martes, 29 de diciembre de 2015

CREAR TÍTERES, PARA, LUEGO CORTARLES LA CABEZA



En mi pueblo hay un dicho muy elocuente: eres más tonto que mi José, que hacía caballitos de mierda y se comía la cabeza. No pretendo aplicar al pie de la letra al PSOE el significado de tal aforismo; pero, desde luego, es de chiste lo que está ocurriendo en ese Partido, a cuyos dirigentes se les llena la boca reivindicándole de “histórico”, y de “responsable”. Y no dudo que en algún momento de su historia lo fuera. Pero, a tenor de los que hoy estamos viendo, más bien se le podría calificar de “histérico” y “salvapatrias”…
   Lo de crear un títere no es nuevo; el último ejemplo lo tuvimos con Rodríguez Zapatero. Crearon a la ligera y para salir del paso a un “líder”, al que ellos mismos llamaron Bambi, al que no dejaron de “tirar pelotazos”, cual muñeco de feria, cuando éste se creyó lo de la Política, haciendo avanzar a España en derechos civiles, aunque no le dejaran hacer lo mismo en el campo de la economía o derechos laborales, pues este es otro terreno, en el que las órdenes proceden de otros mandatarios menos transparentes. Y, cuando empezó la crisis no lo dejaron dimitir, que hubiera sido lo acertado, aduciendo responsabilidad de Estado, para encubrir lo que no era más que sumisión a la política económica ultraliberal y única impuesta en la Eurozona.

   Después del descalabro electoral del 2011, y, cuando todos los españolitos hemos tenido que sufrir una legislatura del PP, pletórica de “recortes” en todos los ámbitos, y en la que la corrupción ha campado a sus anchas hasta que el pueblo dijo ¡basta! un 15-M, el PSOE se agazapó en una cómoda oposición, soportando pasivamente la dictadura del “rodillo parlamentario”, a la espera de que, automáticamente, le tocara su “turno de gobierno”. ¡Tan “a huevos” no se lo ponían ni a Felipe II!... Creyeron que lo de “las mareas” y los aires de cambio, que se respiraba en todas las calles y plazas, era cosa de “cosmética”, y se pusieron, otra vez, manos a la obra: buscaron un líder joven, alto y guapo, al que le hicieron creer que, con los “logros” pasados y con “descorbatarse” y aparecer con “sonrisa Profiden” era suficiente. Pero la realidad es tozuda, y volvieron a no reconocer su nuevo “batacazo” ni en las Autonómicas de Susanita, ni en las posteriores elecciones Municipales y Autonómicas. Se colocaron en algunas “poltronas” en algunos Ayuntamientos y Autonomías, sin reconocer ni agradecer, que dichas poltronas se las deben al apoyo de un nuevo partido, PODEMOS, al que tanto han intentado y siguen intentando desprestigiar, ahora, con el pretexto mentiroso e hipócrita de que éstos quieren romper España… ¡Que sigan así! Pero, por honor a la verdad, ¡que no se quejen, ni llorisqueen diciendo que PODEMOS le quiere robar al PSOE sus electores! ¡SI NO QUIEREN QUE LOS AUTÉNTICOS SOCIALISTAS SE LES VAYAN, QUE NO LOS DESPRECIEN NI LE HAGAN SENTIR VERGÜENZA AJENA!...
   Lo de la “unidad” de España ya está sonando a aquello de Una, Grande y Libre. No sé para qué les sirve ser un partido de estructura federal, si por otra parte, están defendiendo un Estado unitario y jacobino; a no ser que su kakareado federalismo sólo les sirva a sus “barones y baronesas” para defender sus privilegios en sus respectivas baronías y reinos de Taifa. Lo que demuestra que, cuando hablan de que España es un país plural, ya no saben a qué realidad se están refiriendo. Estos “apoltronados” ya no tienen tiempo de estudiar la propia historia de su partido, ni, mucho menos, hacer una interpretación “progresista” e “histórico-contextual” de la misma Constitución, que ahora defienden con el mismo inmovilismo pétreo que el PP o la “derechona” residual del franquismo…
   Lleva razón Pablo Iglesias cuando le dice al PSOE y a su Secretario general que se aclaren y dejen de hacer teatro, y cuanto antes, le digan a los españoles qué pretenden hacer. Porque es de risa el sainete de enredo que estos días están representando la Ejecutiva y el Comité federal en la sede de Ferráz. Ni si quiera los bandos enfrentados, después de tantas horas de discusión y votaciones, han sido capaces de reconocer quién ha ganado la pelea. Unos de un bando dicen una cosa, y otros del otro dicen otra. Vean si esto no es más que una comedia de enredos, pues en ésta, al final, los embrollos se aclaran.
   Desde fuera podemos observar un claro propósito de los barones críticos: echar a Pedro Sánchez de la Secretaría general. Es la fórmula de buscar un “chivo expiatorio” sobre el que cargar toda la culpa del fracaso electoral, y no reconocer que la responsabilidad es de todos los dirigentes por sus políticas equivocadas. Tanto queriéndole imponer a su candidato a formar gobierno la condición de no negociar con PODEMOS, como queriendo acortarle el tiempo a cualquier maniobra que le pudiera, en un imposible, conseguir tal fin. Es el pretexto hipócrita de adelantar el Congreso “porque toca” y “así está prefijado en los estatutos”. Como si tales estatutos fueran las “tablas de la Ley”, y a tal respecto no se pudiera cambiar la fecha de su celebración, según indican las circunstancias y el sentido común. No sería la primera vez que tal cambio se hiciera. Pero la intención de los críticos barones no es, como hipócritamente dicen, solucionar los problemas de los españoles, sino los problemas internos del PSOE y las acomodadas prebendas de aquéllos. Los dos caminos o condiciones llevan a la misma conclusión: echar a Pedro Sánchez, como hicieron con Zapatero, creyendo que en una nueva convocatoria electoral, a la que lleva irremisiblemente ambas condiciones, obtendrán un mejor resultado… Y, así, poquito a poquito,  van hundiendo al PSOE en la miseria del egoísmo y la mediocridad política de unos pocos.
   Por supuesto, que cada uno de los militantes del PSOE puede tener, igual que cualquier ciudadano, su opinión y su verdad, y el Partido, con la confianza de éstos, se puede sentir legitimado para adoptar las estrategias y tácticas que considere oportunas, para conseguir sus fines. Así es de generosa la Democracia. Pero, por encima de la Democracia, y basándose en élla, está LA VERDAD. Y sea dicha por Agamenón o su porquero, lo que Ésta no permite es confundir a la ciudadanía, predicando que se pertenece a una tendencia política o ideológica,  aduciendo argumentos propios de otras tendencias ideológicas, que en otros partidos no resultarían espurios e hipócritas, sino perfectamente ajustados y coherentes…
   Es penoso tener que recordar que la Política no es una “profesión”, sino una “vocación de servicio” a la que a nadie se obliga; no es una “oportunidad” para arribistas, sino un ejercicio “práctico” de una ÉTICA y de unos principios, si se quiere, “morales”, que comprometen con los demás conciudadanos. Por ello, por lo que a mí respecta, exijo a mis representantes de izquierda el máximo cumplimiento con la VERDAD y con la ÉTICA… (Seguiremos).

   Manuel Vega Marín. Madrid, 28 de Diciembre de 2015. solicitoopinar.blogspot.com.es

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