jueves, 29 de septiembre de 2016

UNAS DECLARACIONES SIMPLISTAS Y CARENTES DE SENTIDO DEMOCRÁTICO



   Esas declaraciones son de Juan Segovia (Psoe), diputado en la Asamblea de Madrid, hechas en un programa radiofónico de Onda Madrid. Yo las he leído en eldiario.es de 21-9-16, y en mi comentario, a bote pronto, las califiqué de “simples e ignorantes, políticamente hablando”. Ahí van mis razones.
   Ante el fracaso que supondría unas nuevas elecciones, aunque lo plantea en forma interrogante, aceptaría un Gobierno encabezado por una figura independiente y que cuente con el consenso de los otros cuatro (partidos). ¿Por qué no del resto de partidos presentes en el Parlamento? En el transfondo de dicha propuesta subyace un prejuicio: el de considerar como algo apocalíptico unas nuevas elecciones. Creo que, desde el punto de vista democrático, es más sano convocar al sujeto de la soberanía, que “transigir” en aras de no sé qué urgencia con la prolongación de un gobierno, que, además haber mostrado una total dependencia foránea, está tachado de “trama para delinquir” y acusado de haberse financiado ilegalmente. Con esas credenciales, en cualquiera democracia de nuestro entorno, hubiera tenido que dimitir irremisiblemente. Pero es que además los votos de los que no le han votado son más del doble de los que lo han hecho.

