jueves, 9 de junio de 2016

PSOE Y SÁNCHEZ SIGUEN “A REBUFO” DE PODEMOS E IGLESIAS



   No sé si cuando Pablo Iglesias o alguien de PODEMOS dice una “nueva” palabra o pronuncia una nueva frase, lo hace para no “entrar al trapo” de una pregunta insidiosa, como si cree en Dios, o con una intención de clara estrategia. Lo cierto es que, cada vez que esto ocurre, toda la “caverna intelectual” del Psoe sale en tromba y organiza un debate puramente nominalista sobre el significado de la palabra o la frase “estimulante”. Espero que la buena educación de Iglesias le reprima de darse un “pedo” en público, para no tener que ver a dichos intelectuales, como perros adiestrados adivinando el olor de su pestilencia. Si lo que están diciendo unos y otras respecto de lo que es la “socialdemocracia”, o de cómo la entendían y la practicaban Marx y Engels, sin ninguna razón filosófico-política y sin ninguna referencia a la historia; o sólo teniendo como referente intelectual a Felipe González y a Olof Palme, como mucho, nadie se puede escandalizar de las políticas “neoliberales”, practicadas por el Psoe y sus barones y baronesas… ¡Cuántas “casas del pueblo”, hoy infrecuentadas, podrían utilizarse, como en otros tiempos, para enseñar a los militantes, aunque sólo fuera la propia historia desde su fundación por el otro Pablo Iglesias… Pero, ahora resulta, que con Felipe Gonzáles y su renuncia, impuesta al Partido, del Marxismo, advino la “socialdemocracia” a España… ¡Para mear y no echar gota!... ¡Ojalá hubiera seguido al sueco y no al inglés de la “tercera vía”!...

   Cierto que los partidos socialistas, como el Psoe, que se quedaron en la Segunda Internacional, nunca se han autodenominado “revolucionarios”. Ellos, en contraposición con los llamados “partidos comunistas” (que no todos se denominaban así), se declaraban “reformistas”… ¿Reformistas de qué?, cabría preguntarles… Buenos “administradores” del Capitalismo, sí han sido; y mientras que el Capitalismo estuvo “regulado”, aquellas reformas sociales que pueden atribuirse, aunque no en exclusividad, las hubiera efectuado A. Suárez… Después de la larga dictadura franquista… Ya se encargó el de “chaqueta de pana”, con la ayuda del dinero alemán y de la influencia americana, de intentar desalojar del escenario político a los que hoy pretenden descalificar llamándoles co-mu-nis-tas. Se olvidan de la lucha que éstos, junto con militantes socialistas, libraron para que los del “grupo de la tortilla” y sus epígonos hayan estado sesteando a la sombra del mortecino bipartidismo…
   El “panfleto” que guía las mentes de los de Ferraz, El País, no puede seguir queriendo engañar a sus cada vez menos lectores, cuando dice en su editorial (8-6-16) que no existe constancia, en un partido que presume de apertura a los militantes, de un debate interno que haya llevado a Podemos a abrazar la socialdemocracia, ni menos de que se haya presentado con esta seña de identidad a anteriores comparecencias en las urnas. Señores del grupo Prisa, a unas elecciones generales en una sociedad madura y plural, como la de la España actual, no se va sólo con una etiqueta de 2 de Mayo de 1879. Ni tal marca es una inyección en el ADN, ni un “marchamo” de auténtico “pata negra”, que como el bautismo cristiano, imprima carácter para toda la vida. La autenticidad y bondad de cualquier producto, entre tanta competencia, hay que demostrarla cada día. Cosa que el Psoe no ha hecho cuando los españoles le otorgaban su confianza. Por cierto, ¿recuerdan la frase de Tamames, “cien años de honradez y cuarenta de vacaciones”? ¡Pues eso!... A unas elecciones se presenta un Programa posibilista que recoja los problemas reales de los ciudadanos, con propuestas claras, no eslóganes, para su solución. Programa que se discute entre las bases del partido proponente y por todos los ciudadanos y organizaciones sociales que hayan querido participar. Los señores de Ferraz y del grupo Prisa no podrán, sin mentir, que tal debate no lo haya habido en PODEMOS. Pero, esos mismos señores, todavía anclados en los viejos topismos de izquierda-derecha, se dedicaron, muchos desde sus cátedras, a no querer entender el concepto de transversalidad puesto en el debate político por PODEMOS. Después, a los grupos autónomos y plurales que confluyeron con los de Vista Alegre y su proyecto de País, estos médiums de la Política, les han venido llamando de todo menos “bonito”; eso, sin tener en cuenta las “sucias jugarretas” que les urdieron en la formación del Nuevo Parlamento. Pero aquella palabreja que no quisieron entender, tiene otro significado más fácil, que se llama pluralidad, que tampoco quieren entender, ocultándola tras el viejo eslogan de la “unidad de España” y algún uso exagerado de la bandera nacional.
