martes, 17 de noviembre de 2015

LA GUERRA NO ES LA SOLUCIÓN



   ¡Esto es la guerra…; más maera!... Cada vez que se produce un atentado como el del viernes (13-XI-15) en París, me viene esa imagen “humorística” de Groucho Marx. Igualmente, siempre que se produce un hecho de esas nefastas características, todos los medios informativos difunden hasta la saciedad las imágenes de Jefes de Estados y de Gobiernos y de otras instituciones desgañitándose  en declaraciones solemnes y rimbombantes, sólo para quedar bien ante sus ciudadanos y electores y las víctimas de los damnificados. Es una actitud lógica que tiene todos mis respetos. Pero a lo que no me adhiero es a la hipocresía que subyace bajo tanta teatralidad. Pues son estos mismos Estados y Gobiernos los que fomentan las guerras, para mantener la industria armamentística y su propio bienestar a costa de empobrecer a la población de los países afectados.

   Cuando los Bush, padre e hijo, y el mismo T. Blair han reconocido, de alguna manera, sus mentiras y medias verdades sobre las guerras del Golfo y de Irak, el expresidente Aznar, el último en la famosa foto de las Azores, aún no se ha dignado a reconocer ante los españoles la zafiedad de sus errores, ni de pedir perdón a las víctimas. Todos sabemos, por más que se nos quiera hacer olvidar, que, tanto Al Qaeda primero, como ISIS después, u otros grupos radicales derivados de aquellos, no existían antes de que Afganistán fuera ocupado por la U. Soviética. Fueron los EE.UU. y sus aliados occidentales, con la decisiva ayuda financiera de Arabia Saudí, quienes crearon y alimentaron armamentísticamente al grupo de Bin Laden. Igualmente, hasta que los rusos no han aclarado su apoyo al dictador sirio, todos han estado mirando para otro lado, mientras Asad machacaba a su pueblo más pobre, haciendo huir a millones de ciudadanos que podían pagar con sus ahorros a los mafiosos, sin que éstos les garantizaran sobrevivir a mares y desiertos…
   Es claro que ninguna de las partes en conflicto está dirigida o protegida por “ángeles custodios”; y más cierto aún es que quienes sufren las consecuencias de sus intereses egoístas y de sus escandalosos errores son las poblaciones inocentes de los diferentes bandos. Está por ver que al “pacifista” Obama se le oiga decir, respecto de las continuas masacres de los israelíes sobre los palestinos, que son atentados contra la Humanidad, como lo ha hecho con la masacre de París. Sólo ahora que todos estos movimientos se confunden con los llamados “terroristas radicales”, aprovechan para vaciar sus arsenales de armamento viejo y sustituirlos por otros más modernos y mortíferos. No fue precisamente un antibelicista, sino un General como Eisenhower, en su discurso de despedida a la nación (17-I-1961), quien advirtió a su sucesor, Kennedy, del peligro que significaba el enorme poder acumulado por el “Pentágono” y su complejo militar-industrial. Años después, 1966, es otro General, De Gaulle, el que hace que Francia abandone la estructura integrada militar de la OTAN, temiendo el poderío, anunciado por su colega norteamericano. Es importante recordar estos hechos a los que ahora critican, por incorporarse a PODEMOS, a nuestro General Julio Rodríguez, cuando en su sensatísimo artículo (El País, 15-XI-15) escribe que la solución del autodenominado Estado Islámico no puede ser únicamente militar…, y de poco servirán (estas y otras medidas similares), si no se ven acompañados de un enfoque integral que incorpore los medios políticos, diplomáticos y de cooperación adecuados…, hay que combatir la desigualdad y la exclusión social en las periferias urbanas europeas de las que a menudo provienen (estos terroristas). Aconsejo encarecidamente la lectura completa de dicho artículo.
   Tendríamos que recordar aquí que gran parte de los reclutados por estos grupos terroristas provienen de los barrios más pobres y segregados de Ceuta y Melilla, en su cercanía con Marruecos, dos ciudades autónomas gobernadas por el PP y de un Gobierno muy “hermanado” con nuestra Monarquía y mimado por nuestros sucesivos gobiernos.
   Occidente y esta Europa de los “valores humanos” y “derechos democráticos” está actuando como los “furtivos” que cazan con “hurón”: introducen a estos malolientes animales por una entrada de la “madriguera”, mientras esperan, en la otra, a los conejillos que huyen, para descargar sobre ellos sus escopetas o la furia de sus “jaurías”. Así actúan estos “cazadores de la sociedad del bienestar”: indiscriminadamente, trátese de mayores, mujeres o niños, civiles o no, los echan de sus países, pueblos o viviendas, para, a los que han tenido la suerte de sobrevivir a mares y desiertos, retenerlos en sus fronteras cerradas con concertinas, pelotazos y gases… El derecho de asilo se ha sustituido por nuestro derecho a tener fronteras seguras. Como dice en profesor Torreblanca, ya no se trata de cómo integrarlos, sino de cómo devolverlos a sus países de origen. Ya no se trata de parar la guerra en Siria, sino de pagar a Turquía (¿y por qué no a Grecia? para que los retenga… Europa quiere resolver el problema construyendo una valla, más bien decenas, y arrojando dinero por encima de ella… ¡Y nuestro Gobierno del PP, en vez de ampliar el horizonte del Derecho Universal, lo constriñe, por puros intereses económicos-comerciales con China, a la que tanto se critica, precisamente, por los recortes, que su Gobierno comunista hace de los Derechos Humanos!...
   Pero hay algo peor en esta conducta hipócrita: se nos intenta convencer, como indecentemente ha hechos un “príncipe” de la Iglesia Católica Española, utilizando un lenguaje evangélico, que dentro del “trigo limpio” de los que huyen del hambre y la guerra, en busca de una vida digna y pacífica, puede camuflarse la “cizaña”. Pero es una voz más de los que intentan inculcarnos, además, de que estos “fugitivos” huyen del fanatismo religioso musulmán, olvidando nuestros “prebostes” y gobernantes que el Dios que fundamenta la pretendida civilización cristiano-europea, es el mismo en el que creyó “el Profeta”, y, a través de él, sus descendientes… Hay que tener presente que atentados más duros de los del otro día en París los están sufriendo diariamente en Siria o en cualquiera del Oriente Medio musulmán. Países bombardeados por las potencias occidentales que carecen de un plan político-económico posterior al enorme vacío de poder, en que quedan esos Estados fallidos, y que vienen a rellenar decenas de grupos y tribus enemistados entre sí. La llamada “Primavera árabe” se vio frustrada por falta de ayuda de los países que alardean de democracia. Tenemos que convencernos de que nuestro modelo de democracia no se puede imponer por la fuerza de las armas…
   Sufriremos unos días oyendo las “rimbombantes” declaraciones de los máximos líderes políticos; nos cansaremos de leer los más variados análisis de supuestos entendidos en temas de terrorismo, y, sobre todo la prensa escrita aprovechará este horrible atentado para rellenar sus páginas y vender ejemplares. Así mismo, los medios televisivos llenarán sus pantallas y nutrir sus tertulias de imágenes morbosas, dirigidas a las tripas de los televidentes, en vez de a su inteligencia sosegada. Y los gobiernos “democráticos”, como ya lo ha hecho el de Francia, aprovecharán para “sacar pecho” bombardeando y legislar “en caliente”, recortando libertades en el “ara” de la seguridad. Es triste que no quieran aprender de la experiencia de los atentados terroristas que se vienen produciendo desde la guerra de Irak, pasando por el más cercano de Charlie Hebdo, perpetrado también en el corazón de la Capital de la Luz… No quieren caer en la cuenta de que lo que pretenden los llamados “radicales” es seguir buscando pretextos para seguir con su guerra “yihadista”… Hoy París y toda Francia, por mucho que se quiera disimular con imágenes seleccionadas, son una ciudad y una nación atemorizada en que transportes públicos, comercios y hoteles turísticos aparecen semivacíos. Tenemos que oír y leer que los servicios policiales y de seguridad tenían controlados a muchos de esos desalmados terroristas; que, incluso, están deteniendo a algunos de sus autores… Pero, si no se hace nada más, ¿daremos vida a los inocentes que la han perdido y a los próximos que, seguramente, la perderán, si los países y Estados europeos sólo se conforman con convocar y reunirse una vez y otra, sin fijar unas políticas concretas a poner en práctica  urgentemente?...
   Como prueba de lo que digo, basta haber seguido el “falso debate” de la Sexta Noche del último sábado, o los titulares de prensa del día después. No deja de ser sintomático que, salvo raras excepciones, en uno y otro medio se obvie de hablar de las causas de tan “horrible fenómeno”, por otra parte, no tan moderno. Sin embargo, las largar colas de las familias que sufren todo tipo de calamidades en nuestras fronteras, parece que, como por arte de magia, han desaparecido de sus pantallas y titulares. Conviene destacar la sabia intervención en la escasa conexión que la Sexta hizo con el profesor Vestryinge. Pero, como siempre, la ignorancia y la insolencia del seudoperiodista, E. Inda, convirtió el debate en un “todo vale” contra PODEMOS. Casi le faltó, aunque sí lo sugirió, porque este partido no se haya adherido  sumisamente a un  “pacto antiyihadista”, efectista, pero no eficaz, estar financiado no sólo por Venezuela, sino también por Irán. La falaz tesis de este ignorante periodista, repetida in crescendo, de comparar el nazismo con el “terrorismo islamita”, y su conclusión de que la única solución es “machacar” a estos insurgentes, sólo muestra, a parte de su mendaz error histórico, su talante machista y fascistóide. Su demostrada innata incapacidad de escuchar las razones de los demás o de pretender taparlas con sus constantes y cortantes alaridos, le hacen meritorio de ser sustituido urgentemente por otro tertuliano más sosegado e informado…
    Continuará…
    

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