Dice Felipe que hace estas
declaraciones, porque estoy cansado de
que interpreten lo que suponen que pienso o debería pensar. Felipe ignora
que cuando uno habla, máxime cuando ese uno se cree investido de autoridad, y
amplifica sus palabras en un “medio” (El País, 28-I-2016), del grupo PRISA,
siempre presuroso en ponerse a su servicio, se expone a ser interpretado en
función de los intereses, no siempre ecuánimes, de los intérpretes. Justo lo mismo
que él hace con sus juicios de intenciones y conductas de los demás, sin
aportar argumentos. Por lo tanto, el que habla desde esa tribuna, si sus
razonamientos son objetivos y fundamentados en datos históricos-empíricos, no
debería sentirse a disgusto con las interpretaciones ajenas; el tiempo y la
“academia”, que suelen ser neutrales, pondrán las cosas en su debido lugar…
Pero el sufrimiento de Gonzáles (a veces
sufro) no debiera ser por lo que los demás piensan, ¡sólo faltaba!, sino porque estoy en desacuerdo con unos o con otros, incluso con unos y con otros, aunque dice,
hipócritamente, que trato de ser prudente.
Y digo hipócritamente, porque en estas frases pone de manifiesto, una vez más,
su “gran ego”, que nunca consigue disimular. Desde que Pablo Iglesias, el de
PODEMOS, dijo aquello de que le gustaría ser el Felipe González de los años
ochenta, su ego no ha dejado de corroerle las entrañas. ¡Tan irrepetible se
cree!. No se explica, si no, la bilis que resuma por su boca cuando se refiere
al líder de PODEMOS. Debería, por el contrario, de enorgullecerse de que
alguien le elija de modelo. También lo tuvo como icono Rodríguez Zapatero… El
buen maestro debe sentirse sanamente orgulloso de la capacidad de superación de
sus alumnos, Pero lo que realmente corroe el ego de Felipe es que sabe que ya
no puede volver atrás, y que, por mucho que lo intente, nunca va a estar a la
altura de P. Iglesias, que, con su edad actual, similar a la de Felipe en los
ochenta, el joven Iglesias está mucho mejor preparado académicamente que aquél
otro joven “de la chaqueta de pana”. Alguien ha catalogado esa especie de
envidia que sufren algunos padres viejos respecto de sus hijos, cuando éstos
intentan desalojarlos de la actividad, de “síndrome de Abraham”. No sé si el nombre
de esa patología psíquica obedece al mito bíblico del frustrado sacrificio de
Isaac por su padre Abraham… ¡Así es la vida!... ¡El pelo, Felipe, no se cae o
blanquea con la gripe!... Deberías, pues, sentirte muy a gusto, como
reivindicaste en un reciente mitín, de tu contribución cuando gobernabas. Y aún
te sentirás más reconfortado, si olvidas el “rebufo” irónico que se ocultaba
tras aquel “autobombo”… Al menos, Felipe, no caerías en las tremendas
contradicciones, cuando no mentiras, de tu discurso, de las que vamos a dar
cuenta seguidamente.
Y lo primero con lo que no estoy de acuerdo es con el anzuelo que su
entrevistador, Antonio Caño, le pone, para “tirarle de la lengua”: su influencia dentro de su partido y en la
sociedad no sólo no ha decrecido en este tiempo –dice-, sino que ha aumentado ahora que el país vive la zozobra de una crisis
política de muy difícil solución y de consecuencias inciertas. ¡Por favor, no más salvadores! Ante
ese anzuelo, el entrevistado se crece y se llena de falsa humildad,
recordándonos su gobierno de hace más de veinte años, y los diecinueve que fue
Secretario General del PSOE: que es
prudente a la hora de decir lo que piensa a los líderes del partido…, ante
los que, si me preguntan, respondo, pero
intentando no entrometerme nunca…, y que no le toca decidir. ¿Alguien se
cree tal cosa?... ¡Quizá, Susana Díaz!... Poco porvenir tendrá Pedro Sánchez si
se lo cree…
Pero antes de desmenuzar el texto de esta larga entrevista, no me
resisto a expresar mi intuición, a juzgar por lo incongruente y deshilvanado
del mismo, que esta entrevista ha sido “tramada” y “convenida” con urgencia.
Que me perdone Felipe por esta mi primera “malinterpretación”.
Para aclararnos qué “luminosas ideas” nos propone este “venerado”
Oráculo de Delfos, para el bien de la Patria y el bienestar de los españolitos,
más que una “glosa” a un pensamiento coherente, me veo obligado a hacer un
“comentario de texto” a la manera que lo haría un aventajado alumno de
bachillerato. Sirva, pues, el esfuerzo, al menos, para recordar aquellos años
jóvenes, ya que la conclusión del mismo la tengo prefijada desde la primera
lectura del texto: a fuer de querer decir mucho, NO DICE NADA. En esto coincido
con algunos de los comentaristas que he oído o leído. Sobraba la misma
entrevista sólo por inoportuna… Vayamos, pues, por partes:
Primero, ¿qué necesita España, según Gonzáles, para recuperar su
identidad perdida y volver a retomar el rumbo adecuado? Un programa progresista
y reformista, y, por tanto un Gobierno que se identifique con tal
programa. Pero, ¿qué entiende Felipe por tal programa, más allá de eslóganes y
frases manidas? Y ¿qué Gobierno será capaz de llevarlo a la práctica?
Contestemos al primer interrogante. Después de muchos rodeos y divagaciones
contradictorias, para empezar, ni siquiera utiliza la palabra cambio, para que ese Gobierno nos saque
del statu quo al que la crisis financiera y sus consecuencias
económicas y sociales han provocado: recortes y desigualdades, corrupción,
a lo que hay que añadir el desafío secesionista
(de Cataluña). Todos estos fenómenos sólo han originado y han acelerado la sensación (atención a la palabra) de que hacen falta cambios, además de que vivamos una especie de final de ciclo. Al contrario de lo que
ocurría en los años ochenta, en que sabíamos
dónde estábamos y qué queríamos ser. Ahora hemos perdido el rumbo y no sabemos ni a donde vamos ni quienes
somos. ¡Vamos, que sin él, los españoles y hasta su mismo partido nos hemos
quedado huérfanos!... Todo ello es lo que justifica un proyecto reformista para España. De ese proyecto sólo sabe él,
pero no acierta o no quiere explicárnoslo. Habla de la “manida” reforma de la
Constitución; de la reforma electoral, que él no hizo cuando la ley vigente le
beneficiaba; de la educación y de la sanidad públicas, o, ¡atención que esto es
nuevo!, de reformas en las relaciones
industriales (¿?) ¡De las puertas
giratorias, nada de nada! Pero, además tiene la desfachatez de decir que de
nada de esto está hablando nadie. Y digo bien desfachatez, porque da la
impresión de que el tiempo que tiene que dedicar a “sus negocios” le priva no
sólo de leerse el programa de PODEMOS, sino también el de su propio partido.
Este “sabio” no está en el mundo de la realidad…, y comienzo a dudar de si lo
está en el de los negocios…
Pero, mira por donde, en todo ese “bla…,bla…,bla” deja vislumbrar su
idea de reforma: no estoy hablando,
dice, de derogar leyes pasadas, sino de propuestas reformistas (dale con
la palabreja) y de los votos que éstas
necesitan para salir adelante. Y, aunque “de boquilla” dice que el bipartidismo imperfecto ha quedado atrás,
lo que esa lógica de contradicciones realmente oculta es su intención de que
todo siga igual, aunque con cierta apariencia de cambio… Más claro se expresa en el Editorial, que parece
lo ha escrito él, de El País ( 31-I-16).
De anuncio teatral considera la “huida” de P. Sánchez hacia los
militantes ante la “presión” a la que le someten sus “barones”. Es
contradictorio que el editorial considere
una evidente falta de liderazgo acudir a las bases, cuando han sido éstas
las que le eligieron en “primarias” como Secretario General. Y cuando menos,
resulta coincidente con la opinión de El País que P. Sánchez hable menos de un
programa de cambio y de izquierda, y
en su discurso utilice cada vez más las palabras “reformista” y “progresista”.
Es sintomático que Sánchez en su discurso, una vez que el Rey le nombrara
“candidato”, no haya utilizado ni una sola vez la palabra izquierda para referirse a su futuro Gobierno. En la campaña
electoral decía que el único partido que podía aglutinar a toda la izquierda
era el PSOE, e, incluso, criticaban a PODEMOS de ser “populista” y no definirse
en cuál de esos dos topismos (derecha-izquierda) se situaba. ¿Por qué este giro? Porque eso es lo que le indica el “portavoz”
del grupo Prisa: el líder socialista no
debe jugar al equívoco de decir que va a reunir una imposible mayoría
progresista y de izquierda. Las
urnas no alumbraron ninguna mayoría de izquierdas. A ello nos referiremos
en la respuesta al segundo interrogante. El entrevistador no queda satisfecho
con las “explicaciones” de en qué debe consistir un proyecto progresista,
viéndose obligado a repetir la pregunta hacia el final de la entrevista. Y, de
nuevo, encuentra como respuesta un torrente de palabras huecas y frases vacías:
necesitamos una economía social de
mercado, …que es parte de la identidad fundamental de Europa… Se cree que
incluyendo el término “social” entre los de “economía” y “mercado”, puede
ocultar la Europa de los “paraísos fiscales” de Holanda y Suiza; la del
expresidente del Eurogrupo y ministro de finanzas, el socialdemócrata J.
Dijsselbloem, o la de J-Claude Juncker, actual Presidente de la Comisión
Europea que, siendo ministro de finanzas en Luxemburgo, igual que su colega,
facilitaron enormes recortes de impuestos a empresas multinacionales
ficticiamente radicadas en sus respectivos países, al mismo tiempo que
obligaban a Grecia o España a recortar y recortar el gasto en servicios
sociales con tal de disminuir el “déficit público”, para garantizar a los
mercaderes acreedores el cobro de sus inversiones (Aconsejo la lectura del
artículo de Vicent Navarro, Público, 2-II-16). Una Europa muy preocupada por la
“libre circulación de capitales”, mientras en sus fronteras diariamente mueren
decenas de fugitivos del hambre y de la guerra con sus hijos en brazo. Parece
que Felipe tranquiliza su conciencia con sólo decir que esos desajustes,
provocados por los “excedentes” de riqueza que genera tal modelo económico, se
pueden corregir sólo con frases manidas como la distribución justa de aquéllos, tenemos
que dignificar el trabajo, superando la precariedad, mejorando los salarios y
relacionándolos con la productividad. Este “visionario” no es consciente de
que tales desajustes son estructurales del propio sistema capitalista, y no
quiere ver que el pensamiento político que lo sustenta, el “ultraliberalismo”,
que, antaño, tanto criticaba de los “chicago-bois”, se ha implantado como una
doctrina dogmática y de “pensamiento único”, con el que se ha venido a
identificar la “socialdemocracia” europea. ¡Es pura desvergüenza no querer
aceptar, por muy “vida muelle” que se lleve, lo que la experiencia diaria “gime
y grita” en los que la padecen!... ¡Y ya van muchos años de ese tipo de
política y de meras “recetas cosméticas”!...
Del problema añadido que representa el “secesionismo catalán”, por no
alargarme, remito al lector a lo que ya tengo escrito en varios trabajos
anteriores. Así que vamos a la contestación del segundo interrogante.
¿Qué Gobierno podrá llevar a cabo ese programa “progresista y
reformista”? De la cantidad de combinaciones que el “pactódromo” puede
facilitarnos, voy a liberar al lector, aunque en el borrador me había hecho algunas,
para resaltar las contradicciones de las que hace Felipe. Así que, sólo algunos
comentarios al respecto. Comenzaré por uno general. Habla del orden lógico de
las consultas del Rey de cara a la “investidura”, y critica como lo podría
hacer cualquiera con un mínimo de sentido común, el “esperpento” montado por
Rajoy. Pero obvia la gran crítica que un “montaje” así merece. Porque un
“personaje”, todavía Presidente en funciones, no debería haber pisado la
Zarzuela, con la “mochila” de corrupción que lleva a sus espaldas. En ese mismo
día le habían metido en ella la “imputación” de su enésima tesorera, la de su
partido como tal, y toda la corrupción valenciana, empezando por ACUAMED… ¿Es
esa la forma de respetar la Jefatura del Estado, la Constitución, el Parlamento,
etc.? ¿Es esa la ejemplaridad con la que pueden exigir al resto de los
ciudadanos respetar y cumplir las Leyes? ¿Qué “papelito”, pues, se le reserva a
P. Sánchez? El consejo del “gurú” no puede ser más pertinente: Sánchez debe cumplir con el mandato de los
electores y del Comité Federal del Partido,… y debe intentarlo (formar
Gobierno), si fracasa el PP. ¿Con
quién y cómo? Y, a medida que el entrevistador concreta más sus preguntas, el
entrevistado aumenta sus contradicciones. Calcula que, aunque con enormes dificultades, la aritmética
parlamentaria le dará para llevar
adelante una tarea de Gobierno reformista y progresista. Lo conseguirá
hablando con todos y en base a un programa. ¿Por qué obvia de “izquierda”?
Porque para ello tendría que contar con PODEMOS y otros como IU o ERC. ¡Y eso
sería como “nombrar la soga en casa del ahorcado”!... Los de Iglesias y sus
plataformas, que son los únicos y primeros que pusieron su programa sobre la
mesa, quedan excluidos de ese todos; pues, el comportamiento arrogante (¿?)
de los líderes de Podemos, con humillaciones que ponen al descubierto cuáles
son sus verdaderas intenciones, no se debe aceptar. Pero el “amigo del de
“el caracazo” no desaprovecha la oportunidad de hacer un “guiño hipócrita” a
los votantes de PODEMOS, para explicar a sus votantes las verdaderas intenciones de
Iglesias y los suyos… ¿Y cuáles son esas intenciones? Los recurrentes “topicazos”:
Venezuela, Gracia, añadiendo uno más: son
puro leninismo 3.0. ¡¡¡Lí-ne-a!!! Porque, para cantar ¡bingo!, le ha
faltado dos numeritos más: lo del “oro de Moscú”; y algo más actual: “la
financiación de Irán”. Y su amnesia, cercana al “alzhéimer”, le impide recordar
la lluvia de marcos alemanes, facilitada por su padre adoptivo, Willy Brand,
Filesa, etc. Pero a los que tenemos su edad no se nos olvida. También ha
olvidado sus históricos e “histéricos” esfuerzos para desalojar del poder a
Suárez y su tambaleante UCD. ¿Recuerda, al menos, cómo un tal “Isidoro” y un
tal “Andrés”, con ese “oro alemán”, intentaron hacer casi desaparecer al PCE y
a sus votantes y militantes, por cuya monumental lucha y sacrificios se pudo
restaurar la Democracia, y aquéllos “tapados” pudieran darse a conocer,
embadurnando los muros y paredes del país con retratos de chicos melenudos,
chupitas de cuero y chaquetas de pana? No me resisto a recordarle, por si no ha
leído o visto, el espantoso ridículo que han hecho sus “correligionarios”
Matteo Renzi y Hollande ante la visita a Italia y Francia del Presidente iraní,
Hasan Rohani. Ante la expectativa de los miles de millones de euros a invertir,
hasta las Venus que adornan la plaza del Campidoglio se han visto obligadas a
cubrirse sus “partes pudendas”, para no herir la mirada hipócrita del
presidente de un régimen, que todos sabemos cómo trata a las mujeres… ¡Menos
mal que el invierno no está demasiado frio!... Y nuestro ministro Margallo ya
estaba camino de Melilla por si “el persa”, a su regreso, quería ver los
terrenos donde instalar su ansiada refinería de petróleo… En fin, ¡que cuando
el dinero, de color negro o amarillo, “cae” a raudales, sus beneficiarios, con
el pretexto de crear puestos de trabajo, olvidan los principios más
elementales, sus culturas y sus más ricas tradiciones artísticas!... ¡Ay, sr.
González, cómo algunos cambian de chaqueta con el escaso tiempo transcurrido
desde entonces! ¡Otros, en cambio, siguen igual o peor!...
