Ilustre Don Gay –conversa Max Estrella con su amigo-. De acuerdo. La miseria del pueblo español,
la gran miseria moral, está en su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la
vida y de la muerte…; la Muerte, una carantoña ensabanada que enseña los
dientes… Este pueblo miserable transforma todos los grandes conceptos en un
cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan
al gato cuando se les muere. (Escena segunda de Luces de bohemia, de Valle-Inclán).
Recomiendo leer la descripción esperpéntica que hace nuestro más ilustre
dramaturgo de la España de su época, y compare el lector esa visión con los
hechos que se vienen produciendo en la “sede de la Soberanía”, primero con el
“besamanos” del Rey, y hoy con el minuto de silencio, guardado por la mayoría
de sus señorías, por la muerte de Rita Barberá.
Ese gran grupo de “representantes populares” aún no se ha dado cuenta
que España no es la misma que aquella en la que el “Genio inmortal”, en sus
correrías bohemias, visitaba las “cuevas de Zaratrusta” en el Pretil de los Consejos, actualmente,
restaurante-taberna “Casa Ciríaco”, al final de la calle Mayor.
Cualquier ciudadano despistado, que, “de refilón”, haya visto u oído la
noticia, ha podido pensar que ha sido Pablo Iglesias y los suyos de PODEMOS los
que han dado muerte repentina a la “ilustre” Senadora. ¡Tantos han sido los
disparates que se han dicho por políticos, todos ellos muy compungidos y
educados, contra la libre, discutida y argumentada suficientemente decisión del
grupo Unidos –Podemos! Pero, eso sí, olvidando que la improvisada y unilateral
resolución de la Presidenta del Congreso no está “reglamentada”, y, mucho
menos, tiene precedente en el Congreso que tal medida se tome sin el acuerdo
unánime de la Mesa de la cámara o del conjunto de los portavoces de los grupos
parlamentarios.
-MAX.- España, en su concepción
religiosa, es una tribu del Centro de África.
-DON GAY.- Maestro, tenemos que rehacer el concepto
religioso, en el arquetipo del Hombre-Dios. Hacer la Revolución Cristiana, con
todas las exageraciones del Evangelio.
-LATINO.- Que son más que las del compañero Lenin.
El despistado ciudadano
también podría haber pensado que la acción de P. Iglesias ha sido un acto más
revolucionario aún que los del Evangelio, aunque algo menor que los del
compañero Lenin 2.0, (F. González dixit).
-Señor, déjame primero enterrar a
mi padre –le un discípulo. Y el Maestro le responde: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. (Evang.
Mat. 8.22; Luc. 9,60) ¡Qué ineducado e insensible el Maestro! ¡Al menos, podía
haber guardado un minuto de silencio!
DON GAY.- Maestro, hay que fundar
la Iglesia Española Independiente.
MAX.- Y la Sede Vaticana, El Escorial.
Pero los tiempos de Felipe II caen demasiado lejanos. Más cerca tenemos
el Congreso de los Diputados, en la carrera de San Jerónimo, que lo mismo sirve
para pórtico de un desfile militar, un besamanos real o para instalar en su
hemiciclo un “catafalco” funerario. Sus señorías no tendrían que ir tan lejos
para plañir sus apenadas condolencias. Además, los ciudadanos podrán observar
más de cerca qué señoría lleva la corbata más negra y quién echa más lágrimas…
Esto es lo importante que los ciudadanos tienen que saber de sus
representantes. No de que se “parle” de los problemas que les afectan
cotidianamente. Muchos de los que nos representan o gobiernan parecen añorar el
“nacionalcatolicismo”, que tanto disfrutaba de los ritos patrióticos ante las
“cruces de los caídos por Dios y por la Patria”. Y siguen creyendo que los
españoles también añoran aquella España gris, en la que sólo relucía el bordado
en oro sobre el fondo negro de la “capas pluviales”.
