Si no conociésemos la trayectoria
intelectual y militante del catedrático Javier Pérez Royo y su manera
categórica, casi provocativa de titular sus escritos, podríamos pensar que el
aparecido ayer (8-6-19) en eldiario.es se presta a ser interpretado como un
instrumento más con que los “poderes fácticos”
están en lista de espera, según Jesús Marañas, para atizar a Iglesias y atacar a
PODEMOS en estos momentos de “debilidad”.
Si por motor de transformación del
país el estimado profesor entiende una “Revolución bolchevique”, lleva toda
la razón, pues ni sus dirigentes fundadores, ni la cantidad de “desencantados” ciudadanos que se adhirieron al “movimiento”, lo
hicieron con tales intenciones. De ahí la facilidad con que la mayoría de
aquéllos abandonaron sus responsabilidades, y gran parte de los desencantados
han dejado de votar a PODEMOS. Lo que no entiendo, entonces, es la incoherencia
de estigmatizar al Partido Morado de “bolcheviques trasnochados”. Mejor, sí lo
entiendo, y así también lo entenderá Javier, pues esos sectores sociales y
económicos son los mismos que en plena dictadura masacraron al Partido (PCE)
que más luchó, por las libertades que hoy gozamos; incluso en las mentes
analfabetas e infantiles indujeron la imagen de su Secretario General adornada
con cuernos y rabo.
Desde luego, no son los argumentos contradictorios del filósofo Alba
Rico, de cuya entrevista extrae el profesor sevillano lo de que Podemos no es ya el motor de una
transformación de este país, una premisa “segura” para deducir las
conclusiones expuestas en su artículo. Este fiel del “errejonismo” ni siquiera
ve oportuno que Más Madrid deba extenderse al resto de España. Más bien piensa
en aprovechar los rescoldos vivos que
aún perviven en el resto de España y sumarlos a los de Madrid, y tratar de construir una constelación que
obligase a Podemos a aceptar sus verdaderas dimensiones… Pero, dice, habrá
que contar con Podemos, pero en
algo que sea mucho más grande, que esté más descentralizado y que tenga la
capacidad de recuperar el primer discurso como las primeras prácticas del 15M ¿En qué quedamos, sr. Alba; quiere que
Podemos desaparezca o que se recupere?¿Es una vuelta al pasado lo
que propone?
No creo que Pérez Royo esté de acuerdo con esa descentralización y
vuelta al pasado, cuando atribuye a Podemos haber sido un paraguas que ha dado cobertura a múltiples opciones políticas
condenadas cada una de ellas por sí sola a la marginalidad, cuando no a la
irrelevancia… El “experimento” salió
bien en las elecciones municipales y autonómicas de 2015 y en las elecciones
generales de 2015 y 2016, pero el vínculo entre el todo y las partes estaba
cogido con alfileres. Ni siquiera admite el profesor, como argumenta Pablo
Iglesias, que en las anteriores elecciones el centro ha aguantado y quienes han
fallados han sido los territorios. Y en eso algo podemos coincidir; pero no
estoy de acuerdo en lo de que aquí no ha
aguantado nadie, porque lo que se ha
puesto en cuestión es el proyecto político que el paraguas representaba.
Me da la sensación de que el maestro Pérez Royo identifica el proyecto político de Podemos con la organización que lo debe llevar a efecto. Si
alguien aún ignora que Podemos tiene un proyecto político, que no viene al caso
detallar, es por desidia o mala fe.
Reconoce, no obstante, el profesor la
“hazaña” de Podemos en romper el techo de los 23 escaños del PCE-PSUC de la
primera legislatura constitucional. Desde 1979 la izquierda no socialista no
había conseguido superar ese listón. Ha sido Podemos con las confluencias quien lo superó con creces en 2015 y 2016 y lo
ha vuelto a superar en 2019, aunque con un descenso significativo respecto a lo
conseguido hace apenas tres años. Y, como militante comunista que fue,
admira el mérito del Partido Morado por las dificultades sufridas para superar
aquellas cotas. Por ello mismo, no debería ignorar que, mientras que persista
el sistema liberal-capitalista, muy difícilmente, tanto el Psoe, como otra
fuerza política a su izquierda se elevarán por encima de las cotas respectivas
que les asigne tal sistema. No nos engañemos. Parece que olvidamos el apoyo
exterior, el chorro de dólares USA y de marcos alemanes recibido por el Psoe,
con tal de que, a la muerte del dictador, fuera éste el partido que gobernara,
impidiendo que fuera el Partido (PCE) que más lo merecía por los sacrificios de
su gente en la lucha contra la
dictadura… No obstante, al partido de Felipe y de Guerra hasta que no abjuró
del Marxismo, no le dejaron gobernar en 1982. Sin esos factores difícilmente,
sintetizando mucho, el Psoe hubiera gobernado.
No podemos admitir, como lo hace
Pérez Royo, que Podemos no ha sido en
ningún momento un partido político que pudiera ser portador de un proyecto de
dirección del país. ¿Es que un proyecto político es un gen innato? Y, si
ello es así, ¿cómo el Psoe lo perdió en la guerra civil, y 40 años después,
milagrosamente, lo encontró? Seguramente, como afirma Pérez Royo, el Gobierno que ha sido capaz de formar
Pedro Sánchez a partir de 84 escaños no lo hubiera podido formar Pablo
Iglesias, aunque hubiera tenido esos escaños. Pero, aunque no creo que
intencionadamente, el profe descontextualiza y manipula tal hecho; primero
olvidando el trabajo de Pablo Iglesias, sin el que Sánchez no hubiera llegado a
la Moncloa, dadas, además, sus reticencias a la moción de censura. Segundo,
afirmando que Podemos no cuenta con el
número de profesionales solventes que estén dispuestos a integrarse en un
Gobierno del PSOE, que son los que garantizan el funcionamiento de manera
efectiva de la maquinaria del Estado. Tal afirmación no deja de ser gratuita por más que la repitan los que
quieren desprestigiar a los dirigentes de Podemos. Pues, comparando el curriculum intelectual y
profesional de muchos de éstos con el que tenían en 1982 los líderes del Psoe,
la balanza se inclina a favor de los primeros. No obstante, como el mismo
profesor reconoce, la experiencia la da el tiempo y la práctica. Para conseguir esto hace falta tiempo. De la
historia no se puede prescindir. No es justo exigir a Podemos lo que en su
momento no se le exigió al Partido Socialista. En ese sentido, hay que
recordarle al profesor que el Psoe se funda el 2 de mayo de 1879, que su
fundador no obtiene su primer y único escaño en el Congreso hasta mayo de 1910.
Más de 30 años fraguando un proyecto político, y que éste sea conocido y
aceptado por la mayoría. No vemos, pues,
razón de peso para que a Podemos, a pesar de los bulos y zancadillas, se le
pueda pedir mucho más con tan sólo cinco años de vida.
Es posible que, como le ocurrió al PCE-PSUC, y, después IU, PODEMOS
nunca llegue al Gobierno de España. Tampoco el Partido Comunista Italiano
(PCI), p.ej., gobernó Italia a pesar de su aggiornamento
eurocomunista. Es cierto que la comparación esté “traída por los pelos”,
pues el núcleo ideológico fundacional de PODEMOS es más amplio y diverso
–transversal dicen ahora- que el de los partidos comunistas clásicos; pero no
se podrá negar que muchas de las reivindicaciones del “Manifiesto de 1848”,
entonces “revolucionarias”, hoy están plasmadas en cualquier Constitución
democrática. Por tanto, no hay razón alguna para que PODEMOS salga a la
competición electoral renunciando a sus principios políticos y pensando en
llegar, como mucho, a ser “comparsa” del Psoe como lo fueron PCE o IU durante
el “bipartidismo”. Que el resultado de unas determinadas lecciones no sea el
mejor para un partido no debería llevar a pensar en la disolución inevitable
del mismo. Los tiempos y la lógica de la política, más en unas elecciones,
distorsionan ilógicamente el transcurso normal del tiempo. Y se dan hechos,
como el advenimiento de Vox, consentido y promocionado por los medios, que
hacen que muchos votantes valoren más la utilidad de su voto, dirigiéndolo a
fuerzas políticas, como el Psoe, que les presta mejor garantía, para poder
contener el ascenso del fascismo. Podemos suponer que muchos votos de la
izquierda se han prestado con este fin a los socialistas de Sánchez. Lo que no
exime al partido de Iglesias hacer una seria reflexión autocrítica de los
últimos resultados electorales y poner los medios necesarios para su
recomposición. Pero tampoco olvidar que por tales o peores contratiempos han
pasado Psoe y otros. Y esa autocrítica no le debe hacer renegar, ni
minusvalorar sus 42 escaños, necesarios para investir a Pedro Sánchez
Presidente, si éste ha sabido escuchar lo de ¡con Rivera no!, ¡con Rivera,
no!
No entiendo qué pruebas tiene Pérez Royo, para concluir que PODEMOS no puede gastar energías en entrar en el
Gobierno, porque tiene que concentrar todas de las que dispone en evitar su
disolución como proyecto político. Es cierto que nadie se salva en una
desgracia si no pone todo lo que esté de su parte. Pero afirmar de manera tan
contundente que PODEMOS no entrará en el Gobierno, y no se va a salvar, si
antes no es capaz de recomponer las
complicidades personales y territoriales que se tejieron en su fase inicial de
presentación en sociedad, además de buscar soluciones en el pasado, es
ignorar que dichas complicidades se dan en todos los partidos y agrupaciones
formadas por humanos. No podemos, pues, negar a priori que la fórmula, legal y legítima, de gobernar en coalición
sea una parte integrante de las energías de que dispone PODEMOS para evitar su
disolución. Sin el no es no de Sánchez y sin su “podemización” oportunista frente a
Susana y otros barones, hoy estaríamos hablando de otra cosa. Por cierto;
algunos de esos barones “antisanchistas”, incomprensiblemente han reforzado sus
baronías con mayorías absolutas… En cuestión de pactos políticos, especialmente
tratándose del Psoe, lo del refrán castellano: más vale pájaro en mano que cientos volando…
Por último, si me lo permites, Javier, una reflexión de quien te admira
y está “enganchado” a tus escritos sobre constitucionalismo, pero que no siente
lo mismo respecto de tus artículos sobre política. En el primer caso te
considero un maestro, pero en el segundo sólo puedo respetar tu opinión como la
de cualquier columnista o tertuliano “mediático”…
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