En una Democracia madura
la alternancia en el Gobierno de los partidos que representan la pluralidad de
la ciudadanía, es algo normal. Sólo en España, cuando es la derecha, en este
caso el PP, la que tiene que marcharse, todo parece convulsionarse, causando la
sensación de que asistimos a un cambio “milenarista”, y una vuelta a tiempos
históricos muy superados por la sociedad occidental. La resistencia al abandono
del poder hace que los que han estado gozando del mismo intenten meter miedo a
la ciudadanía, entre otros medios, trayendo a las portadas de los periódicos y
platós televisivos controlados por ellos hechos o dichos del pasado, no
teniendo ningún escrúpulo en “utilizar” los Tribunales de justicia. Pero esa
forma de proceder no es inocente; judicializando hechos nimios que poco afectan
a los ciudadanos, procuran esconder del debate público otros hechos, que sí
afectan, ¡y mucho!, a todos los españoles. Estaríamos debatiendo sobre la
pérdida de derechos laborales y civiles, o el latrocinio permanente y
sistemático del erario público.
Uno de esos hechos es el que en estos días se ha estado juzgando en el
Juzgado número 6 de Madrid. Todo ocurrió un 10-3-2011, cuando un grupo de
estudiantes del campus universitario de Somosaguas, en protesta pacífica,
terminaron entrando en el espacio de la facultad, destinado a oratorio. De
aquel grupo de “protestantes” sólo se han sentado en el “banquillo” Héctor
Meléiro y Rita Maestre, estudiantes de Ciencias políticas, siendo muy jóvenes.
Estoy seguro que, si Rita no fuera hoy Concejal del Ayuntamiento de Madrid, por
PODEMOS, cosa que hace cinco años no pasaba por su cabeza, este juicio no
hubiera tenido lugar. ¡Es una vergüenza que la Justicia se preste a ese
esperpento político! A los acusados se les inculpa de delitos contra los
sentimientos religiosos, tipificados en los artículos 524-25 del C. Penal. Para
empezar, hay que decir que la permanencia de dichos artículos en el C. Penal
son reminiscencias de una cultura ya muy lejana, en grandísima parte superada
por una sociedad democrática y madura,
laica y aconfesional. Pero, además, la aplicación de esos artículos está fuera
de lugar, ya que el acto de protesta en el que participaron los “reos”, no
tenían intención de herir los sentimientos, a los que los mismos se refieren.
Hay que dejar muy claro que aquella “malévola” protesta tenía como objeto
evidenciar ante la opinión pública la anomalía de la existencia de un espacio
universitario dedicado al culto de una determinada confesión religiosa, en este
caso, la católica. Lo que realmente se debería estar debatiendo es qué pintan
33 oratorios, una veintena de ellos en la Comunidad de Madrid, que dicha
confesión dispone en otros campus, sin contar los que existen en hospitales,
cuarteles, tanatorios, etc. en toda España. ¡Todos ellos sufragados con el
dinero de todos los contribuyentes! En estos tiempos de “cambios” se debería
estar discutiendo qué sentido tienen esos “espacios sagrados”, al menos en
lugares, donde sus posibles usuarios tienen iglesias y templos a escasos
metros. La Universidad debe ser un Templo; pero ¡sólo dedicado a la Razón y a
las Ciencias! Ni siquiera los acuerdos de cooperación, de 1979, entre la
Iglesia y el Estado español contemplan el asunto de esta manera. En uno de sus
artículos se dice que España se compromete a garantizar a los católicos la organización de cursos, conferencias
u otro tipo de actividades religiosas en las universidades públicas, utilizando sus locales y medios. Lo que
es muy distinto de disponer de un espacio reservado, permanente y exclusivo del
mismo. Ello podría tener algún sentido en otros lugares, como cárceles u
hospitales, donde los usuarios no tienen movilidad ni libertad para elegir otra
opción ( p.ej., una iglesia cercana).
El bien jurídico que se pretende proteger son los sentimientos
religiosos. Pero, como bien dice la exmagistrada Victoria Rosell, éstos pueden
ser muy respetables, pero que no pueden
situarse en pie de igualdad con los derechos fundamentales y libertades
públicas que son la clave de bóveda de nuestro sistema democrático.
¿Es que cualquier otro ilícito, como las “inmatriculaciones” que viene
realizando la Iglesia, no ofende los sentimientos de católicos y no católicos?
No sólo ofenden los sentimientos, sino que también atentan contra los bolsillos
de todos los ciudadanos.
Los delitos contra los
sentimientos religiosos –sigue diciendo Rosell- exigen, según la jurisprudencia, una acción objetiva e idónea para
ofender tales sentimientos, que el propio representante de la iglesia católica (Arzobispo de Madrid) no considera suficiente para ejercer la acusación; y, además, un
elemento subjetivo: el ánimo específico de ofender. Una intención que no es la
que preside la acción de alguien que pretende reivindicar (como los acusados) sin violencia la laicidad del Estado, o tan sólo su neutralidad
religiosa, y protestar contra el machismo de la iglesia. Pero, como
siempre, los hay más papistas que el Papa…
La Religión, al menos la cristiana, no es un sentimiento místico-romántico,
sino un compromiso con la Verdad y con
la Justicia, que redundará en la defensa de los pobres y desvalidos de este
mundo, el único existente, al que hay que transformar en la casa común de
todos. Pero es que para adorar a Dios, no hacen falta templos, pues, como dice
Jesús en el Evangelio de S. Juan, cap. 4,23,
llega la hora (ya estamos en ella) en que los verdaderos adoradores adorarán al
Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le
adoren… Y añade S.Pablo en 1ª a Los Corintios, 3,16-17; ¿No sabéis que sois templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita
en vosotros. Si alguno destruye…
Y puestos a herir los sentimientos, ¿cuánto tiempo lleva la Iglesia
hiriendo todo tipo de sensibilidades? Yo creo que desde el relato bíblico del
Génesis, en el que se acusa a la mujer, Eva, de ser la culpable de todos los
males que afligen a la Humanidad. Allí empezó el machismo del que todavía
adolece la doctrina católica, y del que hacen alarde, desde altares y púlpitos,
muchos de sus representantes mitrados. ¿Qué decir de la pederastia de los
clérigos? Eso sí que es abusar y destruir los “templos vivos”, que son los
menores!... Conviene recordar aquí la misoginia de los clérigos, así como todo
tipo de fobias contra homosexuales y lesbianas… Pero, si seguimos hablando de
herir sentimientos, no hay más desastroso ejemplo del interrogatorio de la
fiscal. El morbo, con cura de testigo, impregna la altisonante elocuencia de
letrados y fiscales. Transcribo al lector algunas de esas “perlas”: ¿Es cierto que el 10 de Marzo de 2011 usted
se desnudó?; ¿Y dijo, leo textualmente, ante el Vaticano, poder clitoriano?;
¿No es verdad que irrumpió en la capilla y se quedó en sujetador?; ¿Se besaron
allí dos mujeres? Hasta la acusada se vio sorprendida por semejante manera
de reconstruir los hechos de auto!... Si los Tribunales tuvieran que calificar
los hechos delictivos que juzgan por los “pareados “y ocurrencias chistosas con
los que los manifestantes alegran sus “marchas”, aquéllos, más que juzgar
hechos, serían los encargados de privar de todo el simbolismo que, tanto el
lenguaje verbal, como el corporal, expresan… Y, puestos a escandalizarse por
exhibir un torso desnudo, tendríamos que llevar a la hoguera nuestra rica
imaginería barroca que procesionan por calles y plazas en Semana Santa y
destronar o descolgar tantos Crucificados, que presiden altares y aulas escolares.
Pero de ello la religiosidad casposa de algunos no se resiente…
Y, a parte de la fiscal, ¿quiénes son los otros “azuzadores”, más que
acusadores en este “tinglado de la antigua farsa”? No precisamente quien
“oficialmente” debiera haberse sentido herido: la iglesia católica. Ni siquiera
el seudosindicato “manos sucias”, que, como el laurel, está en todos los
“potajes”. ¡No! Es un partido, Alternativa Española, de la extrema derecha
farisea, cuyo secretario general, López-Dieguez, es familiar del desaparecido
franquista Blas Piñar. Lo que no ganan en las urnas, estas recalcitrantes
familias lo quieren ganar en los Tribunales de Justicia. Y, como refuerzo, una
asociación de abogados, Centro Jurídico Tomás Moro, vinculado a una sociedad
secreta ultracatólica, El Yunque, que, como dice un articulista de el
diario.es, el mismo Papa quiere desterrar
de las diócesis españolas, porque, en vez de hacer el bien, hacen política.
¡Y de la peor catadura, añadiría yo!
Por más que se empeñen los portavoces apostólicos-mediáticos ABC o La
sinrazón, etc., no conseguirán sus hipócritas propósitos. Sus esfuerzos son en
vano. Más bien conseguirán lo contrario. Las nuevas generaciones, cada vez más
formadas y laicas, se irán alejando de la Religión y del Catolicismo, mientras
sus cabezas visibles sigan interpretando “el Mensaje” farisaicamente, y
ocultando la “Buena Nueva” tras conductas hipócritas y políticamente
interesadas. A todos estos “apesadumbrados” de la vida les vendría muy bien
meditar sobre la dura diatriba que Jesús lanza contra escribas y fariseos en el
capítulo 23 del evangelista Mateo: ¡Ay de
vosotros escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de
los Cielos! O aplicarse aquello de No
juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzguéis
seréis juzgados, y con la medida que midáis se os medirá (Mat. 7,1).
Pero si, finalmente, los que van a pasar a la oposición, intentan
resistir en el poder no dejando “títeres con cabeza”, encarcelando a los
titiriteros, haciendo grandes problemas de cómo se disfrazan los Reyes Magos, o
algo peor; convirtiendo los Tribunales de justicia en audiencias
inquisitoriales, y dictando sus sentencias en el “rollo” de la plaza pública,…
¡Que vayan haciendo avituallamiento,… porque larga será la “travesía”!...
Manuel Vega Marín. Madrid, 23 de Febrero de 2016.
Solicitoopinar.blogspot.com.es
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