   La propuesta no es que sea inconstitucional, siempre, claro, que se atenga a lo que mandata los artículos 99 y 64.1 de la Carta Magna. Pero ello no es óbice para considerarla simple y desacertada, aunque sólo fuese porque parece no tener en cuenta el artículo 6 del Título preliminar, que en su primer párrafo dice algo muy importante: Los partidos políticos expresan el pluralismo político, concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular y son instrumento fundamental para la participación política. Hasta el presente la formación de esa voluntad política, por causas dignas de un profundo análisis en otro lugar, ha sido relativamente fácil, dado el “bipartidismo” que ha venido alternándose en el poder. Pero hoy nos encontramos con una nueva situación sociopolítica, precisamente porque el pueblo soberano se ha hastiado de ese bipartidismo, poco beligerante con la corrupción y con la pérdida de soberanía frente a la UE, Y ante esta nueva circunstancia, tanto los partidos políticos, como la propia ciudadanía, tienen la responsabilidad de salir del “atolladero”. Puede que sea mayor la de los “viejos partidos”, PP y Psoe, que se han limitado en sus campañas más a defender su anterior estatus, que a ofrecer, con sinceridad, nuevos proyectos regenerativos. Pero los votantes no pueden eximirse de su responsabilidad de haber votado a partidos que, de una u otra manera, han tenido que ver con la corrupción y las malas políticas. Es hora ya de que la ciudadanía se tome en serio el valor de su voto antes de depositarlo en las urnas, y de no olvidar que lo de la “participación política”, no se circunscribe a votar cada cuatro años.
   Exigir a PODEMOS, que sin haber tenido tiempo de “cuajar” como sujeto político, precisamente por mor de sucesivas elecciones, cambie de candidato, es totalmente injusto, ya que no se tiene en cuenta la transformación que su mera aparición ha supuesto en las formas de hacer política, independientemente de su gran presencia en el Parlamento. Por otra parte, hasta que no se cambie la Ley electoral no podremos valorar lo que los nuevos partidos aportarán a esta nueva situación. No obstante, si sabemos lo poco que está aportando Ciudadanos, que de “adalid” de la “regeneración”, se está comportando como apéndice del PP. Exigir además que en pro de la “utilidad” y la “urgencia”, los partidos políticos, sobre todo los que vienen con el “marchamo” de la regeneración, abjuren de sus principios ideológicos, más bien esparce por el ambiente cierto tufillo a democracia “orgánica”, que no parece del todo superada.
   Hay que recordar a nuestro parlamentario que nuestro sistema de representación no es “presidencialista” o individualista. Y, si bien los partidos ponen en la cabecera de lista a sus candidatos más idóneos, lo que lo ciudadanos votan son proyectos políticos, y no a personalidades, por mucho prestigio que éstas tuvieran en sus profesiones. Sería una vergüenza que por no ir a votar cuantas veces hiciese falta, los ciudadanos nos conformásemos con que presidiera el Gobierno un “figurón”, que por muy independiente, ¿de quién y de qué?, que fuera, nunca sería un “arcángel” salvador, cuya supuesta independencia no estuviera lastrada por “intereses de arcanos despachos”. Ya supimos de un caso en Grecia y otro en Italia…
   El excandidato a liderar la Federación Socialista Madrileña se contradice al defender el NO de su partido a Rajoy y al PP, al mismo tiempo que se deja apadrinar por compañeros de dudosa conciencia socialista, como Felipe Gonzáles, Susana Díaz o Javier Solana, que justamente por poner a salvo sus “prebendas”, ha mucho que vienen utilizando todas sus influencias para, al mismo tiempo, salvar al grupo Prisa o al Ibex de las “puertas giratorias”, que es justo lo que desean Rajoy y su “marca blanca”, C´s.  No entiendo, además, su distinción de los antes citados de G. Fernández Vara, del que dice no me da ningún miedo ni vértigo escuchar. Si yo fuera militante del Psoe, sí me daría miedo y vértigo: pero no por lo que digan en su derecho a la libertad de expresión, sino por su deslealtad manifiesta a su Secretario General, y que por lo que dicen en “los medios” tiene más que ver con conservar sus influencias y sus “baronías”, aunque algunos se la deben al apoyo de PODEMOS. Cuando Juan Segovia dice que no comparte pero respeta porque le parece razonable la opinión de Fdez. Vara, está poniendo una “vela a Dios y otra al Diablo”, ya que, en el fondo, este señor está pensando y queriendo lo que desean F. Gonzáles y Cía.
   Me sorprende, mejor, no entiendo que haya reconocido que el Psoe no ha tenido un debate acerca de unos muy malos resultados a nivel nacional, ¿sólo?, pues más qué hacer para cambiar el rumbo del partido… en mala situación, los citados barones y algunos más no escatiman medios para “cargarse” al Secretario General, al que eligieron con sus avales. Calificar dicha actitud de democrática es, cuando menos hipócrita. Todos exigen el derecho a expresar lo que piensan, aunque sea en los medios menos adecuados; pero, al más mínimo intento de Pedro Sánchez de buscar una alternativa de gobierno a Rajoy y al PP, saltan cual resorte enmohecido, con los “sacrosantos dogmas” de la “unidad de España” (por Dios, por la Patria y el Rey) y por no negociar con los partidos nacionalistas, que ahora llaman soberanistas o no constitucionalistas, como si nunca el Psoe o el PP hayan gobernado con el apoyo de esos mismos partidos. ¿Es que actualmente esos más que barones, “padres conciliares”, no gobiernan en sus respectivos niveles con otros partidos, a los que pretenden vetar a nivel nacional?
   Ahora, con el pretexto de que con 85 escaños no se puede gobernar, quieren ocultar inútilmente la defensa cuasi religiosa de dichos dogmas. Pero es más absurdo aún pretender que con esos mismos escaños los puedan defender e imponer “urbi et orbi”… ¿Acaso no sabían que con 95 escaños, sumados a los del partido naranja la aritmética parlamentaria sola no daba? ¿Qué esperaban? ¿que, ante el fanfárrico bodorrio con el que disimular el anunciado fracaso del calentón de una noche de discoteca, tanto Rajoy, como el resto de partidos cayeran subyugados en los brazos de los padres y padrinos, por efecto del esquicito champán costeado por éstos? Todos los invitados acudieron galantemente al festín nupcial, e incluso, a uno se le invitó, por si “picaba”, a la “toma de dichos”; pero éste, PODEMOS, dándose cuenta de que tan galante cumplido le exigía ser “convidado de piedra”, se negó en rotundo a bendecir tal “coyunda” contranatura. Su coherencia y honestidad fueron tildadas de las acusaciones más falaces. A parte de achacarle sus anhelos de sillones y poltronas en la mesa presidencial del banquete, de haberse tratado de una fiesta campera, hasta le hubieran responsabilizado de la muerte de Manolete. Y aún hoy, con lo que está cayendo en el Psoe, siguen echando la culpa de que Pedro Sánchez no sea Presidente a PODEMOS, cuando fue el propio Pablo Iglesias, ante la espantada de Rajoy, propuso a Sánchez para la Presidencia en las primeras elecciones, y durante toda la campaña de las segundas no dejó de tenderle la mano y de advertirle que su enemigo no era PODEMOS, sino el PP, Ciudadanos, y hoy algunos se están dando cuenta de que fue el propio Psoe, preocupado más por el sorpasso, los que están haciendo todo lo posible, no ya para que Sánchez no sea Presidente, sino para echarlo de la Secretaría General. Recuerdo haber escrito sobre el porvenir de Pedro Sánchez un artículo fechado el 28-12-2015, y titulado Crear títeres para, luego, cortarles la cabeza. A mi blog www.solicitoopinar.blogspot.com.es remito al lector. Y es que en el Psoe, como decía Alfonso Guerra, el que se mueve no sale en la foto…
   La hipocondría que padece el Psoe respecto del sorpasso de PODEMOS, de enfermedad psíquica puede convertirse en una enfermedad física y real. Y parece ser que así ha sucedido a la vista de las noticias que me llegan de los medios. Pero el temido sorpasso ha sido un Psoesorpasso; es decir, los propios dirigentes, interiorizando cada vez más ese imaginado temor a perder privilegios y canogías, han convertido lo imaginario en real, y a la hora en que estoy terminando este artículo, milagro será que llegue a tiempo a la c/ Ferraz el psiquíatra angelical y salvador que, con su independencia y prestigio, ponga fin a las luchas cainitas que mantienen entre sí los que se llaman “compañeros”. ¿No es esa la solución que Segovia propone para la gobernabilidad del Estado? ¿La aceptaría para su propio partido? No, señor Segovia, el declive electoral no obedece a la idoneidad de las tácticas utilizadas en las campañas, o limitar la renovación de las ejecutivas a poner “gente guapa” con vestimenta de Zara o H&M, sino renovación ideológica, que, actualizada, debe volver a lo que Felipe Gonzáles dejó en el camino, para echarse a los brazos del social liberalismo, dando la espalda a la defensa de los trabajadores y clases medias. Sobre qué sea el socialismo o la socialdemocracia casi todo está dicho o escrito. Solo falta aplicarlo a cada momento histórico. Claro que, si el Psoe de Felipe no hubiera renunciado al Marxismo, no sabemos qué hubiera pasado. Pero lo que sí sabemos es que las “puertas giratorias” y otras “mamandurrias” y corruptelas no serían tan evidentes… En el próximo seguiré…

   Manuel Vega Marín. Madrid, 29 de septiembre de 2016 www.solicitoopinar.blogspot.com.es

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