Me estoy refiriendo al
editorial de El País (22-4-16). En
efecto, no se pueden acumular tantas mentiras en tan pocas líneas. Enumeraré
algunas:
-Cualquiera de los presentes en el acto, lo haya escuchado o visto por
vídeo, si es objetivo, no podrá afirmar que Pablo Iglesias atacó a la Prensa,
ni, mucho menos, a la Libertad de Expresión. Sólo se dirigió a un reportero de El Mundo para criticarle, no sin cierta
ironía, que algunas veces, muchos profesionales se ven obligados, si quieren
progresar en la empresa, a destacar en las portadas, lo que interesa (siempre
malo tratándose de PODEMOS) al grupo de dirección. Y, consecuente con esa
ironía, el propio Iglesias le sugirió al reportero concernido algunos “titulares”,
con que, sacados de contexto, bien podría medrar en su “medio”. Por tanto,
Iglesias no atacó a la prensa. Más bien defendió el derecho que tiene todo
periodista a ejercer libremente su profesión, sin estar coartado por intereses
partidistas o económicos muy ajenos al deber que los ciudadanos han encomendado
a esas empresas de ser informados veraz e imparcialmente. El contenido, pues,
de tal información debía haber sido las ideas que el conferenciante trataba de
transmitir al auditorio. Entre otras, y así lo repitió, aprovechando las tesis
del libro que se presentaba, que PODEMOS es un partido de orden, cuyo objetivo
es la defensa de la ley y de las instituciones. Como lo interpreta Santiago
Alba, una fuerza que ha nacido con el
único propósito de “representar” a esa mayoría social abandonada a las
“afueras” del Parlamento y en los “arrabales” de los periódicos. Librar a
las leyes y a las instituciones del mal uso político-social que el largo
periodo bipartidista ha hecho de las mismas, valiéndose de una prensa afín y
domesticada. Algo que también expresa El Gran Wyoming: el revulsivo que ha supuesto la presencia de Podemos ha venido bien a
esta sociedad que se encontraba adormecida y con unos representantes políticos
que, una vez elegidos, ocupaban sus escaños desde la resignación, caminando por
el estrecho margen que dejaba la coyuntura, y planteando propuestas que no
contradijeran la voluntad de los poderes reales…
No estoy seguro de que P. Iglesias cometiera un error, del que haya
tenido que pedir perdón, al referirse al reportero de El Mundo, dado el tono amistoso en que lo hizo. De lo que no tengo
la menor duda es de que el “genio ocurrente”, por tacticismo o sin él, ha
conseguido lo que hacía tiempo necesitaba ese cuarto poder: un gran
debate y una autocrítica sobre la “sacrosanta” libertad de expresión, y de cómo
las “empresas”, que se creen únicos sujetos de tal derecho, deben utilizarlo en
un democracia auténtica. Gracias a esa supuesta ofensa de P. Iglesias, el
derecho a una información “sana” para los ciudadanos, y el derecho de los
periodistas a no tener que aguantar informativos manipulados, no seudodebates
televisivos, ni despidos en televisiones públicas, o, en fin, ERES como el que
afectará a 224 profesionales de Unidad Editorial, dueña de El Mundo. No puede haber información libre sin periodistas libres,
que no tengan temor a perder su trabajo, era lo que Iglesias quiso decir al
reportero Carvajal, porque haga “titulares” a gusto o no del patrón. Los
ciudadanos tenemos derecho a exigir una honesta información, sin que ello tenga
que suponer para el periodista un “martirio”. Nos conformaríamos con que los
informadores sean solidarios entre sí, lejos del corporativismo que vienen
practicando ciertas asociaciones de prensa, se planten ante ruedas de prensa en
plasmas o sin preguntas y repreguntas, denuncien a ciertos compañeros que no
tendrían inconveniente en tirotear al político que no sea de su cuerda, etc.,
etc…. Eso sí, el ciudadano deberá comprometerse a “boicotear” a los grandes
“Tructs” de comunicación, eligiendo para informarse periódicos, como Infolibre,
eldiario.es u otros similares, que hoy permite la tecnología, apoyándoles
financieramente y participando activamente en los mismos… Días atrás los
periodistas han tenido ocasión de solidarizarse con sus colegas de La Razón, Cruz Morcillo y otro compañero
ante el encausamiento y petición de dos años y medio de prisión, que el juez
Andreu pide por una publicación contrastada. No olvidemos que este juez de la
Audiencia Nacional, desde su talante policial, encarceló a los titiriteros,
convirtiéndose así en máximo defensor de la “ley mordaza”. Y no encuentro la
forma de acabar estas reflexiones, cuando me entero de la prohibición por parte
del grupo Prisa de la colaboración del director de uno de los periódicos citado
arriba, Ignacio Escolar, en la cadena SER, así como del veto impuesto a sus
propios periodistas de participar en la Sexta. ¡Todo un ejemplo del nepotismo
informativo que viene practicando el amigo de Felipe González! Por cierto, ¿que
dice “el oráculo”, siempre tan preocupado por Venezuela?...
