Lo que ha acontecido estos días en el Partido Socialista Obrero Español
no es algo nuevo, que, de manera más o menos ortodoxa, no haya sucedido en sus
ciento treinta y siete años de historia, de los que tanto se ufanan algunos de
sus militantes. Como si el tiempo por sí mismo justificara su existencia
eterna. Incluso los que creen en la eternidad, tuvieron que inventarla al
confrontar que en este mundo todo es efímero.
El profesor de Historia de las ideas políticas, Santos Juliá escribe en El País (1-X-16) algunas de las
vicisitudes por las que, desde los años treinta del siglo pasado, han marcado
la existencia de ese partido centenario. No es el momento ni el lugar de
discutir los hechos. Sólo que, desde su fundación en Mayo de 1879 por Pablo
Iglesias Posse, el partido sufre su primera y más importante escisión entre
1920-21, al no adherirse a la Tercera Internacional de Lenin.
Leyendo esa historia que ocupa un tercio del artículo, uno tiene la
extraña sensación que lo que intenta el profesor es justificar como algo normal
el esperpento representado estos días en la sede de la C/ Ferraz. Y digo
extraña sensación, teniendo en cuenta la connivencia que el colaborador del
periódico citado mantiene con Felipe González y el grupo editor de El País. Y, efectivamente, hasta que el lector no llega al final, no sale
de su extrañeza, cuando comprueba todo lo contrario, es decir, cargar al
Secretario General y a su Ejecutiva toda la responsabilidad de la “crisis”
actual, por llamarle de alguna manera. Los que ya cumplimos cierta edad sabemos
lo experimentados que están Alfonso Guerra y, en este caso más, Felipe González
en este tipo de artimañas tanto en el interior de su propio partido –recordamos
el Congreso de Suresnes de 1974, en el que el grupo de sevillanos desalojó a
Rodolfo Llopis de la Secretaría General, para ascender a ella el propio Felipe.
Igualmente recordamos el fracaso en el Congreso de 1979 de su propuesta de
renuncia al Marxismo, dimitiendo y formándose una Gestora, presidida por José
F. de Carvajal, para en Septiembre de ese mismo año, tras la convocatoria de
un Congreso extraordinario, imponer su
tesis de renuncia definitiva del Marxismo, y hacerse de nuevo con la Secretaría
General. Y no puedo olvidar el tapón permanente que sufrió el PCE por parte del
Psoe, con la ayuda, incluso económica, de alemanes y norteamericanos, para que
el partido que más había luchado contra la dictadura, estuviese apartado del
poder. De aquellos polvos, estos lodos.
La contienda democrática entre partidos por el poder político es normal
y aceptada por todos. No sé de qué monte Sinaí le viene al Psoe que su proyecto
político son las Tablas de la Ley, y que, por tanto, es el único digno que
puede aglutinar y dirigir otros proyectos de izquierda, cuando aquél ha entrado
en declive por haber optado por el “socialliberalismo” que imponen otros
poderes que no concurren a cara descubierta a unas elecciones. Yo creo que es ese complejo el causante de la
“paranoia” que sufren los “barones” del Psoe respecto de PODEMOS. Los que
simpatizan o votan a este partido, mucho procedentes del propio socialismo, no
han hecho más que elegir un nuevo instrumento que ha sabido recoger el
sentimiento de hastío de muchísimos
españoles por tantos años de abandono por parte del Psoe, en su cómodo “bipartidismo
alternante”. Ese sentimiento se puso de manifiesto el 15-M. La “falsa” crisis
fue la gota de agua de la que surgieron las diferentes fuentes que fueron las
“Mareas”. Pero el Psoe no sólo entonces se mostró displicente no queriendo
prestar atención a sus cantos de ¡que no,
que no nos representan!; Psoe, PP, la misma mierda es!, sino que aún hoy
tenemos que escuchar la verborrea con la que, cual tinta de calamar, intentan
ocultar los intereses que muchos “barones” solapan con sus “canogías”.
Sería largo resumir todo lo que he venido escribiendo respecto del Psoe
o sobre los análisis que los “sesudos” analistas hacían y hacen de este
fenómeno nuevo que representa PODEMOS. Si el lector tiene interés, puede
visitar mi blog www.solicitoopinar.blogspot.com.es
Ni tampoco voy a entrar en los “dimes y diretes”, o en las interpretaciones
interesadas que las diferentes facciones del Comité Ejecutivo han hecho de su
reglamentación interna. Para ello remito al lector a la variedad de artículos y
crónicas escritos estos días. Sí mencionar dos de Ignacio Escolar, No gana Susana Díaz (2-10-16), El marrón de la abstención (30-9-16)
publicados en el periódico digital eldiario.es que él mismo dirige; el de Jesús
Marañas, Este chico no vele…, o el de
hoy mismo de Sánchez Cuenca, Los
dirigentes del Psoe…, ambos en Infolibre.
