Los “topos” de Pedro Sánchez no
sólo siguen en Ferraz, sino que alguno ha logrado introducirse en su Gobierno.
Estuvieron al lado de Susana cuando lo defenestraron de la Secretaría General;
mantuvieron sumisos sus respectivas poltronas aprovechando el “tirón” que
supuso la vuelta de Pedro, pero conservan intacto su deseo de venganza por la
victoria que los militantes socialistas de base supuso sobre la vetusta cúpula
del partido. El lector ya habrá adivinado a quiénes me estoy refiriendo.
Descontando a Susana, cuya “derrota” son las barbas del vecino, estoy hablando
de los “barones” Fernández Vara,
Presidente de Extremadura, García-Page, de Castilla-La Mancha y de
Javier Lambán, de Aragón. Todos ellos forman parte del grupo que perdió las
primarias frente a Sánchez, y no escatiman “puntada”, aunque tangan que
criticar, como lo hacen los líderes de la “derechona”, a los partidos que
apoyaron la moción de censura, que llevó de nuevo a la Moncloa al Psoe. Las
declaraciones de los dos últimos pidiendo la ilegalización de los partidos
independentistas, ponen en evidencia su interés más por mantenerse en sus
poltronas, que por mantener la Democracia o solucionar el problema catalán.
Antes que tener que remojar sus barbas, no les importa -al menos es lo que sus
conductas objetivamente indican-, que rasuren las de Pedro Sánchez. Ven la
salida de Susana de San Telmo como un preanuncio de la posible pérdida del
Gobierno de sus Comunidades en las próximas elecciones autonómicas. Vara ya vio
cómo el PP de Monago le arrebató el gobierno al Psoe por el continuo desprecio
de IU; cómo García-Page o Lambán mantienen sus presidencias a los apoyos Unidos
Podemos. Su convencimiento de que sólo ellos son la Izquierda, les
ciega para no ver que sus programas políticos, en la práctica, poco se
diferencia de la derecha. E incluso, no les importó apoyar la investidura de
Rajoy, a pesar de la ruptura que se produjo en el grupo parlamentario del Psoe,
o, como en Andalucía, buscar el apoyo de Ciudadanos, después de aprobar los
presupuestos con la IU de Valderas al comienzo de la anterior legislatura
.
Antes que hacer autocrítica por el incumplimiento constante de su
programa electoral, y en la confianza de que, si la otra izquierda
numéricamente puede, le echará una mano antes de dar paso a que gobierne la
derecha, o, sin escrúpulo apoyarse en ésta para seguir gobernando, ahora tienen
que soportar el hastío de los andaluces, que, después de 37 años, todo el
tiempo de la democracia, gobernando Andalucía, siendo esta Comunidad la más
rica y poblada del Estado, sus habitantes tienen que sufrir los grandes atrasos
en todos los sectores de la vida, comparando proporcionalmente con otras
Comunidades. Los que conocemos un poquito Andalucía, sabemos que la derecha
allí es la que es y siempre ha estado, y, aún siendo menos “derechona”, nunca
ha podido gobernar. Si esta vez tiene muchas posibilidades de hacerlo, es
gracias al hartazgo de esos más de 700.000 mil votantes de izquierdas que se
han abstenido. De ese hartazgo se ha aprovechado la derechona, que traspasando
votos de la derecha de siempre a una supuesta nueva derecha, y, a pesar de su
aparente división y de la distorsión de la ley d´Hondt, difícilmente va a dejar
pasar la oportunidad, aunque tenga que pactar con el facherío de Vox, de
gobernar por primera vez Andalucía. Si Susanita hubiera sido más humilde y
desde el primer día de campaña hubiera buscado la complicidad y posibles
confluencias con Adelante Andalucía, ahora no tendría que estar llamando
inútilmente por teléfono a Teresa Rodríguez, o suplicando a Ciudadanos que
vuelva a apoyarla. Una vez más la izquierda ha confiado en que la derecha
respetaría la legalidad y los usos democráticos que tanto ha criticado estando en
minoría en la oposición. En cuanto los números les han dado la oportunidad, se
han olvidado de lo que tanto repetían de que gobierne la lista más votada. Ya
lo incumplió Casado en las primarias del PP frente a Soraya Santamaría , y
ahora lo volverá a repetir, con la mirada extraviada de Ciudadanos. Ya no
hablan de “pacto de perdedores” de los que gobiernan. Incluso, se les ha
olvidado su empeño en cambiar la ley.
Lo triste es que el problema de Cataluña se ha introducido en la campaña
andaluza y va a seguir mediatizando las próximas elecciones. Y digo triste,
porque el problema de Cataluña no sólo afecta a los catalanes, sino a
extremeños, andaluces, murcianos, etc., etc. en cuanto tales ciudadanos;
también afecta, y mucho, a la democracia española, y, desgraciadamente, por el
uso indecoroso que las fuerzas reaccionarias hacen de él, a sabiendas de que la
solución del conflicto no es tan simple. Ni el inmovilismo de Rajoy, primero,
ni la aplicación después del 155 han aportado nada positivo, sino todo lo
contrario, estando lo peor por venir. Si a ese impúdico uso se unen dirigentes
de fuerzas progresistas por un puñado de votos, o algunos líderes para saciar
su sed de venganza, ