Desde que Sánchez llegó a la Moncloa gracias a la legítima moción de censura que le facilitó PODEMOS y el esfuerzo
personal y dialogante de Pablo Iglesias, la derecha saliente, el PP, por
corrupción, la oportunista de Rivera, y la ultra de Vox, animadas por su
conquista de la Junta de Andalucía gracias al pacto trifálico, no ha
escatimado osadía en enseñar toda la hipócrita maldad que lleva en sus genes
hasta no ver cumplida su venganza de desahuciarle del palacete que considera
cortijo de su propiedad. Por fin hoy lo ha conseguido, y el hijo del señorito,
Casado, se siente eufórico atribuyéndose el “asalto” en que el “zombi” de
Sánchez ha tenido que tirar la toalla.
Este desvergonzado, que no tuvo el más mínimo escrúpulo en dejar en ridículo al
Tribunal Supremo en el caso de sus títulos y másteres, tampoco lo tiene en
creerse sus propios falsos argumentos y mentiras, con tal de justificar ante
otros compañeros más cualificados y moderados su extravagante ascenso a la
jefatura del PP. No es de extrañar, pues, que, después de todos los
descalificativos lanzados sin ningún rubor contra el Presidente de todos los
españoles, se crea el nuevo salvador de la Paaatria.
No sabe Pablo Casado que esta “caída” de Pedro Sánchez se debe, más que
a sus no probados méritos, a los auténticos enemigos que éste tiene en sus
propias filas. Los mismos personajes (barones) y “cavernícolas” que, en su día,
lo defenestraron de Ferraz, que permitieron la vuelta de Rajoy antes que
permitir un pacto con PODEMOS; los mismos que siguen en sus poltronas después
de haber prometido irse si perdían el pulso contra las bases al lado de Susana
Díaz; estos mismos, no sólo no se han ido, sino que condicionaron la
recuperación por Pedro de la Secretaría General; estos mismos, por la
conveniencia del mantenimiento de sus “prebendas”, han tenido que “aguantar” a
regañadientes el acceso de su Secretario General a la Presidencia de Gobierno,
y su mantenimiento en ella, gracias al apoyo de PODEMOS. Son los mismos que se
creen llamados a ser los albaceas de aquel famoso “atado y bien atado”.
¿Qué hacen, si no, Felipe González, Guerra, Susana, Bono, García Page,
Fernández Vara, Lambán, etc., etc…?
Releyendo varios de mis escritos sobre la historia más reciente del
Psoe, no me faltan ganas de insertar aquí el publicado en mi
www.solicitoopinar.blogspot.com.es en
Diciembre de 2015 con el título Crear títeres, para luego cortarles la
cabeza. Para mí, lo que pasa hoy es un dejá vu. Humildemente invito al lector a hojearlo…
Cierto es que las cosas en política no suceden por una sólo causa.
Debemos citar aquí que en la caída de Pedro Sánchez, aunque no nuevo, incide el
tema catalán. Pero también es cierto, que estando el Psoe en la oposición, bajo
el pretexto hipócrita de responsabilidad de estado y de lealtad al gobierno, le
faltó tiempo para ponerse del lado del “nacionalismo español” y de la
aplicación del 155. Ahora que, aunque “sobrevigilado”, ostenta la Presidencia,
Pedro Sánchez debiera haber tenido más agallas con los suyos y menos miedo a
los desvergonzados de la oposición en el diálogo
con los independentistas catalanes, que, al fin y al cabo, le han venido
apoyando en esta corta legislatura. Lo cual no exime a éstos de haber privado a
sus votantes catalanes de los beneficios de los Presupuestos más sociales.
Entiendo sus sentimientos por sus compañeros encarcelados; pero han debido de
apreciar que, si vuelve la derecha a la Moncloa, no creo que les vaya a ir
mejor. Ellos serán los que deberán explicar a los suyos sus decisiones. También
el Psoe tendrá que sopesar las escasas posibilidades de gobernar que les queda
con Andalucía ya perdida, con el granero de votos catalanistas cabreado, si se
empeña en sus políticas económicas liberales o seguir añorando el pacto con
Ciudadanos, y con el bipartidismo del 78 desbancado….