Así que proseguiré con mis argumentos en contraste con los empleados por
Santos Juliá. No es cierto que Pedro Sánchez y su Ejecutiva pudieran haber
malinterpretado el NO al PP,
decidido por unanimidad en el Comité Federal de Julio; ni que ese NO de
entrada, como el de la OTAN, fuese susceptible de modificarse según las
circunstancias, si éstas, como sucedió tras el resultado del 26-J, no sumasen
con C´S, pacto incluido, una mayoría suficiente para que la investidura de Sánchez fuera posible
sin necesidad de otros grupos. La aritmética parlamentaria, como era
previsible, cerró tal posibilidad, a no ser que se contara con el voto de
PODEMOS. Pero el boicot al partido de Iglesias ya estaba decidido de antemano,
aunque hubiera que ir a nuevas elecciones, cosa temida por el Psoe a la vista
de los resultados electorales, así que no cabía otra salida que facilitar un
gobierno de Rajoy, salida anhelada desde el primer día por Felipe Gonzáles. O
nosotros, Psoe con C´s, o PP. Igual le daba a estos muñidores “chusqueros” de
la asonada interna. Cualquier salida
favorecía su tesis de seguir con el “turnismo bipartidista”, y poder seguir
tapándose mutuamente las vergüenzas de los 35 años de “impúdica transición”.
No es cierto, como se afirma, la
imposibilidad de formar Gobierno llamado del cambio o de progreso –ni
siquiera han dejado intentarlo-, si
Ciudadanos y Podemos mantenían su cerrada y mutua exclusión, porque, si
bien es cierta y coherente esa exclusión, el boicot a PODEMOS ya se lo habían
impuesto previamente a a Sánchez. E igualmente le habían obligado a no pactar
ni negociar con los partidos que ahora llaman inconstitucionales o soberanistas.
La prueba que evidencia la atadura del Secretario General es que, cuando éste,
por mantener el NO que le mandata el propio Comité Federal y le exigían sus
bases y votantes socialistas, intenta aunque en un esfuerzo tardío, romper el
desacuerdo entre PODEMOS y C´s. Es entonces, ante el miedo a que lo consiga,
cuando se monta la sospechosa coincidencia de las “dimisiones”, que, sin el más
mínimo escrúpulo, da rienda suelta al “guirigay” vergonzante vivido en Ferras.
Bastó que el “Gran Oráculo”, desde Chile, llamara a uno de sus “estados
mayores”, la cadena de radio, la SER,
para que el mero hecho de sentirse engañado por lo que Pedro le confesara en
conversación privada, para que ese estúpido lamento se convirtiera en “toque de
Generala” que lanzara a todas sus huestes a la batalla… No deja de ser triste
para la militancia contemplar cómo el “apagado rugido” de ese “oso blanco”
tenga más valor que el cumplimiento de una decisión unánimemente tomada por el
máximo órgano del Partido entre congresos.
Santos Juliá se delata a sí mismo al afirmar que, dada la cerrazón mutua
entre PODEMOS y C´s, el secretario
general y la ejecutiva del partido pudieron haber elegido entonces el camino
que parecía más indicado después del comité federal de Julio: trabajar
seriamente y de inmediato por la formación de ese gobierno hasta que, una vez
certificada su imposibilidad, optaran por la única alternativa que quedaba, si
querían evitar la convocatoria de terceras elecciones: la abstención. No se puede hablar más claro, ni desvelar mejor
“el plan oculto” que los “sediciosos” tenían previsto, pasara lo que pasara. La
trampa está servida. La aparente neutralidad de la Gestora y su intención de
excluir la votación de la militancia harán que el objetivo previsto por los
"chusqueros” se cumpla, pues tanto la abstención, como el resultado
previsto en unos nuevos comicios, facilitarán la continuidad de Rajoy y las
políticas del PP.
