domingo, 5 de abril de 2020

EL ESTADO DE ALARMA CONVIERTE A LA OPOSICIÓN DESLEAL EN “CHANTAJISTA”


   María Moliner define el concepto chantaje como procedimiento para conseguir algo que se pretende de una persona, amenazándola, particularmente con la difamación, si no accede a ello. La RAE lo considera sinónimo de extorsión, definiéndolo como amenaza de pública difamación o daño semejante que se hace contra alguien, a fin de obtener de él dinero u otro provecho. Y en una segunda acepción, como presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido.
   Lo que está haciendo la oposición de derechas (PP-VOX) no difiere mucho de lo que tanto María Moliner, como la RAE, entienden por chantaje o extorsión. ¿O es que la campaña que están haciendo en la prensa que ellos controlan (ABC, El Mundo, La Razón, etc.), no para conseguir el objetivo no alcanzado en las urnas? ¿Qué son las campañas pagadas por el PP en Facebook, según eldiario.es, para difundir bulos como, p.ej., que mueren más gente por el coronavirus de las que dice el Gobierno?...

   El Gobierno Central está informando frecuentemente a los ciudadanos y tomando decisiones, que, a veces pueden ser improvisadas, pero siempre basadas en los criterios del equipo de los mejores científicos y técnicos que le asesoran. Aparte de las infundadas y cínicas críticas al Gobierno, ¿cuáles son sus propuestas positivas, para solucionar cuanto antes los problemas que sufren los ciudadanos? Porque, hasta ahora, sólo proponen banderas a media asta. ¿Es que tienen la desfachatez prevaricadora de estar ocultando la solución “salvífica” sólo para los suyos, cuando recuperen el gobierno? ¿Es que están seguros de que con tan maligna actitud van a llegar a ese día? ¿No nos habremos muerto todos antes?...
   No voy a hacer un relato de las soluciones que esa derecha practicaba desde su Gobierno a las muchas y variadas “catástrofes” menos imprevistas y de menor envergadura de esta  pandemia mundial. Ese relato ya lo están haciendo otros profesionales que cuentan con más datos. Sólo mencionaré escuetamente los recortes que, en el ámbito de la Sanidad pública llevaron a cabo, para privatizarla y pasar, con dinero de todos, beneficios a sus “amiguetes”. En cuanto al tratamiento, comunicación e información a los ciudadanos, citaré confiadamente sendos titulares de eldiario.es (5-4-20): Los médicos de Madrid se organizan entre ellos para trasladar pacientes graves ante la descoordinación de la Comunidad.... Apagón informativo en la Comunidad de Madrid: la autonomía (donde gobierna el PP hace 25 años) más afectada por el coronavirus no hace ruedas de prensa... La última creo que la dieron el 13 de Marzo, un día antes de la declaración del estado de alarma.
   La Constitución en su art. 116 define sucesivamente, según su gravedad, los estados de alarma, de excepción y de sitio. En su apdo. 1 remite a una Ley Orgánica que regulará las correspondientes competencias y limitaciones. En el 2 se determina el estado de alarma. Dice: el estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extiende los efectos de la declaración. En el apdo. 6 se dice que la declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificarán el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes.
   Los requisitos de cada uno de esos estados son fijados en función de su respectiva gravedad. El texto constitucional, para el estado de sitio exige ser declarado por el Congreso a propuesta exclusiva del Gobierno, por mayoría absoluta, siendo también el Congreso quien determine su ámbito territorial, duración y condiciones (apdo.4). El estado de excepción lo acordará el Consejo de Ministros previa autorización del Congreso. No hace mención al número de votos. Dicha autorización determinará los efectos del mismo, el ámbito territorial y su duración, que no podrá exceder de treinta días, prorrogables con los mismos requisitos e igual plazo (apdo.3). El estado de alarma lo acuerda el Consejo de Ministros, dando posteriormente cuenta al Congreso, al que deberá acudir para prorrogarlo cada quince días. Se entiende que su votación será mayoría simple. 
   Me gusta transcribir casi literalmente los textos de la Constitución Española, de la que tantos “patrioteros”, autoproclamados “constitucionalistas”,  llenan su boca para confundir “al personal”.
   Me quedaría tranquilo si esa oposición ultra, montaraz y de doctorados “regalados”, alguna vez concretara sus críticas y sus amenazas “justicieras” al Gobierno, fundamentadas en la Constitución y en las demás leyes. Así nos ahorraríamos el ridículo de escuchar de esas mentes “privilegiadas”, como ofensa a Pablo Iglesias, que el art. 128 de la Constitución, Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general (apdo.1), no encaja en nuestro sistema jurídico. ¡Si es que estos bolcheviques del área social del Gobierno de coalición están aprovechando para imponer el Comunismo!...
   En cuanto a la ley orgánica a la que remite el art. 116, es la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de Junio. En ella, efectivamente, en su Capítulo II, artículos 4 al 12, ambos incluidos, se detallan las obligaciones, competencia y medidas de las que el Gobierno, en el estado de alarma, tendrá que responder ante el Congreso de los Diputados, según al apdo. 6, art. 116 CE. Los interesados podrán cotejar y ahorrarme de alargar estas reflexiones.
   Terminaré diciendo que si en algún momento existe justificación para improvisar soluciones, no lo hay más oportuno que este, en que el enemigo al que nos enfrentamos es poco conocido y de tácticas imprevisibles. Por lo tanto, acertar en una solución improvisada, como dice Juan Torres, es una virtud.
   La Oposición tiene todo el derecho a criticar al Gobierno, pero sin recurrir a los bulos y a las mentiras, y, si aquél le tiende la mano, como está haciendo su Presidente Sánchez, su obligación es aceptarla, y si, insolidaria e interesadamente, no está dispuesta a ayudar como haría cualquier mente sensata, tendrá que dar cuenta a la ciudadanía. Es también su deber.


   Manuel Vega Marín, Madrid, 5 de Marzo, 2020  www.solicitoopinar.blogspot.com.es

  

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