miércoles, 10 de febrero de 2016

TAMBIÉN “EL” GUERRA…, POR SI FELIPE NO FUERA SUFICIENTE



   En un artículo anterior, crítico con la entrevista de Felipe González en El País (28-I-16), decía que, cuando el “gran líder”, se refería a los jóvenes políticos de PODEMOS, mostraba su afección por lo que alguien ha llamado el “síndrome de Abraham”. Con esta especie de complejo, contrario al de Edipo, se pretende describir la malsana envidia que sufren muchos padres de “mente aviejada”, al verse superados por sus propios hijos, a cuya juventud y mejor preparación el futuro les brinda las oportunidades, que aquéllos ya no podrán disfrutar por mucho que se regocijen en lo de “que me quiten lo bailao”. Pues bien, ese mismo “síntoma” aparece con más pujanza en las declaraciones hechas por Alfonso Guerra con motivo del homenaje rendido a Fernando Múgica, en el veinte aniversario de su asesinato por ETA. Digo con más pujanza, a la vista de los calificativos usados para dirigirse a estos jóvenes: niños malcriados, jóvenes altaneros, adanes que pretenden inaugurar el mundo, que son quienes todavía intentan recaudar réditos y beneficios por haber matado. Todo ello sólo por haber llamado a PP, PSOE y C´s el “trio del bunker”, por la acción concertada de éstos para aislar en la Mesa del Congreso al tercer grupo más numeroso de dicha Institución.

   El alzhéimer impide a este “abuelo porreta” de la política recordar la cantidad de adjetivos y epítetos que él utilizaba para dirigirse a sus adversarios, como si fueran enemigos. Pero, como lo hacía alardeando con su típico y tópico gracejo sevillano, todos le reían las gracias, sin darse cuenta de que, muchas veces, esa aparente aceptación risueña sólo encubría desprecio. Los que por edad le oímos decir aquello de vamos a dejar España que no la va a conocer ni la madre que la parió, en efecto, hoy podemos comprobar, sin quitar mérito a las cosas que el PSOE hizo bien en sus primeros gobiernos, después de la larga y oscura noche del “bipartidismo”, la España que PSOE y PP han dejado no la reconocemos los que, desde distintos frentes, ayudamos al partido socialista a mejorar la “herencia franquista”. Este segundo “gurú” de la política, como Felipe, también ha olvidado el “caso Juan Guerra” ( su hermano), Filesa, el GAL (aquello de que “la democracia se defiende desde las cloacas”), los ERE, etc., etc…. ¡Quien intenta desprestigiar sin argumentos, se denigra a sí mismo!...
   ¿Piensa este “jefe de sala de máquinas”, que, por algunos méritos pasados y 37 años en el Parlamento, muchos de los cuales, agazapado “tras la barrera”, le confiere “derecho de pernada? ¿Cree que por algún que otro mitin en los feudos de sus incondicionales le facultan para sentirse el amo y el máximo intérprete de la Historia? Igual que su generación, que es también la mía, y la de muchos “yayofláutas”, en manera alguna, tiene derecho a arrebatar el “timón” a las nuevas y futuras generaciones…
   Servirse de un acto conmemorativo de un hecho luctuoso, para “asperjar” la tumba de la víctima con esa “ensartación”, que no “exaltación”, de disparates me recuerda los cientos o miles de “efemérides” que la dictadura conmemoraba, y aprovechaba para arremeter contra los caídos del “otro bando”, exaltar a los del propio y encarcelar y torturar los días inmediatos a los “sospechosos” de toda sospecha… ¡Siempre he renegado de esta España de “responsos” y “cruces de los caídos por Dios y por la Patria”; de esa España miserable, que como dijera Valle-Inclán, transforma todos los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan al gato cuando se les muere (Luc. Bohemia).
   Encontrar semejanza de posición de estos jóvenes altaneros y el bunker que se opuso a la transición política en el mes de Febrero de 1981 (golpe 23-F) es de Juzgado de Guardia. Y estoy seguro de que, si estos jóvenes hubieran “tuiteado” algo parecido, el propio Guerra hubiera sugerido al ministro de Interior aplicarles la “ley mordaza” por exaltación del terrorismo. ¿No recuerda Guerra cuando repetía aquella frase de prefiero la libertad de expresión, aunque alguien la use contra mí (o algo parecido). Lo mismo que estos días de carnaval se ha metido en prisión incondicional a dos “titiriteros”, también, en esta que llaman democracia, y no lo es, se hubiera llevado ante el Ministro de la Gobernación a Max Estrella (Valle-Inclán), injustamente detenido e inquisitorialmente torturado (Luces de Bohemia, escena octava). ¿De este atropello no tiene nada que decir el sr. Guerra? Este “sabelotodo” de la historia reciente de España, antes de asemejar a estos “niños malcriados” con los golpistas del 23-F, debería explicarles qué fue aquello de la “Operación De Gaulle” y el Gobierno de “unidad nacional”, urdido por el general Alfonso Armada, que, entre tantos juicios y contrajuicios, quedó en la penumbra de la historia, y en la que, al parecer, estaba implicado el Partido Socialista.
   Es un sarcasmo, muy propio de Guerra, por más que lo disfrace de “sermón de cura” o de “juego floral”, decir que vivimos una etapa en la que los nostálgicos han dado paso a los adanistas que defienden el discurso de que todo lo nuevo es mejor que lo anterior y pretenden demostrar que con ellos se ha inaugurado la política. Porque, además, es una solemne mentira. Primero, porque el que se muestra como nostálgico es él mismo y la “casta” que se adhiere a sus palabras, como si fueran los únicos que saben hacer política. Segundo, porque no he oído a ninguno de esos jóvenes altaneros decir semejante idiotez. Es más, en sus filas militan y hacen política gente mayor que un día militaron o simpatizaron con el PSOE, y hoy lo han abandonado, desengañados de esa política que tiene de todo, menos de socialista. ¡Hasta la palabra izquierda ha sido sustituida por la de reformista, cuando se refieren a la conformación de un gobierno!
   Por otra parte, asemejar el derecho de autodeterminación o el edulcorado derecho a decidir, y asimilarlos a la bandera del terrorismo que derramó mucha sangre inocente como la de Fernando Múgica, o pensar que los defensores de tales derechos intentan recaudar réditos y beneficios por haber matado, a parte de una incitación al odio, revela una mente envidiosa y muy calenturienta en quien, desde que accedió al poder, no ha hecho más que beneficiarse de sus “prebendas”, minimizando el terrorismo del GAL… ¡Estoy seguro que el propio cadáver de Fernando Múgica se habrá revuelto en su tumba ante tan desatinadas comparaciones! ¡Igualmente, tengo la seguridad de que esa infame verborrea no es la senda de claridad, que, según Guerra, marcó Múgica para que los socialistas la siguieran!...
   Con esa estrategia practicada por el PSOE para desprestigiar a PODEMOS, sólo demuestra la torpeza del alquimista que cree que con conjuros y palabras ácidas van a cambiar la naturaleza de las cosas, convirtiendo el plomo en oro. Como dice Almudena Grande en su columna de hoy (El País, 8-2-16), A mí Podemos no me da ni pizca de miedo. Me asustan mucho más los exministros socialistas colocados en consejos de administración de multinacionales que exigen una gran coalición (de gobierno). La falta de objetividad que se desborda en multitud de opiniones no logrará que los votantes de Podemos cambien de opción, ni que muchos, demasiados votantes del PSOE, permanezcan fieles a un partido que se arruga ante la posibilidad de formar un Gobierno de izquierdas. M. VEGA MARÍN. Madrid, 9, Febr., 2016.

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