Afirmar además que mantener en política el “NO es NO” es estrellarse contra la más hueca y obtusa
de las barreras,… o meterse en un túnel sin salida, cuando menos es poner
en entredicho ciertos principios de la ética política, confundiendo esta noble
actividad con la “politiquería”, que es lo que incita a los ciudadanos a dar la
espalda a todos los políticos, a los honestos y a los corruptos. Una cosa es
ceder en una negociación transparente y honesta en la búsqueda de un bien
superior, y otra es practicar lo de Grucho Marx: estos son mis principios, pero, si no les gusta, tengo otros…
Pero es una mentira descarada afirmar que el Secretario General del Psoe y su comisión ejecutiva cegaron a
conciencia todas las salidas, se sumieron en un profundo silencio y no se
emplearon nunca en negociar su no.
Porque quienes, desobedeciendo al Comité Federal, taponaron todos los conductos
fueron los “amotinados”. Con esa afirmación se intenta cargar a Pedro Sánchez
toda la culpa de la repetición de elecciones, eximiéndose a su vez de la
responsabilidad de haberlo echado “marrulleramente” de la Secretaría, ocultando
a la militancia, que lo había elegido, y al electorado el “felipazo” que tenían
previsto.
Seguro que Pedro ha cometido errores, y se lo hemos criticado. Entre
otros, fiarse de las fieras rugientes que le rodeaban y coreaban. Pero
descargar sobre su corto “reinado” toda la responsabilidad del declive que el
Psoe viene sufriendo desde antes de 2011, encierra, al menos, dos suposiciones
falsas: que Pedro es Secretario desde 2014, aclamado por todos los que hoy,
precisamente, le han tumbado (¡maldita hemeroteca!), y que, si bien es cierto
que en las dos últimas elecciones generales (20-D y 26-J), esa pérdida de apoyo
ciudadano proseguía, también es verdad que en las municipales de 2015 el Psoe
duplicó en las capitales de provincias, y en las autonómicas recuperaron siete
de las diecisiete CC.AA. que perdieron entre 2011-12. Y eso, gracias, ¡que no
lo olviden!, al PODEMOS que tanto denigran los barones más vociferantes…
Pero el problema del Psoe es más de fondo que las pérdidas coyunturales,
siempre variables, de votos. Y no sólo es del Psoe, sino de la Socialdemocracia
europea. La razón del nacimiento de los partidos fue la defensa de la clase
obrera frente a los atropellos infringidos por el Capitalismo surgido con la
“revolución industrial” en el s. XIX, y, según aquélla avanzaba en sus
conquistas, la de las clases medias y del llamado Estado de bienestar. Pero a
diferencia de la “fórmula” revolucionaria adoptada por sus partidos hermanos
que se adhirieron a la Tercera Internacional (de corte comunista o leninista),
aquellos que, como el Psoe, eligieron el método “reformista”, no fueron capaces
no ya de “administrar” las migajas del capitalismo, sino que se acomodaron a él,
compartiendo casi sus mismos privilegios. Lo que le ha supuesto que los
trabajadores y las clases medias le hayan dado la espalda, sintiéndose
huérfanas de los partidos y sindicatos que otrora les defendían. Esto se ha
visto claramente con la crisis-estafa provocada por el actual capitalismo financiero,
que de la mano del ultraliberalismo político vigente en Europa y en el Mundo
(global), pretende imponerse como sistema único.
El Psoe, como sus similares,
tendrá que recuperar todas las “renuncias” dejadas en el camino de su etapa
reformista. Cerrar los ojos a la gran grieta socioeconómica que, en casi todos
los países, se abre cada vez más por la codicia y la corrupción de unos pocos,
causará simultáneamente y en el peor de los casos que esas masas de ciudadanos,
muchos de ellos jóvenes con cultura y preparación suficiente, dejadas al albur
de lo que decidan los señores de las altas finanzas y de las guerras que
provocan, no encuentren otro cobijo que el oportunismo de los movimientos
ultras o xenófobos, como estamos viendo, no sólo en los países llamados
periféricos más pobres, sino también en países de gran tradición
socialdemócrata, Alemania, Francia o los Países Nórdicos. ¡Estos sí que son
“descosios” y no de los que habla la Sultana Díaz!
Esto último aún no sucede en España gracias precisamente a ese partido
tan denigrado por la cúpula del Psoe, PODEMOS, que ha sabido sintonizar con las
inquietudes manifestadas en el movimiento 15-M y las diferentes “mareas”.
Y, para terminar, una llamada de atención a la “Sultana andaluza”: los
rotos que sólo se sobrehilvanan o se cosen con los hilos de la mentira y
palabras huecas, más pronto que tarde, vuelven a reabrirse…
Manuel Vega Marín. Madrid, 4 de Octubre, 2016. www.solicitoopinar.blogspot.com.es
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