sábado, 3 de abril de 2021

¡VACUNAS!..., ¡VACUNAS!..., ¡VACUNAS1..., ¡Y MÁS VACUNAS!...


   Hace poco más de un año que la Organización Mundial de la Salud (OMS) avisó a todos los Países de que los primeros contagios víricos producidos en China por la COVID-19, se habían expandido por todo el Planeta, provocando la pandemia que actualmente padecemos. A nivel social y político los primeros momentos fueron de alarmismo y desconcierto ocasionado por la falta de previsión e  ignorancia sobre el tema. Pero pronto la ciencia y la investigación acumulada se “pusieron manos a la obra”. Virólogos, epidemiólogos y biólogos, en general, una vez conocieron la estructura genética del “bichito”, se involucraron con ahinco. Coincidieron en que el antídoto más urgente y eficaz para ganarle la batalla al COVID-19 era una vacuna. Los medios clásicos como los confinamientos y cuarentenas, según se viene viendo, en parte por la irresponsabilidad de muchos ciudadanos, no son suficientemente efectivos.

   Para conseguir la ansiada vacuna no se escatimaron esfuerzos de todo tipo, empezando por la colaboración y comunicación entre científicos e investigadores de sus opiniones, hallazgos y conclusiones. Jamás la financiación pública se comportó tan generosamente en conseguir tan preciado objetivo. Sería penoso, pues,  que el capital y los intereses privados en la fabricación y distribución de la vacuna obstaculizaran y retrasaran la deseada solución. No sólo sería penoso. Pues resultaría criminal, dada la gran cantidad de hospitalizaciones y muertes que tal retraso conlleva. Sin embargo, es esas estamos... Y no nos referimos sólo a los países pobres.

   La OMS ha alertado del inaceptablemente lento el ritmo de vacunación en Europa. Para compensar tal lentitud, insta reforzar otras medidas sanitarias. Su director europeo, Hans Kluge, ha comunicado: Seamos claros, tenemos que acelerar el proceso con el aumento de la producción, la reducción de las barreras para administrar las vacunas y utilizar cada uno de los viales que hay almacenados. El riesgo de una falta de seguridad por la vacunación entre las autoridades y la población es considerable.

   En un interesante editorial del diario público.es se denuncia que La Unión Europea ha incumplido todos los objetivos de vacunación que se había marcado a principios de enero para el primer trimestre de este año. La Comisión europea anunció que para entonces el 80% de los mayores de 80 años, así como que el 80% de sanitarios estarían vacunados. Sin embargo, según los datos extraídos por la editorial del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), los porcentajes de vacunaciones están muy lejos de la meta. Menos de un tercio (27,1%) de mayores de 80 han recibido las dos dosis, y sólo un 56,7% han recibido el primer pinchazo.

   Como mi intención no es “estadística”, remito al lector interesado al citado editorial: Europa incumple todos sus objetivos de vacunación para el primer trimestre de 2021. 1-4-21.

   Mi verdadero interés es denunciar la irracionalidad y torpeza que, tanto  la población, como  las instituciones que dicen representarla, están mostrando con sus variables conductas y actuaciones respecto del cumplimiento de un objetivo tan importante como de tener cuanto antes a la mayor parte de la población vacunada.

   En comparación con nuestros antepasados Neandethales, los que nos  autoproclamamos Sapiens, no lo seamos tanto. Hago alusión  a un estupendo artículo de Ramón Lobo (Un hombre cada vez menos sapiens,  infolibre.es de 1-4-21). Es que no somos tan inteligente como nos pensamos. –Sigue diciendo Lobo-: Si no me cree, salga a la calle y observe cómo nos comportamos en medio de una pandemia, viaje en autobús o en metro, si tiene, y escuche a la gente hablando a gritos al teléfono móvil mientras que inundan el vagón de miasmas y virus. Somos una especie peligrosa.