Pero el problema no es echar al Psoe de la Moncloa. Al fin, en un
sistema democrático la alternancia en el poder es esencial, sobre todo si
queremos que se eviten las corruptelas y el clientelismo que una larga estancia
en el mismo proporciona. Echar a Pedro de la Presidencia, ya vemos, aún con
mentiras, lo fácil que ha resultado. La verdadera intención oculta es echarlo
de Ferraz. Eliminar el “sanchismo”. Es el vocablo que, despectivamente,
utilizan los líderes de C´s y PP para nombrar a un socialismo venido a menos.
Pero lo peor no es que los “bocazas” del “trifálico” utilicen ese vocablo; con
peores epítetos han denominado a Pedro Sánchez. Lo escandaloso por insolidario
ha sido la escasa defensa que la “vieja guardia” y las “baronías” han hecho de
su “líder”. Éstos no le perdonarán nunca su acercamiento a PODEMOS o su intento
de diálogo con los catalanes. Por ello, les ha faltado tiempo para salir en
tromba con el pretexto de que a la Vicepresidenta se le “escapara” la palabra relator,
que, como “hombre bueno”, ayudara al diálogo y diera fe de los temas tratados
en él. Como si Felipe González y otros altos responsables políticos, aunque con
otros nombres, no se hubieran servido de los buenos modales de los “mediadores”
en conflictos tan graves como, p.ej, el terrorismo etarra.
Lo mismo que los independentistas catalanes han utilizado la “siniestra”
palabreja para romper con Sánchez, vengándose así del poco arrojo de éste, el
propio Pedro Sánchez, como si esta vez se “hubiera olido” lo que los suyos
maquinan contra él, ha aprovechado para convocar precipitadamente elecciones,
tirando por la borda todo lo conseguido por su corto gobierno, según él mismo
relató en el discurso de convocatoria, y el daño enorme que su escasa
resistencia puede causar en estos momentos tan delicados a la propia democracia.
Ingenuamente, Pedro se cree el único en poder hacer frente al tripartito
“neofascista”. Con su no cesión a las reivindicaciones del independentismo y el
corrimiento del PP y de C´s hacia la política ultramontana de Vox, cree que
ocupará el “centro político”, olvidando, una vez más, que no es ese su caladero
de votos, y sí la causa de la progresiva pérdida de confianza de los ciudadanos
de izquierda y de las clases medias y trabajadoras, debido al continuo
acercamiento anti natura a las
políticas neoliberales. Ingenuidad que de nuevo muestra Sánchez yéndose a
Andalucía a enjugar sus lágrimas con las de Susana, obviando que las lágrimas
de ésta arribista perdedora no son más que “lágrimas de cocodrilo”. Pedro
Sánchez, a estas alturas de la película, debería estar convencido de que “la
Sultana” agudizará más sus oídos a los susurros de Felipe o Alfonso.
Sencillamente, porque de ellos depende su poltrona.
Sánchez está muy confiado en que las vicisitudes que le ayudaron a
resurgir a la vida política en las dos anteriores ocasiones, le ayudarán a
resucitar en una tercera. Pero es muy difícil que en política se repitan las
mismas circunstancias oportunas que puedan ser aprovechadas por tercera vez por
un mismo actor político. Y aunque el azar las repitiera, el resto de actores se
moverían de manera diferente. Junto a circunstancias cambiantes también tienen
lugar hechos tozudos y conflictivos, a los que, mientras no se le dé alguna
solución, seguirán molestando cual china en los zapatos. Estamos aludiendo al
conflicto de Cataluña. Con las elecciones recién convocadas, serán tres en
cuatro años que demuestran la incapacidad de las dos grandes fuerzas nacionales
para encontrar una solución mínimamente plausible. Y es que unas elecciones
generales per se no solucionarán el
problema, si los contendientes y triunfadores en las mismas no se ponen manos a
la obra, en vez de aprovechase del conflicto para taparse sus propias
vergüenzas estimulando las pasiones más bajas e insolidarias de los
ciudadanos para sacar tajada partidista
en otro tipo de elecciones, como ha sucedido en Andalucía. P. Sánchez ha usado
su legítimo y exclusivo derecho de optar por convocar elecciones pensando que
el miedo que pueda suponer la victoria del tripartido ultra en el resto de España,
puede convertirse en el revulsivo que transformen las elecciones del 28 de
Abril en un plebiscito a su favor. Su opción es muy arriesgada si pierde; pero,
si gana, el conflicto catalán le volverá a plantarle cara con más virulencia.
Yo en su lugar, y admitiendo los obstáculos internos y externos para fidelizar
los 180 votos de la moción de censura, hubiera ganado tiempo provocando una
moción de confianza después de tumbados sus Presupuestos Generales, que seguro
hubiera ganado.
Pedro vuelve a confiar en su suerte poniendo a prueba su “resistencia”
una tercera vez. Está muy seguro de que los demás actores externos quedarán
inmovilizados y sorprendidos con su estrategia. En cuanto a sus compañeros de
partido, ¿tiene la misma seguridad Pedro, si gana, que el “efecto Sánchez” va a
seguir tapando las críticas de sus barones…? De momento alguien ha filtrado las
dudas que Alfonso Guerra tiene de que Pedrito vaya a ser el candidato del Psoe
(entrevistado por Évole mañana domingo). ¿Y si pierde? Pues, paradójicamente,
no pasará nada especial. Toda la derecha socialista saldrá ráuda a poner en
práctica el “plan-B” ha tiempo preparado con C´s, que resultó fallido en
febrero de 2016 por la no aceptación de PODEMOS, a quien, después de visto lo
visto en Andalucía, aún echan en cara. Y por más que Rivera y Villegas, a pesar
de las poltronas obtenidas en Andalucía gracias al PP y a Vox, y de declarar
una y otra vez que jamás volverán a pactar con el Psoe, lo que realmente están
diciendo es con el Psoe de Pedro Sánchez. Su volubilidad oportunista ha
inventado la palabra “sanchismo”. Tienen muy claro que su foto con Vox daña su
falsa imagen de liberales de centro, al mismo tiempo que les incomoda a ellos y
al Ibex que representan, las medidas económicas pactadas con los de Iglesias. A
ese renovado pacto Ciudadanos-Psoe (sin Sánchez) se añadiría la “izquierda
amable” (Más Madrid, Errejón-Carmena),
escindida de Unidos Podemos, contribuyendo a lo que López Agudín llama gestación del gobierno Chamartín, cuyo eje social es la venta como un próspero
desarrollo urbanístico, y no como lo que es, un puro negocio inmobiliario…
(Rivera
y el gobierno Chamartín, público.es 12-2-19).
No es de extrañar, pues, que IU, Podemos y el resto de confluencias que
forman UNIDOS PODEMOS tengan la “mosca detrás de la oreja”, una vez que las
prisas de Pedrito les haya dejado en la estacada, después de haberle apoyado
sin ventajismos partidistas… Por ello los
líderes de esta formación esperan
que el gobierno andaluz y la foto a tres en Colón –Albert Rivera, Santiago Abascal y Pablo Casado- pase factura a la
formación naranja. Según ha insistido Irene Montero, El voto a Unidas Podemos es el
voto útil para que no vuelvan y para seguir cambiando la vida de la gente. (B.Asuar
Gallego, Podemos teme que el Psoe gire
hacia la derecha y pacte con Ciudadanos tras ek 28-A, público.es 15-2-19)-
En fin, el tiempo, como siempre, dará o quitará la razón….
No hay comentarios:
Publicar un comentario