Tanto en la vida real, como en la ficción
existen parejas, cuyos personajes “segundones” se conforman con su papel del
encumbrar al amigo o señor, y quienes se revuelven contra el papel que le ha
tocado en el reparto. Una similar conducta podemos observar en ambos universos.
En la ficción literaria recordaremos a Don Quijote y Sancho y a los personajes
Crispín y Leandro, de Los intereses
creados de J. Benavente. La historia real nos ofrece muchos ejemplos de
parejas similares; pero basta con citar a Alfonso Guerra y Felipe González en
el pasado inmediato. En la política actual destacan Íñigo Errejón y Pablo
Iglesias. Hasta la frase pronunciada por Crispín, Para salir adelante con todo, mejor que crear afectos es crear
intereses…, al final de la farsa de don Jacinto, parece tener su “paralela”
en la pronunciada por Pablo Iglesias, de que a la política no se viene a hacer amigos… En estas dos últimas
parejas ha sucedido al revés: eran amigos, y la política rompió sus afectos por
mor de los intereses…
En principio, siempre he creído que el “líder” nace, y que, por mucho
que hoy se empleen técnicas para crear la figura del líder, si no hay “materia
prima”, a lo más que podrá llegar el que lo intente, es, en frase de Ayton
Senna, a ser el primero de los perdedores. Debe existir como una barita mágica,
que, con sólo rozar al “elegido”, le asigna su sitio en la vida.
Íñigo Errejón fue cofundador de PODEMOS. Como todos sabemos, un
movimiento heterogéneo, aunque unido por el pegamento era la indignación ante
la corrupción sistemática en que había devenido el régimen de la Transición.
Tal aglutinante fue en lo que, posteriormente y con todos los matices, se convirtió PODEMOS. Hasta el presente, la
asamblea nacional que sienta las bases de su organización, después de mucho
debate y discusión de las múltiples opciones de programas y dirigentes
ejecutores, fue Vistalegre II. En dicha
foro, Errejón, como otros dirigentes con sus correspondientes grupos, tuvo la
gran ocasión de poner de manifiesto su “madera” de “líder máximo” frente a su
amigo Pablo Iglesias. El resultado de la votación final también lo sabemos: 70%
para Pablo, 30% para Íñigo. Y todo parecía haber terminado felizmente entre
efusivos abrazos y gritos de ¡UNIDAD! ¡UNIDAD!... El ganador, Pablo, fue generoso
con su amigo, y le ofreció la candidatura a presidir la Comunidad de Madrid.
Todo parecía marchar bien, hasta que Íñigo Errejón fue “seducido” por la
exitosa Alcaldesa, Manuela Carmena y sus magdalenas. Habiendo desoído
anteriormente los cantos de sirena de su amiga y cofundadora Bescansa, esta
vez, aun siendo el número dos del partido y “mano derecha” de Iglesias, no dudó
un segundo, en la antesala de las elecciones de 26-M, confiado en no tener que
agradecer a Iglesias su triunfo, sino a los ecos exitosos de Carmena en el
Ayuntamiento, que lo confirmarían como Presidente de la Comunidad, se le
desatan las bilis de la venganza, y se adhiere a la plataforma electoral,
creada individualmente por Manuela, Más
Madrid. Es un gesto despreciativo de la plataforma Ahora Madrid, formada por ediles de Podemos e IU, que le había
proporcionado los éxitos en la política municipal y ciudadana. Sobre este tema,
el lector podrá leer en mi blog varios artículos que escribí con los títulos Una traición en toda regla, y A pesar de todo…, ha habido traición,
de 19 y 28 de Enero, 2019 respectivamente.
En el primero de los citados escribí:
“Un partido de izquierda con un programa
serio para cambiar la sociedad, no puede conformarse con sólo poner los medios
tácticos para ganar elecciones; debe tener una estrategia basada en sólidos principios,
aunque sea un proceso más lento, para cambiar la conciencia de las gentes.
Sabemos que desde el poder es más fácil cambiar la sociedad; pero también que
esos cambios, casi siempre superficiales, duran mientras otra alternativa llega
al poder”. Mucho menos, creando plataformas electorales en torno a un
individuo, por mucho que su gestión político-administrativa ha sido un éxito.
Es lo que ha hecho Manuela Carmena, creando, desde el éxito Ahora Madrid, la plataforma Más Madrid, a la que se ha unido Errejón,
pensando en “salvar” a la patria, y evitar en Madrid (Comunidad y Ayuntamiento)
lo ocurrido en Andalucía con el triunfo de las derechas.
Pero el resultado electoral de 26-Mayo ha confirmado la continuidad de
las derechas en ambas instituciones madrileñas. Nunca sabremos si el rotundo
fracaso de ese “invento” se hubiera producido igual sin la ruptura con Podemos.
