Después de que fuera
defenestrado de la Secretaría General por la “carcundia” de su propio partido, especialmente
por los barones autonómicos, influenciados todos por la “sultana andaluza”,
acudió a las bases del partido y, “podemizándose”,
logró primero reconquistar la Secretaría General en unas arduas primarias,
para, después de una moción de censura trabajada por Pablo Iglesias, llegar a
la Moncloa. Nunca Pedro debiera olvidar esta “odisea”…
La actitud de la portavoz del Psoe, Adriana Lastra, echando todas las
culpas a Pablo Iglesias del fracaso de la reunión tenida con su “Jefe” sólo
minutos antes, me recuerda a la iracunda Inés Arrimada, portavoz de Ciudadanos.
Que, además, en los escasos minutos transcurridos entre la reunión y su rueda
de prensa Lastra hubiera tenido tiempo de anotar todos los fallos de Podemos e
Iglesias, crean la sospecha de que el “relato” ya estaba escrito…
Olvida Adriana Lastra que Podemos, a sabiendas de que perdería su propia
moción del 14-6-2017, (82 votos a favor, 170 en contra y 97 abstenciones, entre ellas las del Psoe) preparó el camino a que triunfara la presentada por Pedro
Sánchez el 1-6-2018. Las dudas de que no daban los números quedó despejada con
la experiencia de UP, comprobando que los síes y las abstenciones sumaban más
que los votos en contra. Había que trabajarse los votos de PDeCAT y PNV y
revertir el sentido de la abstención del Psoe. De eso se encargó Pablo
Iglesias. Bien lo resalta un artículo de La
Vanguardia (1-6-2018): El papel clave de Podemos en el desalojo de
Rajoy… Pablo Iglesias ha sido un actor fundamental en la operación que ha
colocado a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. ¿Por qué Pedro
Sánchez no se atreve a repetir esa experiencia en lugar de poner como pretexto
para no admitir un gobierno de coalición que la suma de Psoe y Podemos no dan
mayoría absoluta, despreciando ahora el apoyo de los independentistas?
El Psoe podrá seguir ganando elecciones; pero no precisamente por ser un
partido socialista o de izquierda, sino porque sus políticas socieconómicas
cada vez molestan menos a los poderes económicos y financieros. El Psoe, con su
eterna incoherencia entre lo que predica y hace, cada vez engaña a menos
gentes, y no debiera de olvidar que cada vez que ha llegado al Gobierno ha sido
favorecido por alguna coyuntura extraordinaria, que ha convertido el voto
ciudadano, aún de los no socialistas, en un voto útil para que gobierne. El
primer y gran triunfo de Felipe González en el 82 vino detrás del fracasado
golpe de Tejero en Febrero de 1981; en el 15-3-2004 el acceso a la Moncloa de
Rodríguez Zapatero, después de dos legislaturas de Aznar (1996-2000), en gran
parte se debió a que éste hizo oídos sordos al grito ciudadano de ¡no a
la guerra! iniciada contra Irak el 21-3-2003, coadyuvando también, a su
victoria las mentiras del Gobierno de Aznar sobre la autoría del gravísimo
atentado del 11-M, consecuencia de la tozudez bélica de Aznar y del “Trío de
las Azores”. La crisis y su torpeza en
verla venir obligan a Zapatero a anticipar al 20-XI-2011 las generales
previstas para el 8-4-2012. El resultado es de mayoría absoluta para Rajoy (186
escaños), comenzando el descenso del Psoe (110 escaños, perdiendo 59 respecto
de 2008), que no volverá a la Moncloa, esta vez con Pedro Sánchez hasta
1-6-2018, mediante una moción de censura. Con un PP declarado judicialmente
como un partido corrupto, el Psoe no es capaz de arrebatar el poder al PP hasta
las generales de 28-4-2019. Contando asímismo con un aluvión de votos útiles
provenientes del miedo al ascenso de las derechas, especialmente de Vox, en las
autonómicas andaluzas, causado por el hartazgo de las erráticas políticas del
Psoe de Susana Díaz.
