martes, 10 de noviembre de 2020

ASOCIACIONES DE CATÓLICOS LGTBI ILUSIONADOS CON LAS PALABRAS DEL PAPA

    En el periódico digital infolibre de hoy, 1-11-20, Ángel Munárriz en una larga columna expone lo que puede considerarse también un largo listado de frustraciones de estos ciudadanos “ilusos”, confiados más en las opiniones personales de algún jerarca, que en lo que establece la dogmática oficial de la Iglesia Católica. Se refiere,  Munárriz a unas declaraciones que hizo el actual Papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires, a favor de dar cobertura legal a las relaciones entre personas homosexuales, y publicadas recientemente.

   En octubre de 2016 escribí, creo que a raíz de unas declaraciones del cardenal Blázquez, entonces Presidente de la Conferencia Episcopal española, un artículo titulado A la Jerarquía católica le sigue obsesionando el sexo (solicitoopinar.blogspot.com.es). Hoy, al iniciar este trabajo, he dudado en titularlo “Los homosexuales católicos siguen obsesionados con la obsesión de la Iglesia Católica”... Y es que, respetando, por supuesto, su buena fe y sus creencias religiosas, no alcanzo a entender tal obstinación en una religión que niega a estas personas su propia constitución natural. Ello en base a unos prejuicios, más que principios, sin justificación evidente en los Evangelios, y, mucho menos, en la Antropología científica. Me pregunto si la institución católica, en su afán de estar presente en todos los sectores sociales y vitales, no los utiliza de pantalla, de la misma manera que presume, cuando le interesa, de otros cristianos de base comprometidos.

   No puedo comprender, si no es por debilidad o por neurosis masoquista, que se acepte sin recompensa cierta, convertir esta vida en un “valle de lágrimas”, reprimiendo el legítimo placer sexual, y, encima, amenazado de condena eterna, si pecas practicándolo. Sólo ello es posible viviendo en un permanente e insano desdoble de personalidad, por causa de que unos jerarcas hipócritas consideren que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados sin base científica alguna. Sin embargo, y quizá por la represión “teórica” de la sexualidad, es la institución donde más se practica, no ya  las relaciones homosexuales,  sino algo peor como es la pederastia...  Creo que era el Papa Ratzinger quien decía, cito de memoria, que la actividad homosexual impide la propia realización y felicidad porque es contraria a la sabiduría creadora de Dios... Estas palabras me sugieren algunas preguntas: ¿por qué lo sabe y cómo está tan seguro de ello? ¿No sería más lógico pensar en el fracaso de Dios creador si aceptamos que un tercio de la Humanidad no pertenece a ninguno de los dos géneros tenidos por naturales?...

   Está bastante estudiado por el Psicoanálisis que los hombres no sólo actuamos en pro de objetivos factuales presentes o futuros, sino que una gran parte de nuestra conducta nos viene motivada desde otras instancias, bien subjetivas o trascendentales. En la vida del hombre subsisten verdades –decía en mi escrito citado anteriormente- que sin ser verificadas experimentalmente, como las creencias, ejercen mayor influjo en su comportamiento particular, que otras más contrastadas empíricamente. Decía Freud que, muchas veces, la significatividad pesa más que la objetividad...

   No pretendo en este momento hacer una crítica a la Religión. Sí criticar a los que pretenden usarla como si ésta fuera una especie de psicoanálisis colectivo inútil, cuando, cual neurótico, se intenta vivir conscientemente de espaldas al principio de realidad. Y vivir con la expectativa ilusionante de la opinión privada, aunque sea de un Papa, incapaz él mismo de contravenir el dogma y la doctrina oficial sustentada en una larga tradición, es como “vivir en Babia”...  

   Mucho menos pretendo privar a los participantes o militantes de una asociación, ONG o partido político de su derecho y deber a procurar mejorar y adaptar sus estructuras internas y  su actividad externa a los cambios socioculturales, que, en cada momento, los ciudadanos demandan con el propósito de ajustarlas a una óptima solución de sus problemas. No existe obra humana que no sea perfectible, aún teniendo que modificar principios o normas no dependientes de los avatares cotidianos. En este caso,  como la filiación es libre, lo mejor que puede hace un militante al llegar a esa situación es darse de baja antes que dañarse a sí mismo, perjudicar  a la propia asociación y a los compañeros que siguen participando...

   Cuando hablamos de una religión concreta, como la Católica, que, aunque sus miembros son humanos, y desarrolla su actividad entre ellos, lo hacemos de una agrupación regida por principios y axiomas revelados por un Dios trascendente, cuyo objetivo es alcanzar la “otra” vida, sólo si sus feligreses conforman su vivir terrenal a esas “verdades” reveladas, muchas de ellas estereotipadas  en dogmas, interpretables sólo por la autoridad eclesial, dejando muy poco margen a sus fieles para mejorar su situación terrenal. Existe un dicho, no desmentido oficialmente, que asevera que fuera de la Iglesia no hay salvación... Por si fuera poco, aunque escasamente utilizado, el Sumo Pontífice, entre sus atributos, goza del dogma de la “infalibilidad” ex cathedra. Hubo un tiempo de poderío monopolístico en el que la Iglesia no dudó en proferir “anatemas” contra el saber científico, o de declarar “herejes” o quemarlos en la hoguera a quienes no “comulgaban con ruedas de molino”...

   Por suerte, esos tiempos tenebrosos ya pasaron. Incluso, de vez en cuando, los cardenales, reunidos en cónclave “secreto”, pero presionados por diferentes intereses políticos, territoriales, económicos, etc., eligen a su máximo dirigente más conveniente... Pero, a veces, “la paloma” les contradice y les confunde de tal manera, que, como ocurriera con Juan XXIII o el actual Francisco, elegidos como “de transición”, sorprenden, bien convocando un Concilio, bien escribiendo Encíclicas o pronunciando declaraciones, merecedoras de ser tachadas por la “caverna” o los medios más retrógrados de peronistas o comunistas... Algunos fidelísimos, ni eso; aluden a su Papa por “ciudadano Bergoglio”...  Y es que  a los poderes fácticos no hay Espíritu Santo, por mucho que se disfrace de pájaro, que pueda contradecirles. Así que, después de la “borrasca”, quizá provocada, para continuar ilusionando a muchos fieles incautos, viene la calma... ¡Todo seguirá igual!...

   No obstante, considerándome agnóstico, como mínimo, sigo considerando, tanto a la Religión, como al Mito, fenómenos provisionalmente eternos, necesarios psicológicamente, a unos más que otros, para el desarrollo del hombre y de la civilización. Pero creo también que se puede vivir una vida con pleno sentido, sin tener que gastar energías psíquicas en una religión concreta, muchas de cuyas “verdades dogmáticas” son imposibles de cumplir... Así que, humildemente, sugiero a los católicos LGTBI que gasten sus energías psíquicas en otras luchas....

 

  Manuel Vega Marín. Madrid, 2, Nov., 2020   www.solicitoopinar.blogspot.com.es

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