Pero lo contundente es el resultado empírico obtenido. Lo que sí podría haber
calculado Errejón a priori, era el riesgo que corríamos todos los
madrileños de perder muchos de los derechos conseguidos tras largas y duras
peleas, si, como así ha sido, la derecha y la ultraderecha se instala en las
instituciones.
Errejón y los suyos no sólo no han reconocido la traición que su
actuación supuso para Podemos, sino que ni siquiera han hecho la más mínima
autocrítica de su fracaso. “Íñigo Errejón no puede negar que ha sido tratado
con mimo en el interior de PODEMOS; mimo que han aprovechado, desde el
exterior, otras fuerzas, que no han parado de intentar seducirlo, hasta hacerlo
caer rendido a los brazos de una doncella, que, por muchos méritos propios que
tenga, no debiera olvidar que muchos de ellos se los debe a quienes, primero la
propusieron para la Alcaldía, la votaron después los electores de PODEMOS, y,
una vez obtenida la alcaldía, ha conseguido grandes éxitos, ayudada por
concejales de UP, a los que no ha dudado de segregar de PODEMOS”.
Por supuesto que en una sociedad democrática cualquier ciudadano puede
fundar un partido político con el que presentarse a elecciones. Así se lo ha
reconocido, sin acritud, a Errejón su examigo P.Iglesias. Pero lo que no es
serio es no respetar la democracia y el debate interno y el resultado de
Vistalegre II. “Ni el claro vencedor se ensañó con el claro perdedor, ni éste
fue “abucheado” como tal, sino que ambos se dieron un baño de multitud entre
los militantes que gritaban, desgañitándose, ¡unidad, unidad, unidad!...” Pese a todo ello, y después de no
hacer autocrítica por el fracaso en Madrid, ahora vuelve a repetir la jugada,
pretendiendo “salvar” a España del bloqueo en que la ha metido Pedro Sánchez y
los poderes fácticos a los que obedece.
El orgullo y su creencia en que llegará alto en política nublan la
inteligencia de Errejón. No ve o no quiere ver que las magdalenas con las que
le cautivó Carmena no tienen los mismos ingredientes que los pasteles con que,
sin haber desistido nunca de dañar a Podemos, pretenden seducir a ïñigo. Íñigo
no debiera nunca olvidar los furibundos ataques que él mismo recibía de esos
“pasteleros” cuando aún militaba en Podemos…
Íñigo Errejón no debiera “hacer el juego” a la
derecha visitando platós de televisiones o multiplicándose en entrevistas de
radios, que siempre han estado desprestigiando a PODEMOS desde su nacimiento.
No debería recurrir al marketing para justificar unilateralmente su “fechoría”.
Si algo de Podemos lleva en su ADN, debería evitar echar más carne a esa jauría
de medios, que, precisamente, aprovecharán su presencia para seguir machacando
a PODEMOS y denigrando sus políticas. Es mucho más honesto explicar a la
ciudadanía cuáles son sus proyectos políticos, ya que no se atrevió a comunicar
y debatir en la Ejecutiva, poniendo por
escrito, si fuese preciso, las diferencias de la “plataforma” Más Madrid, actualmente Más
País, y aclarar sus diferencias
con la sustituida Ahora Madrid, y con
lo que siguen siendo las políticas de Unidas Podemos. Será un error histórico
imperdonable a Más País y a su líder,
que, queriendo mantener o recuperar las esencias del 15-M, según Errejón,
adulteradas por Pablo Iglesias, se siga con la política de “fagocitación”
practicada por los partidos de izquierdas, siempre promovida por las derechas
en beneficio propio.
Dice Pérez Royo (El partido de Errejón, eldiario.es de
23-9-19) que por culpa de Iglesias y del tono de la carta con que se dirige a su amigo, sin que dicha
misiva fuera producto de una decisión colegiada de la dirección de Podemos, Más Madrid dejó de ser la fórmula electoral
de Podemos para las elecciones municipales y autonómicas de Madrid, y se
convirtió en el partido de Errejón. Pero no estoy de acuerdo. Pues en el
Ayuntamiento ya existía una plataforma, Ahora Madrid con la que la Manuela Carmena
ganó la Alcaldía, y se auguraban buenos resultados para las elecciones de 26-M.
La Alcaldesa, apropiándose de los éxitos obtenidos por su heterogéneo equipo,
individualmente decide crear la “plataforma” Más Madrid, y consigue a traer a la misma a Íñigo Errejón, que, aun
habiendo sido designado por Podemos candidato a presidir la Comunidad, éste no
olvida su derrota en Vistalegre II, y ve la ocasión para vengarse del triunfo
de su amigo Pablo. El resultado no sólo no fue el esperado, sino que, ahora, sin
haber hecho la más mínima autocrítica, Carmena se ha ido a su casita, y Errejón
“abandona” la Comunidad en la que hasta hace dos días había concentrado todos
sus intereses y objetivos, saltando a la política nacional, sin estructura, sin
programa y a la ligera. Esta actitud pone en evidencia una repetición del mismo
espíritu de venganza de su fracaso en Vistaalegre. Con el solo objetivo de
atraer la “abstención” de la izquierda enfadada o de desbloquear la política
nacional no se puede justificar su presencia electoral, a sabiendas que, al
menos objetivamente, es mucho mayor el daño ya ocasionado en la clásica
desunión de la izquierda. Como prueba basta ver cómo todos los aparatos y
medios de comunicación atacaban a Errejón con igual virulencia que a Iglesias,
mientras militaba en Podemos. Lo mismos sectores y medios atacantes comenzaron
a elogiar a Errejón y le invitaban constantemente a aparecer por los platos y
portadas desde que salió Más Madrid.
