En mi pueblo hay un dicho muy
elocuente: eres más tonto que mi José,
que hacía caballitos de mierda y se comía la cabeza. No pretendo aplicar al
pie de la letra al PSOE el significado de tal aforismo; pero, desde luego, es
de chiste lo que está ocurriendo en ese Partido, a cuyos dirigentes se les
llena la boca reivindicándole de “histórico”, y de “responsable”. Y no dudo que
en algún momento de su historia lo fuera. Pero, a tenor de los que hoy estamos
viendo, más bien se le podría calificar de “histérico” y “salvapatrias”…
Lo de crear un títere no es nuevo; el último ejemplo lo tuvimos con
Rodríguez Zapatero. Crearon a la ligera y para salir del paso a un “líder”, al
que ellos mismos llamaron Bambi, al
que no dejaron de “tirar pelotazos”, cual muñeco de feria, cuando éste se creyó
lo de la Política, haciendo avanzar a España en derechos civiles, aunque no le
dejaran hacer lo mismo en el campo de la economía o derechos laborales, pues
este es otro terreno, en el que las órdenes proceden de otros mandatarios menos
transparentes. Y, cuando empezó la crisis no lo dejaron dimitir, que hubiera
sido lo acertado, aduciendo responsabilidad de Estado, para encubrir lo que no
era más que sumisión a la política económica ultraliberal y única impuesta en
la Eurozona.
Después del descalabro electoral del 2011, y, cuando todos los
españolitos hemos tenido que sufrir una legislatura del PP, pletórica de
“recortes” en todos los ámbitos, y en la que la corrupción ha campado a sus
anchas hasta que el pueblo dijo ¡basta! un 15-M, el PSOE se agazapó en una
cómoda oposición, soportando pasivamente la dictadura del “rodillo
parlamentario”, a la espera de que, automáticamente, le tocara su “turno de
gobierno”. ¡Tan “a huevos” no se lo ponían ni a Felipe II!... Creyeron que lo
de “las mareas” y los aires de cambio, que se respiraba en todas las calles y
plazas, era cosa de “cosmética”, y se pusieron, otra vez, manos a la obra:
buscaron un líder joven, alto y guapo, al que le hicieron creer que, con los
“logros” pasados y con “descorbatarse” y aparecer con “sonrisa Profiden” era
suficiente. Pero la realidad es tozuda, y volvieron a no reconocer su nuevo
“batacazo” ni en las Autonómicas de Susanita, ni en las posteriores elecciones
Municipales y Autonómicas. Se colocaron en algunas “poltronas” en algunos
Ayuntamientos y Autonomías, sin reconocer ni agradecer, que dichas poltronas se
las deben al apoyo de un nuevo partido, PODEMOS, al que tanto han intentado y
siguen intentando desprestigiar, ahora, con el pretexto mentiroso e hipócrita
de que éstos quieren romper España… ¡Que
sigan así! Pero, por honor a la verdad, ¡que
no se quejen, ni llorisqueen diciendo que PODEMOS le quiere robar al PSOE sus
electores! ¡SI NO QUIEREN QUE LOS AUTÉNTICOS SOCIALISTAS SE LES VAYAN, QUE NO
LOS DESPRECIEN NI LE HAGAN SENTIR VERGÜENZA AJENA!...
Lo de la “unidad” de
España ya está sonando a aquello de Una,
Grande y Libre. No sé para qué les sirve ser un partido de estructura
federal, si por otra parte, están defendiendo un Estado unitario y jacobino; a
no ser que su kakareado federalismo sólo les sirva a sus “barones y baronesas”
para defender sus privilegios en sus respectivas baronías y reinos de Taifa. Lo
que demuestra que, cuando hablan de que España es un país plural, ya no saben a
qué realidad se están refiriendo. Estos “apoltronados” ya no tienen tiempo de
estudiar la propia historia de su partido, ni, mucho menos, hacer una
interpretación “progresista” e “histórico-contextual” de la misma Constitución,
que ahora defienden con el mismo inmovilismo pétreo que el PP o la “derechona”
residual del franquismo…
Lleva razón Pablo Iglesias cuando le dice al PSOE y a su Secretario
general que se aclaren y dejen de hacer teatro, y cuanto antes, le digan a los
españoles qué pretenden hacer. Porque es de risa el sainete de enredo que estos
días están representando la Ejecutiva y el Comité federal en la sede de Ferráz.
Ni si quiera los bandos enfrentados, después de tantas horas de discusión y
votaciones, han sido capaces de reconocer quién ha ganado la pelea. Unos de un
bando dicen una cosa, y otros del otro dicen otra. Vean si esto no es más que
una comedia de enredos, pues en ésta, al final, los embrollos se aclaran.
Desde fuera podemos observar un claro propósito de los barones críticos:
echar a Pedro Sánchez de la Secretaría general. Es la fórmula de buscar un
“chivo expiatorio” sobre el que cargar toda la culpa del fracaso electoral, y
no reconocer que la responsabilidad es de todos los dirigentes por sus
políticas equivocadas. Tanto queriéndole imponer a su candidato a formar
gobierno la condición de no negociar con PODEMOS, como queriendo acortarle el
tiempo a cualquier maniobra que le pudiera, en un imposible, conseguir tal fin.
Es el pretexto hipócrita de adelantar el Congreso “porque toca” y “así está
prefijado en los estatutos”. Como si tales estatutos fueran las “tablas de la
Ley”, y a tal respecto no se pudiera cambiar la fecha de su celebración, según
indican las circunstancias y el sentido común. No sería la primera vez que tal
cambio se hiciera. Pero la intención de los críticos barones no es, como
hipócritamente dicen, solucionar los problemas de los españoles, sino los
problemas internos del PSOE y las acomodadas prebendas de aquéllos. Los dos
caminos o condiciones llevan a la misma conclusión: echar a Pedro Sánchez, como hicieron con Zapatero, creyendo que en
una nueva convocatoria electoral, a la que lleva irremisiblemente ambas
condiciones, obtendrán un mejor resultado… Y, así, poquito a poquito, van hundiendo al PSOE en la miseria del
egoísmo y la mediocridad política de unos pocos.
Por supuesto, que cada uno de los militantes del PSOE puede tener, igual
que cualquier ciudadano, su opinión y su verdad, y el Partido, con la confianza
de éstos, se puede sentir legitimado para adoptar las estrategias y tácticas
que considere oportunas, para conseguir sus fines. Así es de generosa la
Democracia. Pero, por encima de la Democracia, y basándose en élla, está LA
VERDAD. Y sea dicha por Agamenón o su porquero, lo que Ésta no permite es
confundir a la ciudadanía, predicando que se pertenece a una tendencia política
o ideológica, aduciendo argumentos
propios de otras tendencias ideológicas, que en otros partidos no resultarían
espurios e hipócritas, sino perfectamente ajustados y coherentes…
Es penoso tener que recordar que la Política no es una “profesión”, sino
una “vocación de servicio” a la que a nadie se obliga; no es una “oportunidad”
para arribistas, sino un ejercicio “práctico” de una ÉTICA y de unos
principios, si se quiere, “morales”, que comprometen con los demás
conciudadanos. Por ello, por lo que a mí respecta, exijo a mis representantes
de izquierda el máximo cumplimiento con la VERDAD y con la ÉTICA… (Seguiremos).
Manuel Vega Marín. Madrid, 28 de Diciembre de 2015. solicitoopinar.blogspot.com.es
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