miércoles, 8 de agosto de 2018

ACUERDOS Y DESACUERDOS CON EL PROFESOR JUAN TORRES LÓPEZ


   Soy lector de los escritos y seguidor del pensamiento económico del catedrático sevillano. Eso no quita que le niegue la razón, cuando creo que no la tiene, por muy catedrático que sea. El sr. Torres, después de hacer un comentario político en su artículo Los otros datos del CIS en publico.es (6-8-18), dice que el comentario que deseaba hacer en este texto no tiene que ver exactamente con los datos políticos del Barómetro del CIS… Pero lo ha hecho, y, en este caso, a mi parecer, desafortunado. No es la primera vez que el sr. Torres López inculpa –no sé porqué- a PODEMOS de que Pedro Sánchez no fuese investido Presidente, en lugar de Rajoy, en la anterior legislatura. Para ello hubiera hecho falta un acuerdo de mínimos entre un Ciudadanos volcado a la derecha y el PSOE, según escribe. Pero omite que tal acuerdo fue una “pantomima”, pues, como él propio Sánchez reconoció en Salvados, los capitostes y ad lateres de su partido no se lo hubieran permitido, e igualmente, la regeneración democrática, representada por los de Riveras, como se ha demostrado después, no era más que un “podemos de derechas”, inventado por el Ibex-35, para detener al PODEMOS, surgido del 15M… ¿Era tan disparatado, por otra parte, aceptar la propuesta que Iglesias hacía a Sánchez de entrar en su gobierno? Después de todo, no eran tantos los votos populares que les separaban. Sin embargo, gracias a la negativa de las baronías socialistas y a los medios de comunicación, mediatizados como siempre por quienes nunca dan la cara ante el electorado, aquella propuesta del líder de PODEMOS quedó ante la opinión como un afán de poltronas… No, señor Torres, “la burbuja de Podemos”, como usted la llama, no explotó porque la sociedad comprobó que (Podemos) ni comía ni dejaba comer, o porque se hubiera convertido en un partido que frenaba la generación democrática deseada. Usted, sr. Torres, sabe muy bien que fueron las mismas fuerzas “fácticas” las que impusieron al Psoe de Felipe González la renuncia a su “Programa máximo”, al marxismo y al socialismo “científico”, a cambio de llegar en 1982 al Gobierno de España. Con la ayuda de los marcos alemanes y la connivencia de los dólares USA,  no hubo escrúpulos en dejar en la estacada al PCE y otras fuerzas que habían luchado contra la dictadura. Son esas mismas fuerzas las que hoy están impidiendo, no ya que PODEMOS llegue a gobernar, sino, al menos, a regenerar la democracia.