-El editorialista tilda a todo un auditorio de estudiantes y profesores
de bravucones y de guardia pretoriana por aplaudir al conferenciante. Sobran
los comentarios.
-Cambiando, con malicia intencionada, de escenario, afirma el editorial
que Iglesias no entiende lo que es ni
dónde está, para calificar las intervenciones parlamentarias del diputado
de monólogo de El Club de la Comedia.
¿No supone esto un desprecio a un representante de los ciudadanos, y, además,
una falta de respeto por el trabajo de los profesionales que hacen tal
programa, muchos de ellos periodistas, no controlados por PRISA?
-Y, como no podía faltar, se acusa a Iglesias de tener un concepto “bolivariano”
de modelo de medios de comunicación. Algo que ya no se cree ni “el que asó la
manteca”. Sólo Cebrián y su amigo Felipe González y “bolilleros” compinches…
Pero, claro, tales falacias no se pueden expresar sin estar sustentadas
en una aparente e hipócrita interpretación abstracta de ciertos principios
tenidos como valores en una sociedad de democracia avanzada: la libertad de expresión y la veracidad de lo que en aquella se dice.
Del primero de esos valores hay que decir que es un derecho del que es titular
cualquier ciudadano. No sólo de la prensa. Por tanto, cualquier ciudadano que
se sienta mal interpretado o injuriado por aquélla, tiene derecho a ser
repuesto en su honor. De injurias y mentiras en las portadas de los dos
principales medios escritos, El País y El
Mundo, contra PODEMOS o algunos de sus dirigentes, es suficiente con echar
una ojeada a la “maldita hemeroteca”. Algunos botones de muestra: Los presos de ETA quieren a PODEMOS en el
Gobierno (El Mundo, Mayo, 2015); el propio Álvaro Carvajal, periodista
aludido por Iglesias, publicaba, no hace mucho, en su periódico la siguiente
nota: Podemos UTILIZA a sus bases para
presionar al Psoe a romper con C´s. En cuanto a El País, basta con el editorial que comentamos. Hoy tenemos que
añadir la amenaza de querella contra el diario.es por haber publicado que la
exmujer de J.L. Cebrián aparece en los “papeles de Panamá”. Que yo sepa, es la
primera vez, en democracia, que una empresa de comunicación denuncia a un medio
de información por cumplir con su obligación. Curioso concepto de la libertad
de expresión de este capitoste del periodismo, que, además, se vale de su
prepotencia en el grupo PRISA, para ponerlo como querellante de un asunto personal
y privado. ¡Eso se llama NEPOTISMO!...
Por lo que se refiere a lo que haya que entender por “verdad” o
“veracidad”, es un problema que ha ocupado toda la historia de la Filosofía,
que sería muy largo desarrollar aquí. En su definición intervienen dos
elementos fundamentales: el intelecto y
la realidad. Los escolásticos la
definían como la adecuación del primero con el segundo elemento (adaequatio intellectus ad rem; adaequatio
rei et intellectus)). Pero, para lo que nos incumbe, será suficiente con
que haya una relativa correspondencia entre la noticia y el contenido de la misma. Lo que los
periodistas llaman “contrastar la noticia”. Es en ese trayecto donde se puede
dar la manipulación mentirosa o el error. Si ese espacio no se recorre con
objetividad y honestidad intelectual, no cabe hablar de error. Éste se corrige
con una rectificación y una disculpa. Pero la falta de objetividad y honestidad
es, simplemente, un delito de injuria, ante el que prima el derecho del
ofendido al del ofensor.. Tanto en uno, como en otro caso, raro es el “medio”
que rectifica, con la misma visibilidad o audibilidad, bien voluntariamente o
por exigencia de sentencia judicial. Este de rectificación es un principio que, frecuentemente, olvidan las
empresas de comunicación. Lo que debe quedar claro es que un empresario o
empresa periodística no puede, aduciendo falsamente la libertad de expresión,
en este caso, la de sus dueños, rebajar las expectativas laborales y
profesionales de un periodista, si éste no se ciñe al contenido impuesto por
los intereses político-económicos de aquéllos. En cuanto a la verdad, el contenido objetivo y
material de ésta, puede cambiar y ser manipulada en función del tiempo y el
espacio en los que se difunda.
