Cuando Rubalcaba, ante la
mayoría del PP, no se atrevió a presentar su anunciada moción de censura en
Julio de 2013, una vez sabido el SMS de Rajoy a Bárcenas, por miedo a perderla,
Rajoy se le adelantó compareciendo en el Senado, a petición propia, el 1 de
Agosto. La “duda” del entonces “Jefe de la Oposición” evitó que en la Sede de
la soberanía popular se entablara un debate sobre la trayectoria delictiva del
partido gobernante, que, independientemente de su resultado, el resto de grupos
se hubieran “retratado”, y sus retratos hubieran sido difundidos por todos los
medios. Casi cinco años después, PODEMOS pierde la suya en el pleno del 14 de
Junio de 2017 por la anunciada abstención del Psoe; pero consiguió, al menos,
las instantáneas que frustró Rubalcaba, dando a la nueva “portavoza”, Irene
Montero, la posibilidad de extenderse en un relato inolvidable de los más
importantes casos de corrupción del Partido Popular.
Esta vez el relato de la corrupción, a falta de lo que pase con la
moción en trámite del Psoe, se lo ha anticipado, en parte, la Audiencia
Nacional. La soberbia de Rajoy y los suyos ha sido tal, que, en vez de pedir
perdón a los ciudadanos y convocar a elecciones, ha dado tiempo a Pedro Sánchez
a presentar su “moción”, evitando a los actuales gobernantes que las urnas les
den nuevas oportunidades de seguir robando.
No estoy en la cabeza de Sánchez ni en los “intríngulis” para juzgar de
las auténticas razones que han puesto al Psoe ante tan difícil, para ellos,
situación. Pero existen razones objetivas que han podido más que las presiones
de muchos de sus barones o las de sus “compinches” en el tema catalán. En el
largo tiempo del “bipartidismo” el PP y el Psoe han tenido tiempo de repartirse
prebendas y de taparse mutuamente sus corruptelas. Ni siquiera los intereses
partidistas y electoralistas, ahora puestos más en riesgo con el “sorpasso” de
C´s, pueden hacer todo el tiempo que éstos primen sobre la moral y ética
democráticas, constitutivas del Estado Constitucional y de Derecho, del que
tanto vienen alardeando respecto del problema de Catalunya. Siendo actualmente
al único grupo que reúne el porcentaje del 10% de los 350 escaños, amén de
tener más escaños que el resto de grupos, el Psoe, dejando pasar esta
oportunidad, daría muestra de su “permisiva” connivencia con la corrupción, de
la que venía teniendo noticias antes de la primera Sentencia de la Audiencia.
Entiendo, pues, al sr. Äbalos cuando reconoce que no tiene otra salida. Además pienso que, si a los de Rivera les ha
sentado tan mal la iniciativa de Sánchez, es por el parón que puede suponerle a
su esperado “sorpasso”. Pero es que, además, después de haberla presentado en
la Comunidad de Madrid, por mucha menos causa, ¿qué cabía esperar?
Es cierto que su mimética y torpe actuación en el asunto catalán le
puede suponer un ies cierto que el
Psoe tiene ahora la oportunidad de desagraviarse ante los catalanes. De hecho,
para el PP, Pedro Sánchez ha pasado, por este motivo, de ser San Pedro a ser
Judas, De las estupideces de los de C´s, ni me ocupo. En fin, dando por buena
la intención de Sánchez, amén de resaltar la sugerencia de Podemos y su
desinteresado disposición, diremos que, afortunadamente, e independiente de
cómo termina todo este “embrollo”, la formalización de la moción ha sido un
acierto, y, salvo el PP, como afectado, y su “ambivalente” y traicionero
escudero C´s), el resto de partidos han reaccionado positivamente. El
Parlamento, como representante de la voz del pueblo, tiene derecho de poder
avergonzar y echarle en cara al Presidente de los españoles todo lo que su
partido les ha robado, y que, por tanto, no puede continuar ni un minuto más al
frente del Gobierno. Me hago eco de las palabras de Elisa Beni: No queda otro remedio que desalojarlos del
poder. Es una mentira tan podrida como su corrupción, que las urnas puedan
lavar este oprobio. Rajoy y los suyos deben ser expulsados por el método
constitucional adecuado y ese es la moción de censura. No hay atajos ni
escusas. La mera presentación de la moción tiene tal importancia objetiva,
que la tesis defendida por López Agudín (Sánchez
no es Gonzáles, ni Rajoy Suarez,
publico.es, 25-5-18), de ver en la decisión de Pedro Sánchez la oportunidad de
volver al “escenario público”, del que ha estado ausente, a la vez que parar el
ascenso demoscópico de A. Rivera, si bien es razonable, tiene menor importancia
de cara a devolvernos la dignidad democrática. Sin querer, la opinión de
Agudín, manipulada por los voceros
del PP, puede ser utilizada para achacar a P. Sánchez una ambición de obtener
la Presidencia por la puerta trasera. Es la tesis burda de Ciudadanos, que, por
una parte, de manera hipócrita, quiere ofrecer a Rajoy una salida electoral más
tramposa que digna, ya que esa salida supondría para Rajoy reconocer todas las
fechorías de su partido, siempre negadas. En expresión de Benjamín Prado (Infolibre.es,
29-5-18), lo señalaría como el elefante blanco de esta historia para no
dormir.