Y, si antiguamente todo lo que sucedía en el interior de esa Sede
“vaticana” o en sus sucursales se divulgaba mediante altavoces y ”bocinas” en
las torres, hoy se encargan de informar al público las grandes TV y otros
medios, generalmente afectos. Si aquellos exaltados eran aprovechados para
culpar de todos los males a los “heréticos rojos”, actualmente los
“tertulianos” de siempre, utilizan cualquier noticia, ¡hasta la de la muerte de
Manolete!, para zaherir a PODEMOS. ¡Y a eso llaman libertad de prensa y de
expresión! El “oficiante” de La Sexta,
García Ferreras, no ha dejado pasar día sin que, desde su “púlpito” ARV, dejara de conectar, morbosamente,
con sus amiguetes en Valencia para que le informaran de todo lo relativo a la
corrupción en esa Comunidad, especialmente, de los casos relacionados con la
hoy llorada exalcaldesa. Pero, conocida la noticia de su muerte, no “ha perdido
ripio” en preguntar a todo el que se acercaba a sus micrófonos por el “gesto”
de PODEMOS en el Congreso, sin importarle mucho la actitud tomada por el mismo
grupo en el Senado o en el Ayuntamiento de Valencia. Más que una información
objetiva e imparcial, lo que le interesa a este muñidor de debates, es mantener
la audiencia, aunque fomentando medias verdades discutiendo sobre temas tan
intranscendentes, como el de “dónde se dio el último pedo Pablo Iglesias”, o si
besó o no en la boca a Errejón… En eso mantiene la misma tesis que su íntimo
E.Inda, de ¡calumnia, que algo queda!...
Mucho cuidado ha puesto este “trilero” de tertulias en defender, desde
un rancio corporativismo, la labor informativa y controladora del poder que los
medios de comunicación tienen encomendada. Pero esa defensa corporativa de
determinados colegas puede ocultar la dependencia de otros poderes más ocultos…
En vez de poner en “solfa” la actitud adoptada por PODEMOS, mejor hubiera
debido atacar la hipocresía que ponen de manifiesto las necias declaraciones,
que han hecho muchos “padres de la patria”: cacería,
persecución mediática, pena de paseíllo, etc., etc., siendo ellos los más
beneficiados de lo que Rita podría haber cantado. Le hubiera bastado, cosa de
la que es experto, hacer funcionar la “maldita hemeroteca”. Sin mayores
comentarios, hubiera sido suficiente para demostrar que lo que pretendían sus
compañeros del PP con ese ridículo minuto de silencio era precisamente eso,
silenciar, más que homenajear, el desprecio y el desdén con el que hasta el día
antes de su muerte la habían tratado. No es descabellado pensar, dado su
orgullo de “mataora” llenando plazas y ganándoles elecciones, que fuese ese
ingrato olvido la causa de su infarto mortal… ¡Marguis, no me saludas! fueron las últimas palabras, dirigidas a
su amigo Margallo, que le oí decir, cuando salía solitaria y con gesto
compungido, el día de la apertura de las Cortes…
No. No ha sido la prensa, ni los jueces los autores de esa “persecución
exacerbada” de la que habla el ministro de Justicia, los causantes de la
inesperada muerte de la señora senadora. Pues, cabe decir aquello de entre todos la mataron, y ella sola se
murió. Si Rajoy y el PP, en un gesto de falso agradecimiento no la hubieran
“inmunizado”, sentándola en el Senado, o ella no se hubiera aprovechado de esa
inmunidad para alargar su “proceso” en el Tribunal Supremo, su “paseíllo”
hubiera sido más corto. Son los inconvenientes que tiene confundir la
protección parlamentaria en una especie de “Teogonía”, que confunde la
presunción de inocencia penal con la responsabilidad por los errores cometidos
en el desempeño de la función pública. Una se dirime en los tribunales de
justicia, y desaparece por condena, si se prueban la existencia de delitos; la
otra se salda dimitiendo voluntariamente, yéndose a casita. ¡No valen las
excusas de los votos, ni sentirse imprescindible, amparándose en una falsa
“vocación de servicio”! Al menos, eso es lo que mandan los cánones de la Ética
Política. ¡Con el dinero de todos, gastado a capricho y sin control, es fácil
transformar una ciudad! Pero lo importante es saber en qué, y aunque,
personalmente, uno no se haya enriquecido, también hay que controlar el cuánto.
¡Sobre todo, cuántos aduladores y lameculos se han enriquecido a cambio de un
regalo de un bolso de Vitón!...
En fin,
ZARATUSTRA.- Sin religión no puede
haber buena fe en el comercio.
………
DON LATINO.- Ustedes acabarán profesando en la Gran Secta
Teosófica. Haciéndose iniciados en la sublime doctrina.
………
DON GAY.- He caminado por todos
los caminos del mundo, y he aprendido que los pueblos más grandes no se
constituyeron sin una Iglesia Nacional. La creación política es ineficaz si
falta una conciencia religiosa con su ética superior a las leyes que escriben
los hombres.
MAXIMO ESTRELLA Y DON LATINO se
orientan a la taberna de Pica Lagartos, que tiene su clásico laurel en la calle
de la Montera…
Cae el telón.
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