   Pero, contra todo esos hechos que venimos describiendo, el “sesudo” editorial dice: El líder de Podemos ha entendido que para alcanzar el poder es mejor crear polémica sobre su conversión socialdemócrata -¿de dónde saca semejante conversión?-, y así evitar asustar a los votantes sensibles al frentismo de izquierdas. Ese miedo a un frentismo de izquierdas, si alguien lo está promoviendo es el propio Psoe, que junto al PP y C´s, recurren a los viejos tópicos del “contubernio judeomasónicocomunista”. ¡Por favor un respeto a aquel “frente popular”, que tanta sangre derramó en defensa de la República!...
   Pronto ha olvidado el Psoe que, más que firmar, se bloqueó con un pacto con quienes Pedro Sánchez había denominado las “nuevas generaciones” del PP, que no sometió a debate previo a sus militantes, que lo hizo en un intento inesperado y desesperado de “escapar de la jaula” de Ferraz; que fue rechazado dos veces por el Congreso, y que, ni por esa es capaz de convencerse de que más del 70% de la ciudadanía sigue sin aceptarlo. Estos viejos señores y los “renovados señoritos” del Psoe, en un ¿último? gesto de hipocresía, se preocupan y critican a IU y a Garzón de pérdida de “pureza” ideológica por haber negociado con PODEMOS, no sin cesión por ambas partes, un renovado Programa con que acudir, UNIDOS PODEMOS, a presentarlo al veredicto de la ciudadanía el 26-J. Es más, lo cual es de risa, les encantaría ver el gesto fruncido de P. Iglesias ante la presencia de banderas con hoz y martillo en los mítines. Pero no, estos señores y señoritos, amantes de etiquetas y símbolos, van a tener que conformarse con su disgusto de ver el despliegue de la “estelada” en los estadios de futbol.
   Se extraña el editorialista de que la socialdemocracia…, iba a convertirse en un terreno de disputa electoral…, cuando la socialdemocracia realmente existente, es decir, el Psoe y su candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, deberían sacar de  este episodio energías para defender con convicción que su oferta política y sus ideas tienen futuro. Varias consideraciones sobre esta “coda” final: que lo que ahora toca no es discutir, cual cortina de humo, el concepto de socialdemocracia; que tal debate, como tal,  no lo ha traído Iglesias; que tal “etiqueta” no es un visado ad calendas grecas; que un “movimiento-partido” como PODEMOS no es la redacción de El País, donde el “ordeno y mando” del capataz Cebrián campa a sus anchas… Y, un consejo a Pedrito: que de un pozo seco no se puede sacar agua
   El debate sobre una definición de “socialdemocracia” es un debate filosófico-político, y, como tal, debiera ubicarse en el ámbito académico y en el interior de los partidos que se reclaman herederos de dicha denominación. Los socialistas del Psoe, a estas alturas, deberían tener muy claro que no son herederos únicos, ni siquiera del término “socialismo”. Tal significante incluso es anterior a Marx. Ya existía lo que se llamó socialismo “utópico”. Pero es con Engels y el Marxismo, que la discusión adquiere especial relevancia. C. Marx, antes que analista económico, era un filósofo materialista dialéctico, cuya tesis doctoral, siendo discípulo de Hegel, la dedicó al pensamiento del “presocrático” Demócrito. Su mayor mérito fue el intento de hacer de aquel socialismo utópico un socialismo “científico”, cuyos instrumentos teóricos, no sólo sirvieran para contemplar la realidad, sino para transformarla. Es como actúa la Ciencia: está críticamente atenta a los fenómenos naturales y a las leyes que los rigen, y dispuesta a poner en “confrontación” con éstas sus conceptos “apriorísticos”, que resultarán invalidados si éstos no responden o no son adecuados para la mejor explicación y aprovechamiento de la Naturaleza. Estamos hablando de lo que un marxista llamaría el estudio concreto de la realidad concreta, cuya “prueba del algodón” es la praxis como criterio de verdad.
