martes, 8 de marzo de 2022

ENVIAR ARMAS A UCRANIA, UNA OPCIÓN MUY ENREVESADA

 

   El conflicto entre Rusia y Ucrania no es nuevo. Ya existía, incluso, cuando el llamado “granero de Europa” formaba parte de la extinta U.R.S.S., y el “telón de acero” servía de obstáculo para que los del lado de acá pudiésemos tener una información veraz del mismo. No está demás, pues, dar algunas pistas, especialmente a los españoles, cuya dictadura franquista procuró no sólo mantenernos ignorantes de la relación entre aquellos dos grandes países, sino que intentó hacernos ver que los ciudadanos que vivían allende el acerado telón lo hacían en un territorio satánico. Para el “régimen”, comunistas y masones eran la quintaesencia del mal, y, por ello merecían ser encarcelados o fusilados. Vayan, pues, algunas de esas pistas que pueden ayudar a analizar, más o menos objetivamente, la endiablada situación actual: a) la configuración geográfica y político-administrativa de las actuales Naciones ha sido fruto casi siempre del “derecho de conquista”; b) la exUnión Soviética no es corolario del Marxismo; c) es un tremendo error confundir Marxismo o Comunismo con Estalinismo; d) mucho más gordo es el error de identificar Comunismo con antidemocracia o dictadura; e) gravísimo desacierto sería creer que el Presidente de Rusia es comunista que quiere rehacer la “potencia soviética”, y no un seudo zar deseoso de revivir el imperio zarista; f) Putin es un rencoroso espía de la KGB, que con su forma de gobernar pretende codearse con los oligarcas de la ex”nomenclatura”, que se repartieron los beneficios acumulados en la caída U.R.S.S.; g) por último, no perder de vista el contexto histórico y demás circunstancias que condicionan el análisis. Aún así será muy difícil llegar a una decisión concorde con todas las actitudes u opiniones. Intentar razonar y explicar cada una de esas pistas haría este trabajo interminable, además de alejarnos de su cometido...

   Cualquier ciudadano, al desencadenarse la actual invasión de Ucrania por Rusia, ha tenido que evocar, en lo referente a la dispar actitud de enviar o no armas al Gobierno ucraniano, los debates en el Parlamento alemán sobre la aprobación de los créditos económicos que financiaron la primera guerra mundial de 1914. La votación a su favor de las derechas arrastró a gran parte de la izquierda más potente alemana y europea, lo que facilitó, además del comienzo de la guerra, la ruptura en la izquierda socialista. Algo parecido puede estar pasando en nuestro Parlamento y en el Gobierno de coalición...

   Los ciudadanos españoles no dejarán de equiparar el golpe de Franco de 1936 contra la República y la ayuda prestada en la posterior guerra civil por los gobiernos nazi y fascista de Alemania e Italia, con la decisión de las democracias occidentales. Éstas, con el hipócrita pacto de no intervención, negaron todo tipo  de ayuda armamentística al Gobierno legítimo. La razón esgrimida era evitar una posible mundialización del conflicto armado que la irritación de Hitler podría ocasionar. El mismo Gobierno republicano, inicialmente y comulgando con tal argumento, negó repartir armas al pueblo. Ni se evitó la siguiente 2ª Guerra Mundial, ni las autoridades locales que mantuvieron no armar al pueblo, se libraron de ser fusilados por el ejército sublevado.

   Es casi imposible, por otra parte, no ver similitud entre la humillación sufrida por el pueblo alemán en el Tratado de Versalles,  de la que se aprovechó Hitler para  su subida al poder, envalentonándose para iniciar, vengativamente,  la 2ª Guerra, y la gestión vergonzante de occidente en el hundimiento del régimen soviético. No nos parece,, sin embargo, que sendos depresivos puedan justificar el genocidio causado por los líderes Hitler y Putin.

   Igualmente es imposible no comparar la guerra y el bombardeo de Irak por Bush con el brutal ataque que Putin en estos días está realizando contra Ucrania. Ambos fatídicos hechos carecen de un mínimo apoyo del Derecho Internacional. Precisamente, de la guerra contra Irak surgió grito del “No a la guerra” hace casi 20 años. Cualquier ciudadano pacifista, sin raros intereses y fanatismos económicos o ideológicos, seguirá siendo fiel a tan clamoroso grito. Incluso, tanto los que se oponen al envío de armas a los resistentes ucranianos, como los partidarios de armarlos. La cuestión es poder tomar a priori  una opción definitiva sobre un asunto en el que se entrecruzan  elementos de Derecho, de comportamiento institucional, de raciocinio frío y sentimientos calientes, etc. Ni siquiera los respectivos contextos históricos de uno y otro acontecimiento facilitan una opción definitiva. El elemento “eficacia”, en el sentido de contundencia que toda guerra conlleva, siempre cae de parte del vencedor, independiente de si la parte vencida haya sido ayudada o no. Así, y siempre a posteriori, es como podemos comprobar tal “eficacia”... Pero, con el armamento nuclear de que se dispone hoy día, podemos aseverar anticipadamente que, si a alguno de los contendientes se “se le va la olla”, y “toca el botón”, ni siquiera tendríamos la ocasión de poder comprobar la eficacia de la guerra para solucionar los conflictos humanos...

