Como pretexto de mis
reflexiones me servirá el artículo del profesor de Historia de las Ideas
Políticas, Santos Juliá, publicado en El País de 15-3-16 con el título “Las
Políticas del No”.
Para el profesor, los discursos, sobre todos, los de Rajoy e Iglesias,
en las sesiones de la investidura de Pedro Sánchez, fueron arengas cargadas de baja pasión destructora,… repleta de sarcasmos y
desprecio hacia el partido más cercano a sus propias posiciones, es decir,
C´s y Psoe respectivamente. Y sigue diciendo: el Diario de Sesiones recoge estos seudodiscursos (sic) (que) constituyen un baldón y una vergüenza en la
historia de la oratoria parlamentaria española. Pero no es el momento de entrar
en un análisis literario de los mismos, ni es mi intención discutir con el
experto la forma estética de aquéllos. Confío en que para hacer una afirmación
tan rotunda haya tenido delante la historia de nuestro parlamentarismo, así
como de otros Parlamentos más antiguos. No obstante, me da la sensación de que
exagera un poco.
Santos Juliá justifica la
frustración y la inquina de ambas intervenciones en el hecho de que Psoe y
C´s hubieran alcanzado un acuerdo de
investidura en el que la razón política se impuso a pasiones y rencores
personales. Es una opinión que respeto, pero no comparto. Pero creo que se
equivoca al decir que la propia existencia del “pacto” les había arrebatado la
iniciativa de un acuerdo semejante. De lo que respecta al PP, no sé; pero de
PODEMOS creo malintencionado olvidar que
fue éste quien primero ofreció al Psoe las tan repetidas cinco medidas de
urgencia, a las que, todavía, formalmente, no ha respondido Pedro Sánchez; y
que fue Pablo Iglesias quien hizo reaccionar de su “espera” al Psoe, ante el
hecho consumado y comprometido que fue el “órdago” de la formación de un
Gobierno presidido por Sánchez, si bien participado por el propio Iglesias en
proporción con los votos obtenidos en las elecciones. Ofrecimiento que aún está
vigente, a pesar de las tres “jugarretas” que todos conocemos: pacto para poner
en la Presidencia del Congreso a Paxi López, la oposición a la formación de
grupos parlamentarios de las diferentes fuerzas integradas por los 69 escaños
de PODEMOS, y, por último, la ridiculez de hacerlos desaparecer del hemiciclo,
mandándolos al “gallinero”. Claro, que dentro de la lógica de Ferraz, en su
intento de hacer desaparecer a PODEMOS. Quien más claro lo expresó en el Comité
Federal fue la influyente Susana Díaz: Pedro
Manuel Iglesias Turrión es nuestro enemigo. A partir de ahí es más fácil
ridiculizar de prepotente a P. Iglesias y sus “ansias” de poder y de sillones,
como si “el Candidato” sólo quisiera sentarse, como un angelito en una nube,
para, desde este “limbo” repartir caridad…
Igual de injusto e inexacto es afirmar que las retóricas se encaminaron en ambos casos a humillar al vecino más
cercano,… para obligarle, una vez derrotado, a implorar su apoyo. Lo cual
es rotundamente falso en el caso de PODEMOS. Pues fue éste quien se ofreció al
Psoe, en su intento de investir Presidente a P. Sánchez. Fue éste, obligado por
sus “barones”, quien corrió solícito a seducir a su entonces oponente A.
Rivera, que dándose cuenta de la debilidad del seductor, responde firmando un
“premaridaje” a hurtadillas, que no conduciría a ninguna parte ante el
conocimiento de los papás. Por tanto, fueron los “prometidos” los que se
autodespreciaron y autoningunearon, cuando fueron al “altar” del Hemiciclo a
“oficializar” lo que era un “compromiso” preanunciado como fracaso por el rigor
de la Aritmética. Ni siquiera el gesto de Pedro de acudir a las bases para
fortalecerse ante sus barones le sirvió de nada. Lo honesto hubiera la
oportunidad a las misma de discutir democráticamente lo que se iba a pactar, y
no someter a referéndum el hecho consumado. Ya se encargaron los barones,
sorprendidos, de que la consulta no fuera vinculante. Una buena pregunta sería
qué hubiera pasado si, a pesar de la escasa participación, el resultado hubiera
sido negativo. Para mí, que Pedrito hoy no sería el “candidato” a la
Presidencia del Gobierno, ni tendría la ocasión de sucederse a sí mismo como
Secretario General del Psoe.