Otro principio o valor habitualmente descuidado por los medios es el de imparcialidad. Es un secreto a voces
que tal imparcialidad y objetividad informativa no existe en España. En este
país existe un oligopolio de dos grupos que se reparten la mayor parte de la
tarta. Basta echar un vistazo tanto a los medios en papel, como a los
audiovisuales. Los actores siempre son los mismos. Los figurones los llamaría
Sánchez-Cuenca. Sólo dos botones de muestra de lo que venimos denunciando:
No es cierto, tenemos que ir concluyendo, con Carlos Elordi, que lo que dijo Iglesias en Filosofía
constituye un atentado contra la libertad de expresión, ergo contra la
democracia… Y todos los manidos argumentos se caen por su propio peso, si se escucha toda su intervención al
respecto. Y con Elordi, infinidad de periodistas que, en artículos o en
comentarios en las redes sociales, se han venido manifestando: “Me han ofrecido muchísimo dinero por hacer
reportajes medio construidos o medio manipulados, por establecer una relación
directa entre el Gobierno venezolano y Podemos a partir de pruebas que no
existen. Me pusieron cuatro cifras por delante diciendo que si conseguía,
rebuscaba, literalmente, me lo dijeron así, 'el papel' que demuestra la
financiación ilegal de Podemos por el Gobierno de Venezuela, me daban muchísimo
dinero. Es la falta de ética, el infantilismo de pensar que hay un documento
que diga: 'Yo, Hugo Chávez, pago tanto a Podemos'".
Un reportaje de Carmen Valenzuela al fotoperiodista Santiago Donaire, en
Infolibre de 26-4-2015.
“Los medios de información españoles, bajo la opresión
del gobierno y la deuda”. Con este duro titular, el destacado periódico
estadounidense The New York Times publicaba un incisivo artículo sobre los
medios de comunicación en España, destacando con contundencia la falta de
independencia de los grandes periódicos españoles, como El País o El Mundo,
sometidos a la injerencia política y al control de los acreedores.
Por último, no es cierto que la actitud de PODEMOS y su líder, Pablo
Iglesias, sea una prueba más de su altivez y desagradecimiento hacia “los
medios” que les facilitaron el salto a la fama. Más bien, es todo lo contrario;
ya desde el 15-M, los grandes medios, como lo siguen haciendo ahora,
vehicularon los intereses político-económicos contra aquellas concentraciones
de indignados en calles y plazas. Como no son tontos, vieron que aquellas
“acampadas” eran algo más serio que la “movida madrileña”. Como no tenían a un
Fernández Díaz de ministro de la Gobernación, y sabiendo de la inutilidad de
hacerles frente a lo bruto, lo intentaron con métodos más “políticamente
correctos”. Al principio, fueron las cadenas privadas de televisión las que
vieron “el chollo” que les podría suponer, para sus ingresos publicitarios,
invitar a sus platós a un joven “coletas”, inteligente profesor universitario,
locuaz y buen animador de los debates. Aun así, ya los propios tertulianos,
sobre todo, políticos comenzaron a echarle en cara que su ascenso en
popularidad era debido a su “exposición” escénica. Como si éstos no estuviesen
en el mismo escenario…. Muchos periodistas y presentadores fueron víctimas de
las resistencias que sus “empresas” opusieron a la aparición de un nuevo
fenómeno social y político. Otros, a medida que las audiencias aumentaban por
la presencia en sus programas de representantes de esa nueva fuerza, pudieron
vencer aquellas resistencias, cayendo del caballo, cual conversos, a raíz del
primer triunfo inesperado en las elecciones europeas de 2014. Luego las
autonómicas y municipales, y, por fin, el triunfo no augurado por las
encuestas, en las generales de 20-D, las que dieron el espaldarazo definitivo.
Pero, a pesar de la cantidad de reporteros que siguen a cualquier representante
de PODEMOS, como en el acto de la Complutense, tenemos que resaltar, como
seguimos constatando, que no son precisamente las grandes simpatías políticas
de tales grandes medios y de los políticos que, tras ellos se ocultan, las que
han abierto sus puertas a PODEMOS. Tenemos el hecho escandaloso de las
televisiones públicas, sobre todo RTVE, que, por estar financiada con el dinero
de todos, ha estado cerrando sus puertas hasta hace bien poco a esta fuerza
socio-política emergente, cuando debiera haber sucedido lo contrario. Pero, a
estas alturas, no nos vamos a extrañar de la escandalosa falta de deontología
profesional de sus “jerifaltes” y amiguetes bien pagados con dinero público…
Y así podríamos seguir…
Manuel Vega Marín. Madrid, 27 de Abril de
2016
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