   Es cierto que todo pueblo atacado ilegalmente y al margen de las instituciones, tiene todo el legítimo derecho a defenderse e, incluso a que se le preste ayuda armada. La cuestión es saber si esa ayuda tendrá la utilidad deseada.  En abstracto, hay teorías para todos los gustos. Es fácil “estirar” el lenguaje, usando circunloquios, etc. para justificar cada una de las posibles opciones. La dificultad, como siempre, está en la práctica... Me gustaría ver a muchos de los que defienden la opción armamentística desde el cómodo sofá y de la acomodaticia lógica, si tendrían el valor de empuñar un fusil...   Lo que sí me parece deshonesto es convertir en enemigo a quien no piense como uno. Y así, los mismos de siempre están aprovechando para atacar al Gobierno de coalición por la divergencia de opinión en su seno, e, igualmente, dentro de Unidas Podemos. Hay que tener en cuenta que hasta un rato antes nuestro Presidente Sánchez defendía el no envío de armas al pueblo ucraniano, para, después, cambiar de opinión por presión de la OTAN y otros países...

   No es, pues, tan descabellada la opción de la Secretaria General de Podemos, junta a la de otros relevantes personajes nacionales e internacionales. Entre otras cosas, porque la negociación político-diplomática, con todo tipo de presión y de otras ayuda, no está reñida con, incluso, la ayuda armamentística, si ésta no supone el más mínimo riesgo de un daño mayor...

   Me atrevo a pensar que, si la OTAN no ataca a Rusia a pesar de su invasión de  Ucrania, no es porque esta Nación soberana no esté integrada en ella, sino por temor a que una actitud ofensiva contra la Rusia nuclear pueda hacer estallas una 3ª Guerra, en este caso nuclear... Esta institución militar defensiva no tuvo inconveniente, junto con la “pasividad” de la ONU, en inventarse una fórmula, que hipócritamente, “legitimara” el bombardeo y la guerra de EE.UU contra Irak.

   Me cuesta entender, además, que el principio pacifista del no a la guerra, caracterizador de la izquierda, sea un síndrome de un dogmatismo infantil, como algunos creen. No es correcto decir que este principio excluye al del legítimo derecho de defensa; y que un pacifista consecuente debe cambiar o anteponer el primero por el segundo cuando el Derecho y la Diplomacia lo autoricen o permitan… Tal actitud, además de utilizar la flexibilidad del lenguaje y dar vueltas en una legalidad abstracta, podría evidenciar un descarnado oportunismo...

   Por último, me gustaría insistir en la necesidad que la Unión Europea tiene de crear su propio organismo defensivo-militar. La tradicional lucha entre EE.UU y Rusia por el liderazgo mundial está siendo sustituida por una nueva rivalidad entre EE.UU.y China. A los intereses comerciales norteamericanos les viene muy bien desprenderse del Viejo Continente mientras sigan, no sólo comandando la OTAN, sino ampliarla integrando a los Países que, desaparecido el Pacto de Varsovia, aún no  pertenecen a aquella institución, como es el caso de Ucrania. La UE debiera esforzarse por salir de esta situación bélica cuanto antes, y en vez de seguir debilitándose en el tradicional pulso que EE.UU. mantiene con Rusia, debería interesarse en atraer a Rusia y al resto de Países del lado de acá de los Urales, que estuvieron en el radio de influencia de la desaparecida Unión Soviética. Los EE.UU saben que, más temprano que tarde, la actual tensión que mantiene con Rusia será sustituida por el enfrentamiento con China; de ahí su interés en debilitar a Rusia, expandiendo la OTAN hasta las mismas frontera del Estado que preside Putin. No es que defendamos su genocida acción contra Ucrania, ni mucho menos su ideología ultra. Pero, desde su punto de vista, vale considerar el derecho y la responsabilidad de defender a sus conciudadanos ante los misiles americanos que le amenazan “frente a su casa”.

   Estoy casi seguro que el Presidente ruso, haciendo alarde de su fuerza militar, no hubiera iniciado la guerra, si en vez de la hipócrita e interesada pasividad de EE.UU y su brazo armado, la OTAN, se hubieran avenido a negociar un gran espacio neutral y permanente entre ambos. Pero a los norteamericanos les conviene más los negocios que pueden hacer con una Europa dependiente de sus productos, y una Rusia débil, en pro  vencer de su contienda con China...

   Ahí lo dejo, no sin antes recomendar la lectura de dos excelentes artículos: No a la guerra casi 20 años después de Irak: pacifistas ortodoxos frente a partidarios de la legítima defensa, de Fernando Varela en infoLibre.es de 5-3-2022 y Europa vencida, de Sixto Jiménez en elDiario.es de 7-3-2022...

 

 

   Manuel Vega Marín. Madrid, 8, Marzo, 2022     www.solicitoopinar.blogspot.com.es

 

 

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