   Debe ser la buena vida, que muchos ciudadanos sapiens han tenido la suerte de disfrutar, la que ha insuflado en éstos tal egoísmo, que se creen en el derecho de seguir gozando sin pensar que, mientras ellos llenan restaurantes y terrazas de bares, otros conciudadanos como sanitarios, etc. no tuviesen el mismo derecho a vivir. Los políticos, a la vista de la conducta irresponsable de los ciudadanos a los que representan, debieran aparcar sus desavenencias legítimas y concentrar el máximo esfuerzo en conseguir cuanto antes la llamada inmunidad de rebaño.

   Ciertamente, la Humanidad tiene infinidad de problemas a los que dar solución. Pero el mayor reto que hoy se deben plantear los agentes políticos y económicos es el de suministro de vacunas a la comunidad mundial. Millones de seres humanos pueden morir, sobre todo en los países pobres, si no se aumenta la fabricación urgentemente y, equitativamente, la distribución de la vacuna. Mientras países ricos como EE.UU o Inglaterra tienen prácticamente garantizado el suministro de dosis, y a fecha de hoy han inyectado la primera dosis a un tercio de su población, Otros apenas han podido vacunar al 1% de sus habitantes. El riesgo que se corre con esa política, no es sólo incrementar la desigualdad social  existente, sino que, según vaticinan algunos científicos, se dará opción a que el virus mute y resista a los efectos positivos de las vacunas. No es de extrañar, pues, que instituciones solidarias como COVAX, OXFAM o la Alianza de Vacunas del Pueblo vean corto su objetivo de vacunar el 27% de la población pobre, y pidan a los fabricantes de vacunas contra el coronavirus que compartan su tecnología y el derecho de patente para aumentar la producción.

   En España el Gobierno central ha instado a sus Comunidades autónomas a no interrumpir el ritmo de vacunación ni siquiera en festivos o Semana Santa, con el objetivo de conseguir la inmunidad del 70% antes del final del verano. Pero, como siempre, la Comunidad de Madrid, con tal de llevar la contraria al Gobierno de la Nación, sus gobernantes del Partido Popular, faltando a la promesa de su Presidenta, Isabel Díaz Ayuso, de no interrumpir el proceso de vacunación, sin embargo, estas Fiestas ha cerrados todos los Centros de Salud primaria, obligando a los ciudadanos, muchos procedentes de poblaciones lejanas, a aguantar colas de más de dos horas en dos únicos centros: el estadio del Atlético de Madrid y el “milagroso” hospital Enfermera Isabel Zendal, en donde se vacunará sólo a menores de 65 años.

    Es del todo “criminal” la política de “tierra quemada” que la Comunidad madrileña realiza no sólo con el Gobierno central, sino también con Gobiernos autónomos de su mismo color político. En inverosímil que el Gobierno de España, cuyos cupos de vacunas recibe de la Unión Europea y distribuye entre las regiones según el número de sus habitantes, quiera dañar no ya al gobierno de Ayuso, sino a cualquier madrileño sea del partido que sea. Pero, a juzgar por encuesta cara a las elecciones de Mayo, el victimismo de Ayuso y el masoquismo de muchos  madrileños  son bastante rentables...

   No será, pues, la primera vez en la Historia que los intereses políticos y económicos  se impongan a los humanos-sanitarios. Ni que las predicciones de la Ciencia sean tenidas en cuenta por el sistema liberal-capitalista respecto del comportamiento de la Naturaleza. Ahora la Ciencia pide un esfuerzo de vacunación global, que, muy posiblemente, si no se siguen sus directrices, resulte un fracaso de imprevistas consecuencias... ¡Ójalá me equivoque!...

   ¿O es que va a ser que, como dice Ramón Lobo, aquí tenemos rebaño abundante, pero nos falta la inmunidad?...

 

 

 

   Manuel Vega Marín. Madrid, 3, Abril, 2021      www.solicitoopinar.blogspot.com.es

     

 

  

1 comentario:

  1. Vacunas vacunas vacunas y mejor sin vacunas.
    https://drive.google.com/file/d/1HVdf3qbc2ROPmuWc3lV_UO8w7u0X2gSV/view

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