Recordemos también que el número de escaños considerados por UP es el
mismo que hace triunfar la moción de Pedro Sánchez. Éste, además del apoyo de
su partido (84), ha obtenido los de UP (67), ERC (9), PDeCAT (8), PNV (5),
Compromís (4) Bildu (2) y NC (1). Por primera vez se da en España que el
partido que gobierna tiene menos diputados que el principal partido, PP, de la
oposición (134). No obstante, mientras en el hemiciclo del Congreso resuenan
los aplausos y los gritos de ¡Sí se puede! de UP, ya entonces
Pedro Sánchez manifestaba su intención de formar un Gobierno monocolor,
rechazando las ofertas de Podemos para que lo fuera de coalición. Pronto Pedro
Sánchez olvida su “odisea” para reconquistar la Secretaría General y, ahora
también, su escaño en el Congreso y la Presidencia del Gobierno. Incluso le
gustaría hacer desaparecer de las hemerotecas aquellas declaraciones a Jordi
Évole en Salvados, sobre las
presiones de los capitostes de su propio partido y de otros poderes económicos
y mediáticos para que no intentara un Gobierno alternativo a Rajoy. Una vez más
el Psoe no sólo vuelve a fallar a sus votantes, sino que también Pedro desoye
el grito ¡con Rivera, NO! de los militantes socialistas que lo auparon.
El Psoe, como hizo Adriana Lastra, puede ir recopilando todos los falsos
argumentos que quiera para culpar a Podemos de un posible fracaso de la
investidura de Pedro Sánchez. Sobre todos, el manido de que lo que desea
Iglesias son poltronas, y que su no consecución frustró la investidura de 2016.
Ninguno de esos argumentos son ya creíbles. Pues, después de que a Podemos y a Pablo Iglesias se les culpe
hasta de la muerte de Manolete, todo es posible. Me extraña, pues, la
ingenuidad de Javier Valenzuela (Si yo
fuera del PSOE…, infolibre, 10-7-2019) al considerar una infamia que el
Psoe negara el pan y la sal a Podemos, con tal de obligarle a no apoyar la
investidura de Sánchez. No me extrañaría que el Psoe, con la amenaza de unas
nuevas elecciones, tenga ya preparada y orquestada con sus grupos mediáticos y
de presión, para culpabilizar a Pablo Iglesias de su fracaso, y conseguir en
una repetición electoral unos cuantos diputados más a costa del hundimiento de
Podemos y un cambio previsible en la voluble actitud del partido de Albert
Rivera.
Los socialistas están en su derecho de preferir “acostarse” con C´s.
Rivera o Arrimadas a hacerlo con Iglesias, Alberto Garzón o Irene Montero. Como
ya lo hizo Felipe González, intentarán marginar al PCE o tener de comparsa a
Izquierda Unida. Ahora lo siguen intentando con Podemos. Pero a lo que no
tienen derecho es a creerse el monopolio de la izquierda. Con sus políticas
derechistas seguirán obteniendo más diputados; pero seguirán teniendo que oír
aquello de ¡Psoe…, PP…, la misma m… es!... Precisamente de aquel
“bipartidismo ramplón” y del “socialismo descafeinado” del Psoe surge el
movimiento de los indignados, que cristalizará en PODEMOS. La dirección del
Psoe, pues, debe mentalizarse de una vez por todas, a que el “turnismo
bipartidista” ha pasado, y que el reparto
de la tarta y de roles no es ahora tan fácil. Psoe y UP, siendo ambos partidos
de izquierda en lo ideológico, no lo son en sus respectivas políticas
económicas. Hace mucho que los socialistas en la práctica económica adoptaron
el neoliberalismo, y en la teoría abandonaron el Marxismo. En UP, aunque no todos
son marxistas, si en sus prácticas políticas y económicas, aún predomina su
procedencia marxista. Pero esto no debiera ser un obstáculo para poder formar
un programa y un Gobierno que lo ejecute.