Pero retomemos el hilo (de araña) de la entrevista. Es novedad que ahora
Felipe abandone la “gran coalición” (PP+PSOE+C´s) que tenía en mente antes de
las elecciones. Quizá fuera por las buenas perspectivas que los sondeos daban
entonces a Ciudadanos. Pero tampoco le vale la del Gobierno del Ibex-35, ya que esa combinación podría hacerle (al
PSOE) una “pinza”, ¡cómo la recuerda!, ayudando la subida de Podemos, y dejando
a éste el espacio de la oposición. Pero, ¡aclárese sr. González!, ¿cuál es el
mejor Gobierno posible? Es inútil; de nuevo nos encontramos con la táctica
disuasoria de “echar balones fuera”, como respuesta: es mucho pedir(me) en una
entrevista como esta, pero creo que ha llegado el momento de mirar a los
ciudadanos y abandonar estrategias de trileros como la que hemos visto el
viernes pasado. A nadie le extrañaría que a estas alturas de mi vida prefiriera
que haya un Gobierno con programa acordado para España, por lo que necesitamos,
incluso si no es el Gobierno que más me guste personalmente (¿?) Me va a
permitir el lector la osadía de, más que de comentar, sacar a la luz lo que
oculta este “galimatías”: nadie, a estas alturas, sabiéndose lo
“forrado” que estoy, se escandalizaría que yo prefiriera un Gobierno a la
medida de mis intereses, porque lo necesito para ganar tiempo, aunque no fuera
todo lo de derecha que le gustara a mis socios…
Y acto seguido, entra en el análisis “engorroso” de la aritmética
parlamentaria. Pero de tal engorro voy a librar al lector, aunque prometí un
comentario más literal del texto. Me lo agradecerá, porque, si bien acusa a
otros de “trileros”, cuando este “alquimista” hace uso de la “magia” y el
“conjuro”, deja en pañales al propio Pitágoras. Su editorial en El País del día
siguiente, lo explica más claro: las
urnas no alumbraron ninguna mayoría de izquierdas, ni siquiera aceptando la
hipótesis extremadamente generosa de que Podemos sea considerado como tal; sus
diputados, junto con los de IU y los socialistas, suman 161 escaños. ¿Y los
de ERC y otros del Grupo Mixto? ¿No adivina el lector en este texto el
“alambique” desde el que el “ilustre Mago”, con su “abracadabra”, pretende
hacer desaparecer a los parlamentarios de PODEMOS, mandándolos al “gallinero
del hemiciclo”?
Dice ver posible un Gobierno PSOE+C´s, pues, según él, podría haber base
parlamentaria para las reformas que necesitamos, aunque, de momento, no dice
cuáles son esas bases y cuáles las reformas. Sólo que la ve factibles, si el PP no practica la vetocracia… ¡Así se las ponían a Felipe, pero el otro! ¿Ha
sacado el lector alguna conclusión clara? No se desanime; que tampoco el
entrevistador, que le sigue preguntando en qué basa sus preferencias por un
Gobierno progre sista y reformista. Pero la respuesta vuelve a ser “etérea”:
haciendo frente al inmovilismo y al
liquidacionismo. Dos males que pretende conjurar recurriendo al consenso
de la Transición. En ese recurso fácil al espíritu de la Transición, Felipe
olvida detalles importantes. Bien está que esos detalles los ignore el “piquito
de oro” de A. Rivera, citando al propio Felipe, a Fraga, S. Carrillo y sus
papeles en la elaboración de la Constitución y en los Pactos de la Moncloa.
Pero de ninguna manera debe ignorarlos el que estuvo presente en tales eventos:
aquél consenso fue impuesto por los “poderes fácticos”, y los que más se
beneficiaron del mismo fueron los “restos del franquismos”, que, aprovechando
la “derechización” del PSOE, intentaron liquidar las fuerzas que realmente
lucharon contra la dictadura, que, ingenuas, creyeron que tiempo tendrían de
recuperar lo perdido, una vez instaurada la Democracia. Pero tales esperanzas
fueron frustradas por ese bipartidismo
imperfecto, que ahora denuncia Gonzáles hipócritamente.
Lo que sí tiene claro Felipe en todas sus “maquinaciones” es la
exclusión de PODEMOS. La desconfianza que él presume en esta fuerza emergente
hacia un Gobierno monocolor del PSOE, quiere revertirla en confianza hacia sus
palabras y hacia las promesas de su partido. Pero eso sería tanto como confiar
en las “nuevas” promesas del PP, después de lo visto en la legislatura que
acaba. No sé, pues, de qué se asusta Felipe y la “vieja guardia”, de que
PODEMOS exija garantías del cumplimiento del programa, participando en el posible Gobierno presidido por Pedro
Sánchez. Intentar deslegitimar esa exigencia con el fútil argumento de que lo
que desea Iglesias son “poltronas”, más bien alimenta esa desconfianza, como
presagian las primeras decisiones tomadas en el Parlamento, perjudicando a
PODEMOS, cuyos sesenta y nueve diputados representan a más de cinco millones de
españoles. Pero, es que, además, se olvida de que la ejecución de cualquier
programa político de gobierno, no se hace desde las “tribunas” del Parlamento,
sino en los despachos ministeriales, detrás de una mesa y en una silla… ¿O es
que Felipe y los que piensan como él confían más en un pacto con el PP, que
sigue reclamando el primer “sillón”, o de éste con su “marca blanca”, C´s, cuyo
líder siempre dijo que no apoyaría ni a Rajoy ni a Sánchez, ni participaría en
un Gobierno que él no presidiera? Ahora que el resultado electoral le “ha
bajado los humos”, no quiere perder su trozo de la tarta, presentándose como un
“hombre de Estado” conciliador, haciendo de “celestina” ante los que, no ha
mucho, casi desairaba… Por cierto, ¿de dónde saca este “aprendiz de trilero”
los 17 millones de votantes que, dice, están detrás de su proyecto?...(Al Rojo
Vivo, 3-2-16). Y una pregunta más a este “hombrecito de Estado”: si en estos
días se muestra tan atareado en su ir y
venir a la Moncloa y Ferraz con la “salvífica” misión de convencer a PP y PSOE
para que retiren el veto que,
mutuamente, se tienen, ¿por qué no hace lo mismo con el círculo rojo en el que él y los suyos pretenden confinar a
PODEMOS?...
Ante la insistencia del periodista, Felipe no encuentra una Ariadna que
le ayude, como a Teseo, a salir del “laberinto” en que se ha metido. Conoce de
sobra el NO del PSOE a negociar con el PP; igualmente sabe de la negación de
C´s de apoyar al PSOE, si pacta con PODEMOS… Entonces, ¿En qué queda ese Gobierno reformista y progresista
preferido por él? ¿Cómo ha de considerarse, si no de hipócrita, de marrullera,
habida cuenta de la aritmética parlamentaria, su respuesta: creo que ni el PSOE ni el PP ni otros deberían negar la posibilidad de
un Gobierno para España, si no están en condiciones de hacerlo ellos con sus
formulaciones y programas? Sólo encuentro una consideración: la de
“respuesta escapatoria”.
Por último, la UE y Europa como excusa. Ha echado de menos en la
“campaña” que no se hablara del tema. ¿No ha participado él en algunos mítines?
¿Es que sólo le dejaron tiempo para “denigrar” a PODEMOS? ¿Dedica algo de su
tiempo para preocuparse por el gravísimo problema de los refugiados, que puede
“dejar en pañales” a la Europa de los Derechos Humanos? Por otra parte, es
tremendamente hipócrita, cuando dice: No
soy partidario de esas campañas que tratan de meter miedo a los ciudadanos,
para condicionar su libre voluntad, inclusive la presión que pueda venir de
la Comisión Europea… ¡Como si él y los suyos estuvieran al margen de tales
presiones, de la que esta misma entrevista no es más que una prueba evidente!
¿Qué pensar, además, de las reuniones y “comilonas” de la “vieja guardia”, para
agitar a su “quinta columna” del Comité Federal?
Por fin termina esta larga interviú
con un poco de “peloteo”, pues como no sea por la veneración que el periodista
profesa por el “líder”, ignoro en qué escenarios
potenciales se esté especulando con
su nombre como una especie de solución ideal…, o por qué cree que se echa tanto en falta un Felipe González en España…
(¿?) Y la respuesta no puede ser más de “beata piadosa”: porque ha dado tiempo a olvidarse de los errores que cometí…, y porque
reconocen que siempre puse por delante los intereses de España, y eso se echa
de menos ahora… ¡AHÍ QUEDA ESO!...
Y ya que me he alargado más de lo previsto, no importa un poco más para
reconocer a Pedro Sánchez su habilidad en recurrir a las bases, intentando
fortalecerse frente a sus detractores internos. Si de verdad pone en práctica
todo lo que ayer le oí decir en una entrevista en TV-5 con Piqueras (3-2-16), y
mantiene el “talante” que le observé, en las dificultades que tiene por
delante, saldrá fortalecido como líder del PSOE, fortaleciendo a la vez a su
partido. Alguien tiene que relegar a los libros de historia a personajes como
Felipe Gonzáles. Pero, Pedrito, para todo ello no puede dejar pasar la
oportunidad que te brinda el “leninista 3.0” de formar un Gobierno de
Izquierda…
Manuel Vega Marín. Madrid, 4 de Febrero de 2016. Solicitoopinar.blogspot.com.es
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