…Y de otra parte, la de una moción
instrumental que sirva sólo para convocar elecciones, en las que el
candidato a la Presidencia no sea Pedro Sánchez, sino una personalidad
“independiente”, más bien parece una moción de censura contra Sánchez, al que
acusa de querer llegar a a Moncloa por la puerta de atrás, fruto de una
negociación de despacho, cuando la realidad objetiva indica que quien eso desea
es el propio Albert Rivera. Habrá que recordar a este “gran defensor y
cumplidor” de la Constitución, que el único mecanismo por el que la oposición
puede cambiar a un Presidente en una legislatura sin necesidad de elecciones,
es el señalado en el arº 113 CE, es decis, una moción de censura constructiva, ya que ésta habrá de incluir un candidato a la
Presidencia del Gobierno (apdo. 2). Se conoce que el “narangisto”, de
formación jurídica, sustituyó el estudio de la Constitución por el de los
“Principios fundamentales del Movimiento”…
Respecto de las críticas que le pueden venir desde todas las posturas
ideológicas, el Psoe debe dejar en suspenso todo lo que ha dicho o actuado
respecto del problema catalán, y de aprender de una vez por todas, que las
amistades y los “encamamientos” extra
natura pueden ser momentáneamente placenteros, pero su disfrute continuado
puede acabar contaminando los principios morales y políticos, que tanta lucha y
sangre costó conseguir.
Ahora lo que urge es echar del Gobierno de España al Partido Popular,
cuya corrupción probada, está poniendo en riesgo la propia subsistencia de la
Democracia, cuyos principios morales y éticos sobrepasan y fundamentan al mismo
tiempo cualquier opción política decente. Y, como dice Pérez Royo, por higiene
democrática, sería un fracaso dar la oportunidad a Rajoy de convocar
elecciones. Una convocatoria de elecciones
por Mariano Rajoy sería un fracaso de la democracia española. A Rajoy hay que
echarlo (“Censura y convocatoria de elecciones. eldiario.es, 25-5-18). En
semejantes parámetros mentales se manifiesta Elisa Beni (El desalojo. eldiario.es, 25-5-18), al afirmar que la situación es
insostenible, y que esta convicción ética
y democrática se puede sostener desde cualquier punto ideológico o geográfico y
eso no tiene por qué amalgamar a quienes lo ratifiquen. La decencia es, o
debería ser, una patria común de los demócratas.
No hay que ser ingenuos y
pensar que salir airoso de una moción de censura sale gratis al candidato; es
una acción política, y en un Parlamento plural todos los grupos ven una
oportunidad de “sacar tajada”. Unos más que otros. Ahí tenemos al “marrullero”
y “oportunista” Albert Rivera, que, confiado en su resultado en Catalunya y el
que las encuestas le vaticinan, no ve más que españoles y muchos españoles,
¡todos con banderitas rojigualda! ¡Mucho cuidado con el falangisto!... P.
Sánchez debe ser consciente de que su debilidad parlamentaria no le da para
mantener y llevar a cabo un programa de gobierno, y no debería exigir en las
negociaciones que le concedan mucho tiempo en el Gobierno sin convocar al
electorado. No obstante, su flexibilidad tampoco le debería llevar a una
“humillante” petición de perdón a independentistas y nacionalistas catalanes,
corresponsables en cierta medida de la aplicación del 155, cuyos efectos siguen
sufriendo los presos y exiliados políticos. Al fin y al cabo, el Psc no es
responsable directo de la aplicación del fatídico artículo, ni mucho menos de
los delirantes autos del juez Llarena. Por tanto, esta moción puede servir para
abrir la puerta del diálogo imprescindible entre Catalunya y el Estado. Ante
quienes desean que ese diálogo siga siendo imposible, el Psoe debe hacer oidos
sordos a éstos que le acusan de ofrecer concesiones fáciles y gratuitas, y no
caer en el error de despreciar el apoyo que puedan prestarle tanto los
independentistas y nacionalistas catalanes, como vascos.
Me atrevería a aconsejar a P. Sánchez (y a todos los ciudadanos) que,
obviando los prejuicios creados sobre el President Torra, reflexionara
profundamente sobre la carta que éste le remite (público.es, 25-5-18). En ella
Torra invita a Sánchez a que observemos
juntos qué ha provocado que todos esos principios democráticos
–autodeterminacion, republicanismo, respeto por las culturas y las lenguas- se
hayan diluido con el tiempo como un terrón de azúcar. ¿Qué pasó aquellos años
complicados y confusos de una transición con las cortinas oscuras y poca luz?
¿Qué hizo que se dejara perder la oportunidad de enterrar las visiones más
reaccionarias de España y, por el contrario, se les diera aire para continuar
despiertas hasta hoy?... Tengo la sensación, sr. Sánchez –termina Torra su
carta- de que usted quisiera que
estuviésemos de acuerdo –oque le diera la razón- antes de hablar. Y es evidente
que tenemos miradas diferentes sobre el conflicto político que viven nuestros
pueblos. El diálogo es imprescindible desde el respeto. No debemos tener miedo
a hablar… ¿Empezamos?
Pero si algún cavernícola de entre sus compañeros le dificulta a Pedro
ese diálogo con Torra, que atienda al consejo de un lea excompañero, el
profesor Pérez Tapia, que desde la misma tribuna (CtXt) de 27-5-2018, le ofrece
y recuerda: Hay que neutralizar pues, la coartada españolista para que los
fantasmas que desatan, como ocurrió en el pasado, y padeció en sus carnes uien
era y ha vuelto a ser secretario general del PSOE, no impidan abrir la etapa
nueva que puede iniciarse. Citando a Marx –con esto termino-, Pérez
Tapia le recuerda a su excompañero que,
si la primera vez la cosa acabó en tragedia, no deje que una segunda se
convierta en farsa…
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