   Pues bien, para un político, la realidad que tiene que estudiar y transformar es la realidad social del momento en que vive. Si las leyes o estructuras que rigen esa realidad cotidiana no proporcionan a los ciudadanos el mejor y más justo bienestar posible, no hay “etiquetas” que valgan por muy antiguas que sean, o que hayan sido útiles en otras épocas. La cruda realidad se impone a las “pócimas”, ya provengan éstas del mismísimo Marx, de Lenin, de Felipe, de Carrillo, de Pablo Iglesias, de Pedro Sánchez, o de sus respectivas abuelitas… “La Verdad es la Verdad –decía Machado-, la diga Agamenón o su porquero”. Esto lo había entendido muy bien el propio Marx, cuando dijo aquello de que era el menos marxista de los “marxistas”. No lo entendió así el que se creyó el introductor en España de la socialdemocracia, cuando abdicó e hizo abdicar a sus epígonos del Marxismo. Queriendo abandonar algunas “recetas” inservibles de esa “ideología”, hizo lo peor: arrojar al mismo sumidero el Método. Visto retrospectivamente, dudo si Felipe fue consciente de que fue la realidad española de 1982 la que le hizo cambiar su chaqueta de pana, para poder hacer lo que la sociedad demandaba entonces, o sólo estuvo motivado por sus ansias de poder… Que el franquismo, por otra parte, y las Universidades de entonces ignoraran y no enseñaran unas de las corrientes más importantes del pensamiento, como es el Marxismo, tiene su lógica; pero que Felipe González, Secretario General del Psoe, contribuyera a ese silencio haciendo tabla rasa de toda la aportación de sus antecesores, tiene su “inri”… Que tertulianos como Marhuenda, Inda y otros “ignorantes” del tema difundan su ignorancia, allá ellos con los que tienen que rendir cuentas; pero que sean los Maravall, los Borrell y cía, los que salen al rebato del señor de Prisa, da mucho qué pensar… Que sean las Susana Díaz, los Luena o Hernando los que compitan en la difusión de mentiras y gilipolleces, sólo merecen el mismo desprecio, con el que estos personajillos desprecian a los españoles, con el objetivo de seguir sacando sus habichuelas de las alacenas del “aparato”. Si hasta el 26-J van a seguir diciendo tonterías, que vayan subiendo el sueldo a los militantes que han tenido que contratar para rellenar los mítines…
   Termino, son las contingencias históricas, puestas de manifiestos en las campañas electorales, las que tienen que poner a cada competidor en su sitio, y, aparte de las soluciones que cada cual propone para solucionar los problemas urgentes de los ciudadanos, hay uno que es la “madre” de todos, que urge dinamitar: el salvaje capitalismo destructor que se oculta tras el ultraliberalismo político. Ese es el ring donde hay que “batirse el cobre”…
   Manuel Vega Marín. Madrid, 9 de Junio de 2016 www.solicitoopinar.blogspot.com.es

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