   El profesor sevillano no se extraña del avance electoral del Psoe que refleja el CIS, después de su exitosa moción de censura. Pero lo extraño es que tal avance lo atribuya sólo a la inteligencia y la impresionante determinación de Pedro Sánchez, (que) han obtenido rédito de esta situación: el no llegar, por un lado PODEMOS, al mencionado acuerdo de mínimos, y, por otro, Ciudadanos acercándose al PP. ¿Cómo ignorar tan injustamente el no apoyo del Psoe a la moción de PODEMOS seis meses antes? ¿Cómo pasar por alto que el éxito de la moción de Sánchez se debe al apoyo de PODEMOS y a las gestiones que Pablo Iglesias hizo con los independentistas catalanes y con el PNV?
   Lamentablemente para ellos –este párrafo no tiene desperdicio- ni Podemos ni Ciudadanos, las dos nuevas fuerzas que supuestamente estaban destinadas a acabar con la corrupción… supieron entender el deseo (de regeneración) tan ampliamente extendido en la sociedad española… Cuando el profesor Torres se refiere al centro izquierda español y al enorme deseo (de éste), desde 2015, de evitar que la maquinaria corrupta y criminal del PP siguiera gobernando, ¿no está dejando, pretendidamente, al Psoe en una especie de limbo político, del que bajará sólo si el resto de fuerzas de izquierda le apoyan incondicionalmente? Cuando las calles y plazas se llenaban de ciudadanos descontentos de las políticas del bipartidismo establecido desde 1978, ¿dónde estaba el Psoe?. ¡En y con el bipartidismo! Al “acecho” de que otras fuerzas políticas le pusieran en bandeja la Presidencia del Gobierno. Pues bien, ya Pedro Sánchez está en la Moncloa. En sus manos tiene demostrar que el avance electoral, sólo explicable por ahora por el “tirón del ganador” y por el alivio social de la descarga del partido corrupto, no quede en políticas gestuales o en simples brindis al sol. Aparte de las políticas cotidianas: trabajo, sanidad, educación, etc., Pedro Sánchez debe saber que a España le aguardan problemas por resolver trascendentales, que afectan a la raíz misma de nuestro sistema democrático. Está el tema de la dependencia de la Constitución respecto de la Monarquía; la Monarquía como tal; el gran problema del encaje constitucional de los territorios que conforman España, que no sólo se reduce al judicializado procés catalá, por más entidad e importancia que de por sí tiene. Todo ello sin olvidar el problema de la soberanía de España y nuestra relación con la Unión Europea, que algún día se planteará. Dudo que Pedro Sánchez se atreva con ellos aunque sólo sea en el porcentaje que le corresponda, ya que el Psoe solo, evidentemente, no podrá solucionarlos. Por eso mismo, debe considerar que el apoyo a su éxito en la moción de censura fue coyuntural, debiendo, pues, procurar que tal apoyo se convierta en estable y permanente. Y, para ello, el Psoe de Sánchez lo primero que tendrá que decidir es quién o quiénes van a ser sus compañeros de travesía: si con su cómodo compañero del bipartidismo o con las fuerzas de izquierda, independentistas o no. Es la tercera oportunidad con la que sólo Pedro Sánchez ha tenido la suerte de contar, y que, por ello mismo, no puede defraudar sin que el Psoe siga su declive.
   En una entrevista concedida a Europa Press la portavoz adjunta de Podemos, Ione Belarra (tomo notas de lo publicado por publico.es el 6-8-18), ésta decía lo siguiente: Necesitamos un formato de colaboración que sea estable y que permita abordar los grandes retos de nuestro país. Un Gobierno sustentado sobre 84 diputados tiene que sustentarse sobre el consenso y la búsqueda de acuerdos, y eso tiene que hacerse de manera permanente y estable. Si no va a ser muy difícil que salga adelante… ¡Quien avisa no es traidor! Que luego no digan.
   Y ya el Psoe está sacando la patita del orgullo, no negociando con los que le habían apoyado en la censura, lo que le ha supuesto al Gobierno el fracaso de no sacar adelante en el Congreso el pasado 27 de julio la aprobación de la “senda de déficit y el techo de gasto, por la abstención de aquéllos. Y es que con el gesto de no negociar con los que le apoyaron, el Psoe esperaba contentar al PP, para que, sin tener que reformar la ley de estabilidad presupuestaria, éste no hiciera uso de su injusta mayoría absoluta en el Senado. Y es que “no se puede estar al mismo tiempo con Dios y el diablo”. El Gobierno debe negociar con su principal apoyo parlamentario las nuevas cifras de gasto en pro de las mayorías sociales y no mirando a los privilegiados. Si para eso tiene, y ahora puede en el Congreso reformar la ley, que lo haga sin tener en cuenta lo que más guste al PP. Muy claramente vuelve a recordárselo Belarra: lo más importante es que este Gobierno, repiense su estrategia, y elija si quiere hacer políticas que gusten al PP, que yo creo que se ha demostrado que es un error, o si quiere empezar a construir unas políticas que son las que España necesita de la mano de nuestro grupo y de las fuerzas del cambio.
   Sobre la cuestión catalana, el nuevo Gobierno ya se ha pronunciado: nada de autodeterminación, ni de referéndum negociado. Ha tenido el gesto del traslado de los presos a cárceles más cercanas, pero sobre su puesta en libertad, estamos a la espera de que la nueva Fiscal General se pronuncie.
   Hay otra cuestión que hace sospechar que por mucho que Pedro Sánchez hable de la España del cambio –y el viernes en la rueda de prensa posterior al Consejo de ministras, dio un auténtico recital-, no está por la labor. Nos estamos refiriendo a todo lo que afecta a la Monarquía. Aquí tienen las ideas muy claras; desde su actitud contraria a apoyar la petición de PODEMOS de crear una comisión parlamentaria sobre las irregularidades fiscales y otras “fechorías” del Rey emérito. Las palabras ya tenemos una monarquía renovada y ejemplar, referidas a Felipe VI o las de también, también sobre su padre, son el botón de muestra más claro del “republicanismo” socialista…
   En la segunda parte de su escrito el catedrático de economía aplicada nos apabulla con la efusión de datos porcentuales, con los que los ciudadanos encuestados por el CIS, manifiestan su consideración sobre la situación económica de España. De todos, me quedaré con dos datos significativos: uno, que el 5,4 % la considera buena; justo la minoría que se ha aprovechado de la llamada crisis. Dos, que para el 41,6% el paro sigue siendo el principal problema; y que pese a que la tasa ronde el 15%, un 24,3% de españoles se sienten afectado por el mismo. Y es que el problema del empleo no se va a solucionar con trabajo coyuntural y precario. Y es que en la división del trabajo que el neoliberalismo imperante en Europa y en el Mundo, a España le ha tocado “servir copas” y “vender sol y playas”. Un proyecto industrial y de i+D+i, ni está ni se le espera. Esta falta de proyecto y debilidad industrial ya empezó con el desmontaje y privatización en los tiempos de Felipe González. ¡No es nuevo!
   Aún admitiendo con el profesor como torpeza la actitud de Podemos y Ciudadanos, que pudiera hacer ganar al Psoe una elecciones inmediatas, también el profesor, quizá pensando en que la solución laboral-empresarial-económica no está en las manos del Gobierno de España, admite que esa ventaja electoral puede ir menguando si en los próximos meses no logra avances sustanciales en materia de política económica e integridad territorial. Algo que no va a ser fácil que consiga, dada su escueta fuerza parlamentaria.
   Y finalizo mi artículo transcribiendo el párrafo con que el profesor Torres López termina el suyo: si el gobierno de Pedro Sánchez no tiene muy presente la fragilidad económica en la que se encuentran millones de españoles y no da pasos efectivos para aliviarla, su ventaja en las encuestas y el aprecio político del que ahora indudablemente goza pueden desvanecerse tan rápidamente como los ha conseguido.



   Manuel Vega Marín. Madrid, 8, Agosto, 2018  www.solicitoopinar.blogspot.com.es

  


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