Los mismos que ahora y de cara al 10-N aplauden su presentación a esas
elecciones, aunque todavía no se supiera ni el nombre con el que concurrir,
dónde y con quién, ni mucho menos un programa bien estructurado y discutido y
diferente de UP para proponer a los españoles. Lo que indica el oportunismo de
su “lanzamiento”, a pesar de que detrás del mismo están las fuerzas fácticas
que quieren la continua fragmentación de la izquierda. Han visto que el
orgullo, la venganza de este “aniñado” candidato son elementos que facilitan su
manipulación.
Errejón, pues, ayudado por todos los aparatos mediáticos y los poderes
fácticos que, tras ellos se ocultan y financian, sin programa de gobierno
debatido por las bases (¿las tiene?), sin una estructura de partido y sin
líderes nacionales, en un gesto sin precedentes, está recorriendo las
diferentes circunscripciones electorales, aprovecharse de los descontentos con
la Dirección Nacional de Podemos y de los éxitos de su anterior partido. Es de
vergüenza que el domingo 22, unos 500
militantes, a mano alzada, en el Centro
Cultural Galileo, sin ni siquiera la presencia de Errejón, decidieran concurrir
a la generales de 10-N. Igual de aberrante es que, antes de la confirmación del
líder o del nombre del partido, el grupo valenciano de Compromis,
contraviniendo los deseos y las negociaciones que lleva con Iglesias la máxima
representante en la Comunidad, Mónica Oltra, tenga que aceptar la decisión de
la Ejecutiva de Compromís del lunes 23, y en un simulacro de consulta a las
bases, sin debate, y en menos de 24 horas, se confirme la decisión, votada por
2300 (42% de los afiliados), de los que poco más de la mitad lo hacen
afirmativamente (70%). Se ve la mano de Joan Baldoví por asegurarse su escaño
en el Congreso, prometido por Errejón, después de haber perdido varios escaños
por no querer formar subgrupo dentro de Unidas Podemos.
La irrupción de Más País hace
trizas al partido ecologista EQUO en una irregular consulta a sus bases,
provocando la dimisión de uno de sus fundadores, López Uralde, que ratifica su
compromiso con UP, y cuatro directivos más. Aquí no ha sido una mano siniestra,
sino el culo inquieto de Inés Sabanés, que, siendo del partido verde, actuó
como portavoz y promotora de la asamblea en Galileo que decidió integrarse en
la plataforma de Errejón. Es una forma de asegurarse el 2º o 3º puesto en la
lista por Madrid el 10-N.
En este “deshielo” siguen la región de Murcia y la Chunta Aragonecista.
¡De oca a oca, y tiro porque me toca!...
En un país como España, de estructura territorial y cultural diversa, un
partido “abierto” y descentralizado como Podemos es el modelo ideal para que
esa diversidad pueda coordinarse en un proyecto estatal, capaz de vincular y
vehicular los diferentes proyectos de comunidades y regiones. Es el papel
desempeñado por las “mareas” y “confluencias”, que parece ser que ha entrado en
crisis. Espero que sea sólo de crecimiento. Pasada la cual, el objetivo de
Podemos, más que dividir, debe ser sumar. Como afirma Pérez Royo, Unidas Podemos tiene que ser el proyecto con
el que puedan conectar todas las fuerzas de izquierdas, que, de lo contrario,
no tendrán visibilidad para poder alcanzar representación en el Congreso de los
Diputados y serán estériles para la formación de Gobierno… Hay, pues, que recuperar la confluencia de un proyecto
de gobierno de izquierda estatal con múltiples matices con raíces en las
izquierdas de las nacionalidades y regiones (“No
siempre la mejor defensa es un buen ataque”, 22-9-19).
Pero para que ese proyecto estatal no se desmembrara como una matrioshka
rusa a la menor ventolera electoral, el “pegamento” que ensamblara los
“subproyectos” de mareas y confluencias, debería ser rígido como una barra de
acero y flexible como un tallo de junco.
Gracias que Adelante Andalucía nos permite terminar este artículo con un
rayo de luz…
Gracias por este artículo tan esclarecedor en estos momentos de tantos relatos.
ResponderEliminarUn buen artículo muy esclarecedor..Debería propagarse por las redes...
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