiscales y jueces los que lo
hicieran en la manera autoritaria que observamos en cada “auto”. Por cierto, en
este asunto político también se valieron de estos mismos medios, para fomentar
y jalear el ¡a por ellos, oe;… a por
ellos…! Han recortado, incumpliendo la Constitución que tanto defienden,
derechos socioeconómicos, políticos y civiles, recuperados o conquistados en la
dictadura, para, con sus reformas y decretos-leyes, retrotraernos a tiempos
oscuros del autoritarismo, etc.,… etc.,…etc… Y todo ello de la manera
aparentemente más sencilla: ha bastado con poner en marcha toda la maquinaria
disponible, especialmente las cadenas de televisión, empezando por la pública y
continuando por las privadas (debemos denunciar las cadenas TV-3 y TV-5), la
radio y la prensa escrita (ABC y La Razón), que, raudos, se han prestado a
servirles de lacayos portavoces. En reciprocidad, el Gobierno con apoyo de Psoe
y C´s se presta a ser el instrumento que
ponga en práctica las medidas socioeconómicas que más favorecen los intereses
de los poderes bancarios y financieros, amos o accionistas de los tres grupos
–Atresmedia, Mediaset y Prisa- más importantes del mundo de la información y de
la comunicación. Y, como en los negocios no rige la moral, y el actual Gobierno, mientras cuente
con los apoyos mencionados, no da señales de cambio, seguiremos soportando, no
sólo la actual situación que venimos denunciando, sino también las quejas
hipócritas de los mismos grupos empresariales o políticos que patrocinan y
fomentan este tipo de conductas. Lo aberrante es que los que se están “
forrando” con este tipo de políticas lo sigan haciendo, compensando la
permisividad del Gobierno, con crear en la ciudadanía, utilizando sus poderosos
medios, la sensación de normalidad en todo lo que acaece; que las políticas que
se practican son las adecuadas (como Dios manda); que vivimos en el mejor de
los mundos posibles, y que intentar recuperar, ya que no mejorar, las
“posibilidades por encima de las cuales vivíamos”, es dejarse atrapar en las
redes de los demagogos que intentan llevarnos al utópico país de las maravillas.
Pero lo esperanzador es que la ciudadanía está reaccionando cada vez más
convencida, contra ese “señuelo engañoso” utilizado por los grupos económicos y
financieros y las falsas e ineficaces políticas de los partidos que les apoyan.
Llevamos días en que en las calles resuenan las protestas reclamando derechos
como pensiones justas, que trascienden cualquier ideología o estrategia
partidista. Pues cobrar una pensión digna a la jubilación, viudedad, etc.,
afecta por igual a hombres y mujeres en esa situación hoy, que a jóvenes y
jóvenas de mañana.
Más importante aún por motivos que no vamos a desgranar aquí, ha sido la
“Movida Feminista” y su “huelga” del 8-M. Sus derechos fundamentales, como
persona y ciudadana, en nada deben diferenciarse de los de los hombres por el
hecho biológico o sexual de ser mujer. Este ha sido, a mi modesto parecer, el “meollo”
de la gran protesta protagonizada por millones de mujeres en muchas naciones de
Europa y del Mundo. La “transversalidad” que ello comporta también supera
cualquier estrategia partidista; por lo que ha resultado de lo más ridículo el
gesto de PP y C´s de colgarse el lacito morado a última hora, después de haber
despotricado tanto…. Sirvan estos
últimos párrafos de adhesión y homenaje a estas movilizaciones, al mismo tiempo
que para instar a reconocer que sólo con el inconformismo intelectual y el activismo
social los ciudadanos podremos retener los derechos obtenidos, e ir
conquistando otros. No olvidemos que la Democracia real es un “horizonte” a
conquistar. Es, además, la única manera pacífica de que dispone la mayoría,
para, si no acabar, sí tener a raya, las conductas que venimos criticando. Y de
impedir que los poderes “ocultos” puedan beneficiarse de los resquicios de
libertad proporcionados por la
democracia, ni utilizar en su exclusivo provecho los avances tecnológicos, ni
que ciertos ciudadanos agrupados en partidos políticos desacrediten la dignidad
de la Política, corrompiéndose y corrompiéndola una vez llegan a “tocar poder”.
Volviendo al tema que venimos criticando, denunciamos
enérgicamente los últimos actos en los que se ha desarrollado y representado
este bochornante oportunismo “politiquero”. No fue suficiente el escenario de
la catedral de Almería, donde con el mayor boato se han llevado a cabo las
exequias religiosas del Pescaíto, con la presencia de la Vicepresidenta, el
Ministro de Interior y otros representantes políticos, dejando casi en un
segundo plano a sus progenitores. Ha sido necesario también convertir el
Congreso de los Diputados, sede de la Soberanía Nacional, en una como plaza de
toros, en cuyos palcos y tribunas destacaba
la presencia de familiares de víctimas,
convertidos estos días en “peñas taurinas” por su activismo en pro de la no
derogación de la “prisión permanente revisable”. Como torero que les brinda la
muerte de su “morlaco”, el diputado del PP, sr. Bermúdez de Castro, ha instado
al tendido a mirar y aplaudir, de pie, en reconocimiento de su inestimable
apoyo a la “fiesta”. Ante semejante ovación y aprovechando el terreno que
pisaban y el ambiente a su favor, sus palabras de agradecimiento se han tornados
“dardos incendiarios” lanzados a la otra parte del tendido no de acuerdo con la
“faena”. En definitiva, el “respetable” no muy entendido habrá tomado dichas
declaraciones como si provinieran de la más solvente cátedra taurina. En fin,
todo muy propio de la España cañí.
Por si todo hubiera sido poco, el Presidente
del Gobierno, que debiera serlo de todos los españoles, en un gesto de
vergonzante parcialidad, ha recibido y apoyado a estos “portavoces de la
irracionalidad”, poniéndose él en el máximo de los ridículos, al mismo tiempo
que despreciaba a los auténticos representantes de los ciudadanos que no opinan
como su partido en un tema tan delicado para todos los españoles. Ya sólo
falta, para rematar la faena, que en las próximas elecciones algunos de esos
familiares de víctimas encabezaran o rellenaran algunas de las listas del
Partido Popular o Ciudadanos. No sería la primera vez…
Y aquí lo dejo…
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