Mucho más incierto y tendencioso es afirmar que los del garrote midieron mal sus propias fuerzas y la solidez del
pacto firmado por sus competidores, pues tal pacto no pudo resistir ninguno
de los dos asaltos, y no precisamente porque no tomaran en cuenta que el campo de la política ya no estaba marcado por
la nítida divisoria entre izquierda y derecha, toda vez que a PODEMOS se le
criticó desde sus comienzos su proyecto de transversalidad, justamente por un
partido de seudoizquierda, como el Psoe, que reclama para sí ser el eje
aglutinados de las izquierdas. Como los analistas y sus voceros mediáticos
están más atentos al “cotilleo” que a leer lo que representó el 15-M y la
síntesis ideológico-política que hizo PODEMOS, seguirán sin querer entender la
esencia de lo que este “movimiento” concibe por “transversalidad”…
El final de la película que S. Juliá “imagina”, más bien parece extraído
del mundo de lo “onírico”, en el que el inconsciente actúa con su propia
lógica, cuyos procesos, como diría un psicoanalista, actúan con independencia
del tiempo, sustituyendo la realidad exterior por la psíquica, donde la
“condensación” y el “desplazamiento” de los contenidos de las “pulsiones”
contrapuestas son “ordenadas” según conviene al soñador… (¡Ahí queda eso!).
No me ocuparé de las intenciones de Rajoy. Pero sí estoy de acuerdo con
Juliá, que Iglesias… tenía por seguro que
a Sánchez, en el campo de la izquierda, no le quedaba más remedio que aceptar
un pacto en las condiciones por él establecidas y anunciadas a los cuatro
vientos. Pero no entiendo la contradicción del profesor, si el final de la
película imaginado por el PP y PODEMOS, fuera un C´s fagocitado por el PP y el
Psoe sobrepasado por PODEMOS. De lo
que resultaría, siguiendo esa lógica, un nuevo bipartidismo con el PP y su
satélite en el Gobierno y PODEMOS en la oposición, enfrentado a cara de perro con el Partido popular. ¿Y el Psoe?
¡Aclárese, sr. Santos Juliá! Una cosa es sobrepasar y otra “engullir”. Y no
creo que Iglesias sea la ballena que se tragó al profeta Jonás…
Si lo
que S. Juliá está criticando es la vuelta a la vieja política de la alternancia
bipartidista, debo deducir que lo que propugna (lo cual no me extraña) es lo
que desean Felipe González, el grupo Prisa, el Ibex-35 y el propio Rajoy: el
Gobierno de Gran Coalición (PP-Pesoe-C´s). Pero el error está en la premisa,
sentando la tesis de que el “pacto” firmado por Sánchez y Rivera es el único
marco de convivencia. Otro pacto-marco, según Juliá y otros, sería en mala hora enterrar a Montesquieu. A
estas alturas, me tomaría con cierta sorna que usted, sr. Juliá, que tanto ha
defendido y escrito sobre élla, la Transición y los más de 35 años de
bipartidismo como ejemplo modélico de convivencia democrática, ahora se acuerde
de Montesquieu, afirmando que la intención de estos (nuevos) actores de la
política a garrotazo limpio… (sólo)
actúan (o quieren actuar) como dueños
de un poder o aspirantes a su ejercicio sin medida ni control, y pretenden
conquistar todo el campo para los suyos, aunque sea sembrando de cadáveres
políticos su entorno. Como verá el lector, todas expresiones modélicas para
quien comienza su artículo tachando de “vergüenza” la oratoria parlamentaria…
Por otra parte, tiempo ha tardado el profesor Santos en descubrir la
corrupción en el PP, auspiciada por el bipartidismo, obviando que uno de los
partidos alternantes era el Psoe, con la “invitación”, según convenía a ambos,
del ahora denostado “nacionalismo pujolista”. Pero ahora que ven a alguien,
como PODEMOS, sin “mochila” y como molesto “testigo de cargo”, el sr. Juliá se
una al coro de los que lo quieren hacer desaparecer, como por arte de alquimia,
inventándose todo tipo de “conjuros”, como, por ejemplo, su innata tendencia al caudillismo y, de rechazo, al faccionalismo que,
a las primera de cambio, se ha multiplicado por la división de los líderes
locales, etc., etc… ¡NO HAN ENTENDIDO NADA ESTOS VIEJOS POLITÓLOGOS!...
Y la conclusión lo aclara todo: que tanto el PP, como PODEMOS dejen
gobernar a los del pacto y se vayan a la oposición. El PP, para regenerarse y
renovarse, y PODEMOS, para que se consolide como
un partido para la democracia (¿qué democracia?), que es algo diferente de un movimiento para el mitin, de las gracietas
de asamblea de Facultad y del “acuerdo del beso”. ¿Es que el Psoe, el de
Ferraz y de fuera de Ferraz, no se tiene que regenerar y deshacerse de sus
antiguos y “sabios” barones?...
Pero mucho más raro es que a este ¿nuevo? sistema, el profesor lo
identifique con el sistema pluripartidista que ha elegido la actual sociedad española,… más idóneo para emprender un debate sin
exclusiones… Pero, ¿no son Psoe y C´s, firmantes del pacto, los que están
poniendo “cordones sanitarios” para dialogar con PODEMOS sobre los motivos políticos, económicos e institucionales que nos han
traído a la presente situación, y los medios para salir de ella?...
Amigo Santos Julía, le conozco y sé de su gran inteligencia… Por eso
espero que en un próximo artículo sea más claro…
Manuel Vega Marín. Madrid, 17 de Marzo de 2016. Solicitoopinar.blogspot.com.es
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