jueves, 17 de febrero de 2022

UNA ESPAÑA QUE ADEMÁS DE VACIADA, SIGUE ESTANDO ROTA

   Las dos Españas, de las que habló A. Machado, siguen estando vigentes. Es más; el golpe de de Franco de julio de 1936, la guerra que desencadenó, y la dictadura que se inició con la victoria del generalísimo y su bando, no hicieron nada por integrar al bando perdedor, que había defendido el Régimen legítimo, en una comunidad política nacional. La única manera de reconstruir la España Una era –así  lo pensaba el dictador- eliminando totalmente a los perdedores. Pero ello no sólo no terminó con la muerte del dictador en 1975, sino que con el atado y bien atado de su testamento continúa condicionando decisivamente el “régimen democrático” iniciado en 1978. En un anterior trabajo: Una constitución envejecida y difícilmente reformable, de 11-XI-19, me hice eco y difundí tres elementos, resaltados por el constitucionalista Javier Pérez Royo, de nuestra Constitución que le fueron impuestos al constituyente, sin darle opción a poder discutirlos. Brevemente, la Monarquía, la composición de las Cortes (Congreso y Senado) y el sistema de elección de sus componentes, por no citar la influencia de la Iglesia Católica con la puesta al día del Concordato de 1953, negociado por Adolfo Suárez. (www.solicitoopinarblogspot.com.es)

   Pues bien, cada vez que se convocan elecciones, sus resultados ponen al descubierto, salvo pasajeras excepciones, la tendencia a un bipartidismo “imperfecto”, fruto de los condicionantes anteriormente citados, mucho más cómodo de administrar y controlar.

   De las elecciones últimas celebradas en la Comunidad Autónoma de Castilla-León se pueden hacer infinidad de análisis. Destacaré que fueron convocadas anticipadamente sin otra causa justificadora que seguir prolongando ese control del mencionado bipartidismo. Basta ver los partidos ganadores desde las primeras elecciones celebradas en dicha Comunidad. Ni siquiera los problemas de la España “vaciada”, recogidos por las plataformas provinciales interesadas han podido romper esa tendencia. Algo tendrá que ver también en ello que de  los principales medios de información y comunicación en dicha Comunidad son dueños dos empresarios de la construcción...

   Es cierto que, a rebufo del arrollador triunfo de IDA en las anteriores elecciones madrileñas, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, pensó que, además de su lucha interna con la presidenta de la Comunidad de Madrid por el control del partido, un triunfo absoluto en la comunidad castellana le hubiera supuesto un pasito más hacia su conquista de la Moncloa. Pero la realidad ha frustrado su proyecto por más que ahora diga lo contrario. No es preciso ser un lince para darse cuenta de que en la derecha española (PP. Vox, C´s) existe una lucha desenfrenada por hacerse con la hegemonía y control de la misma. Casi eliminado el voluble partido de Arrimadas, queda ganar la difícil batalla a los de Abascal, astilla del mismo palo.

   Por otra parte, el “paripé” por parte de Casado de no aceptar que Vox entre en el gobierno castellano-leonés, no es por escrúpulos democráticos, sino como bien dice Ignacio Escolar en su periódico digital (elDiario.es de 15-2-22), el problema de Pablo Casado con la ultraderecha no es moral, ni político. Es táctico. No quiere que Vox en el Gobierno de la Junta porque sabe que eso sería otra foto de Colón..., que movilizaría al voto progresista, restándole a su proyecto en las próximas generales...

   Tampoco me creo el reto lanzado en el Senado al portavoz del PP por el Presidente del Gobierno, para hacerle un “cordón sanitario” a la ultraderecha. En un País donde la Política cada día más se convierte en un juego de cromos, y en el que en la derecha ultraliberal se intercambian principios éticos-políticos como si éstos fueran mercancías, la “ocurrencia” del Alcalde socialista de Valladolid, Óscar Puente, recogida por P.Sánchez, pienso, que como un chulesco órdago, quede sólo en eso. Pues hasta el presente la posición oficial de la Ejecutiva socialista es de negativa total a abstenerse en la votación de investidura de Mañueco, con tal de evitar la entrada de Vox en su gobierno. Claro que del Psoe no hay que fiarse mucho...

   De hacer un boicot a Vox, habría que hacérselo a todos los “poderes fácticos” que han financiado la promoción de los fascistas y a todos los medios y tertulianos que han blanqueado las políticas racistas,... y, en general, antiderechos humanos... Quizá, antes que aislar Vox, como afirma Pablo Iglesias, el cordón democrático hay que hacérselo a los hipócritas que abrieron de par en par las puertas de sus medios a los corruptos, a los ultras y a los mentirosos profesionales (Público.es, 16-2-22) de todos los estamentos sociales –añadiría yo-, empezando por la Judicatura...

   Lo cierto es que cualquier “jugarreta” que se haga, a Vox le traería al fresco. A los de Abascal su visita al “mercadillo” político le sale gratis; jugando siempre a la contra y con propuestas fascistas y un candidato apenas conocido, Juan García Gallardo, han pasado de un procurador a trece en las elecciones del 13F, lo que, aunque  sea para asustar, exige la Vicepresidencia de la Junta. Recuerdo cómo los tertulianos de los principales medios audiovisuales renegaban del “coletas” porque con más de setenta diputados reivindicaba la Vicepresidencia del Gobierno... Ahora, en cambio, esos mismos tertulianos justifican y defienden un Gobierno PP-Vox...

    En este País, poco serio políticamente, no hay evidencia de que un hipotético “cordón sanitario” funcione en el medio plazo. Suele suceder lo contrario: que las opciones de extrema derecha se fortalezcan, como le pasa a Vox, si no tienen responsabilidad directa de gobierno. Más bien, la experiencia demuestra que los partidos prometen mucho en las campañas electorales, pero cuando llegan al gobierno, no sólo olvidan lo prometido, sino que renuncian a sus principios. El gesto de la presidenta del CDU, Ángela Merkel, de aislar a los neonazis en Alemania, solamente en España sería una excepción que no confirmaría ninguna regla...

   Y hablando de principios, habría que preguntarle a Pablo Casado si no son los fácilmente cambiables por otros cuando los intereses propios lo requieren. Porque se siente vergüenza ajena oyendo el discurso de Casado  ante la Junta Directiva de su partido, que sin mencionar a Vox, fue todo un compendio de palabrería hueca y de contradicciones con su trayectoria política. El bla, bla, bla es tan fácil, que hasta olvidó la guerra interna de muchos de sus barones y baronesas han puesto de manifiesto en defensa de la coalición PP-Vox.

   Casado, queriendo sacar pecho ante su Ejecutiva, y, olvidando sus propias declaraciones en una entrevista con Jiménez Losantos antes de las primeras elecciones de 2019, de que estaría dispuesto a nombrar ministros de Vox, se contradice ahora diciendo que intentará un acuerdo con la extrema derecha para gobernar en Castilla-León sin dar entrada a Vox. Cosa que ya se han encargado de negar los de Abascal, al que, con sólo esperar, sabiendo que la repetición de elecciones le sale gratis, algún día llegarán al Gobierno.  Tomando como títere a Fernández Mañueco e ignorando la opinión contraria de algunos de sus barones, especialmente la baronesa Ayuso, cree que con su estrategia podrá formar un gobierno en solitario, con pilares firmes, sin trajes prestados y sin la espada de Damocles (continuamente) encima. Él, que se siente llamado a recuperar la hegemonía de la derecha, se contradicería estrepitosamente pactando un gobierno con Vox... Pura hipocresía, porque si de Vox dependiera su conquista de la Moncloa, no dudaría de pactar con la ultraderecha un gobierno de coalición...

   Nuestro partido, dice, es el resultado de la voluntad de unir a los españoles y no de dividirlos. Aludiendo a Vox le dice que, para ser alternativa hay que poder conformar una mayoría social y no hacer equilibrios sobre minorías radicalizadas como lleva haciendo el socialismo en los últimos 20 años. ¿Se olvida Casado que los vascos y catalanes también son españoles? ¿No era él uno de los que jaleaban el a por ellos oé, oé?...

   En fín, recitando frases barrocas, Casado miente rotundamente, atribuyéndose meritos  que no le corresponden a su partido; y al mismo tiempo que incita a los suyos a estar orgullosos de ser un partido de Estado, deslegitima al Gobierno actual, y, dándosela de constitucionalista, no duda en seguir bloqueando la renovación del Poder Judicial... Si, como él dice, yo no estoy en política para llegar como sea, donde sea, ni para hacer lo que sea, tendremos que deducir que lo que hasta el presente ha hecho: hacer ruido en el Congreso y desprestigiar la Democracia.

   Y para terminar siendo coherente con el título, diré que mientras se mantenga este bajo nivel de la política y los políticos la conviertan en un juego de intereses de despacho, la Democracia seguirá embarrándose. De manera, que si no es posible renovar la Constitución de 1978, habrá que partir de cero, votando a unos constituyentes libres para discutir y pactar los tres o cuatro elementos que el atado, y bien atado impuso... Sobre todo, una POLÍTICA y unos políticos que se interesen por solucionar los problemas cotidianos de la gente...

 

 

   Manuel Vega Marín. Madrid, 17, Febrero, 2022     www.solicitoopinar.blogspot.com.es

 

 

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