sábado, 31 de diciembre de 2016

¿PREVENCIÓN DE ATENTADOS TERRORISTAS O MIEDO A LOS CIUDADANOS?




   No me creo que los esfuerzos y refuerzos que en estos días, sobre todo en Noche Vieja, se están realizando tanto en Madrid, como en otras ciudades europeas, pretendan evitar cualquier tipo de atentado terrorista. Los responsables de seguridad saben muy bien que, si no es con un camión será casi imposible evitar la “locura” de que un “fanático/a” se autoinmole haciendo estallar los explosivos pegados a su cuerpo, sin que su objetivo directo sea causar la muerte de las personas que le circunden. Más bien lo que pretenden es llamar la atención del mundo sobre los problemas y daños que ellos consideran que otras fuerzas, ya sean políticas, militares, ideológicas, religiosas, etc., de otras naciones causan a sus respectivas poblaciones. Y para ese cometido no hace falta irse a la puerta de un cuartel o de una plaza llena de gente y de policías. Para llamar la atención, lo tienen más fácil en otros núcleos urbanos, donde, precisamente, por esa acumulación de obstáculos y de agentes armados en unos sitios, dejan desguarnecidos otros. Los terroristas estarán locos, pero no son tontos, y no creo que gasten sus escasos recursos en lo difícil, cuando con menos riesgo pueden conseguir el mismo resultado.

   Por el contrario, pienso que todas esas medidas están dirigidas a sembrar el miedo a muchos ciudadanos, que, aunque sólo sea por evitar controles y chequeos, se queden tranquilamente en sus casas. Ya sabemos que el miedo y el temor se vienen utilizando por ciertos Gobiernos con otros fines más genéricos que no viene al caso explicar.
   Tiene muy difícil explicación la profusión de titulares y críticas periodísticas lanzadas estos días ante la medida coyuntural tomada por el Ayuntamiento de Madrid, de “seleccionar” el tráfico rodado por la Gran Vía, en evitación de enfermedades causadas por la altísima concentración de gases contaminantes y perniciosos. Ningún titular o comentario he leído, visto u oído en relación con todo el aparato montado en prevención de actos terroristas. ¿No será que ese miedo haya calado en los propios “medios”, cuyos más críticos profesionales no se atreven a publicar artículos como el presente, por temor a ser tomados como inductores del terrorismo?...
   De cualquier manera, los ciudadanos son libres de hacer o festejar la Noche Vieja como quieran, pero tengo claro que seremos muchísimos más los que nos quedemos en casita, sólo contando a los que no deseamos ser controlados y cacheados por acudir a las diferentes Puertas del Sol, ejerciendo nuestra libertad de festejarla con menos molestias. ¡Claro, que será mucho más fácil contar a los 25.000 que esta noche cumplirán con el rito de las 12 uvas! Y no faltarán los corifeos publicitarios que mañana ensalcen al Gobierno porque, gracias a sus medidas preventivas, no ha sucedido lo que ninguna persona sensata, entre las que me cuento, quiere que suceda…  ¡Feliz Año Nuevo!...


   Manuel Vega Marín. Madrid, 24 de Diciembre, 2016. www.solicitoopinar.blogspot.com.es

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