Si el Estado español, que no lo es ni de facto ni de iure, fuese
laico, el reiterativo y recurrente psudodebate sobre la libertad de enseñanza
no tendría lugar. Este tema trascendental, forma parte del paquete que el
franquismo pretendió dejar bien atado.
La Iglesia Católica, uno de los pilares fundamentales de aquel régimen
nacional-católico, se resiste a perder el mayor privilegio con el que fue
compensada: la encomienda del sistema educativo que, en dejación de la
responsabilidad del Estado, le hizo Franco. Mientras la Iglesia siga creyendo
que el trato de favor que el Estado le dispensa, desde su referencia en el
texto constitucional (artº 16,3 CE) hasta el mantenimiento del Concordato de
1953 disimulado en los Acuerdos de 1979, pasando por la liberación de pagar
impuestos, son derechos irreformables, la cuestión
religiosa, confundida con la libertad educativa, resurgirá como un
“chantaje” cada vez que una oposición reaccionaria, jaleada por determinados
obispos, quiera declarar la guerra a un Gobierno de izquierda o
progresista. Porque, si bien la Iglesia
como institución ha perdido el peso que tuvo en la sociedad, incluso entre
buena parte de sus feligreses, proporcionalmente no ha disminuido su influencia
e injerencia en los asuntos políticos. Me temo que ello sea un síntoma de no
haber avanzado hacia la laicidad que requiere un Estado auténticamente
democrático. Claro, que tal objetivo no se alcanzaría sin antes instaurar la
República. Ahí lo dejo.
sábado, 25 de enero de 2020
domingo, 19 de enero de 2020
LA DERECHA CUANTO MÁS PROTESTA, MÁS MUESTRA SU IGNORANCIA
Pero no sólo su
ignorancia, sino también su historia de corrupción. Se comporta como el
comandante fanático que lanza sus exiguas tropas contra el enemigo sin
cerciorarse de la posible mejor preparación de éste. Ciertamente, si aquellas
tropas son tan fanáticas y tan ignorantes como su comandante, no dudarán en
estrellarse contra un muro. Pero tanto uno y otras terminarán rindiendo cuentas
ante sus superiores jerárquicos del ineficaz dispendio de impuestos empleados
en su buena preparación. Habrá incluso ciudadanos más cultos preocupados por
saber si parte del presupuesto se desvió a las arcas del comandante.
viernes, 3 de enero de 2020
EL TERRIBLE APOCALIPSIS QUE SE NOS AVECINA..
Escalofrío nos daría al oír las proclamas de las derechas españolas, si
no fuera por el desprestigio y la ignorancia que sus respectivos discursos
ponen de manifiesto. Pero, si existe una cierta preocupación, ya no es por la vacuidad de sus peroratas, sino por la
venganza de las fuerzas y poderes que las sustentan. Y todo porque vamos a
tener un Gobierno de coalición progresista. Algo normal en la mayoría de los
países de nuestro entorno. La firma del programa de gobierno por Pedro Sánchez
y Pablo Iglesias, ha sido como la apertura del “séptimo sello” dando la señal
para que los ángeles toquen sus trompetas y, sucesivamente, vayan anunciando
todas las calamidades que sucederán a los elegidos, si no siguen lo anunciado
por los profetas (ver el Apocalipsis de San Juan). A los tres ángeles
principales de la derecha, Casado, Abascal y Arrimadas, se han unido, sin
ahorrar pestilencia, Lambán, Rosa Díez, García Paje y la CEOE. Siete eran los
ángeles apocalípticos sopladores de trompetas... A ninguno de ellos les he oído
el más mínimo razonamiento sensato, aunque sea
crítico, sobre las propuestas del pacto. Se valen de la escasa cultura
jurídica y política de los españolitos, para hacerles creer mentiras, como si
fuesen verdades, a base de repetirlas. Para ello cuentan con todo el
trompeterío de sus medios de comunicación afines que amplifican su chirriante y
monótono griterío. De cada tres palabras usadas en sus bravatas, dos y media
son ofensivas: feminicidas, rompedores de
España, golpistas, traidores, felones...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)