Pero en política nada es eterno y
no siempre los acontecimientos suceden linealmente. Y, sobre todo, el Psoe
debiera saber que en las relaciones políticas pocas cosas son gratis. Y el
principio de “correlación de fuerzas” sigue vigente. Vamos, por tanto, a obviar
la gratitud merecida por Podemos y por el resto de partidos que han mantenido el
exiguo Gobierno de Sánchez, que ni siquiera tenía escaño en el Parlamento hasta
la convocatoria del 28 de Abril. Tanto Sánchez, como Iglesias, según esa
lógica, están en su derecho de defender sus posiciones; pero siempre respetando
la proporcionalidad debida. En este caso, por haber ganado las elecciones y por
haber aceptado la oferta del Rey para formar Gobierno, las responsabilidades
son del candidato. No es novedad, por otra parte, la diferencia ideológica
entre Psoe y UP. No es nueva tampoco la
divergencia en el formato del nuevo Gobierno. Psoe está por uno monocolor,
llámese como sea, mientras que UP prefiere uno de coalición en las proporciones
debidas. Y como el acuerdo va a ser harto difícil, unos y otros buscan componer
el relato más creíble para culpabilizar al otro del fracaso de las
negociaciones. Pero, obviando el “teatrillo”, una cosa es clara: los ciudadanos que no entienden de
cabildeos de despachos dieron con su voto a los partidos nacionales de izquierda
(Psoe, UP) una mayoría muy cualificada con la que poder formar un Gobierno de
izquierda que haga políticas de izquierdas. Y esto es lo que se le
atraganta al Psoe. Desde la misma noche electoral en que las bases socialistas
gritaban a Sánchez en Ferraz ¡con Rivera, NO!, y ¡Sí
se puede!, si no Pedro, sí los hilos que lo mueven, no dejan de
preferir a Ciudadanos y PP, aunque sólo sea con la abstención. Desde entonces
los portavoces del partido no han hecho más que repetir como un mantra el
pretexto de que ese gobierno de coalición con UP no da mayoría absoluta. Como
si la abstención de esos partidos de derechas en la investidura supusiera que
también le iban a apoyar en las políticas de izquierdas. El colmo de vergüenza
y de política surrealista es la carta firmada por los que propiciaron la caída
de Sánchez, dirigida al PP, para, en un gesto de extraña responsabilidad como
el que ellos hicieron, se abstengan en la investidura. ¿Es que Gobierno y
oposición, la misma cosa son? ¿Tan atadas tiene las manos Pedro Sánchez, que
deja circular esa carta, intentando ignorar u olvidar que fue, precisamente, su
coherente No es No a la investidura de Rajoy lo que lo hizo resurgir de
las cenizas?
Y, para terminar, unas palabras sobre las dos últimas, más que razones,
pretextos de Sánchez para justificar el establecimiento de líneas rojas al
Gobierno de coalición: la postura de Podemos respecto del tema catalán y de la
política exterior. Ambos obstáculos debieran haber sido removidos de las mentes
pensantes del Psoe, dada la claridad con que al respecto, una y otra vez, se ha
pronunciado Iglesias.
El “problema catalán” existe, y urge
ponerse a solucionarlo si no queremos que nuestra democracia se sigua
deteriorando. Es un gran problema que tendrá que solucionar un Gobierno de
izquierda. ¿Piensa el Psoe persistir en el continuo deterioro de la
organización territorial y de convivencia entre catalanes y castellanos, antes
que perder el complejo frente a la derecha (PP,C´s), y ponerse a dialogar con
los partidos independentistas y nacionalistas, que, a pesar de tener líderes en
la cárcel o exiliados, le han apoyado? Como en su día decía Pablo Iglesias, No hay que dejar que la cuestión territorial
se pudra. Hay que ofrecer algo, un horizonte distinto para Cataluña y Eukadi,
sobre todo después del 155. Pero es que al Psoe no le quedará otra salida.
Pedro recuperó la Secretaria General hablando a sus bases de la España plural,
la de Nación de naciones, de una España federal. Asuntos que los jacobinos de
su partido prefieren no hablar. Podemos coincide, en general, con ese proyecto
plurinacional y federal de España, y
aunque defiende un referéndum pactado y vinculante, nunca ha optado por el
independentismo.
En lo que a política exterior (europea) se refiere, un Gobierno de coalición
Psoe-UP, entre otras cosas, ayudaría a sacar a Europa del dogmatismo neoliberal
y austericida que tanto sufrimiento y deterioro ha provocado en las vidas de grandes masas de ciudadanos. La “estafa”,
más que crisis, una vez originada por los poderes económicos y financieros, fue
administrada unidireccionalmente y de acuerdo a sus propios intereses. Un
Gobierno de coalición, con un acuerdo presupuestario de izquierda, podría poner
en práctica medidas, que no sólo demuestren más eficacia económica, sino un
interés especial por resolver los problemas reales y cotidianos de los
ciudadanos. Al fin y al cabo, para eso sirve la Política.
Por último, decir que el pretexto de Sánchez sobre la consulta de
Podemos a sus inscritos, no deja de ser una gran mentira y un sarcasmo, que ya
no “cuelan”. Estoy seguro de que, si el Psoe hubiera consultado a sus
militantes de base, las respuestas de éstos iría en dirección bien distinta a
la actitud de la “cúpula”…
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario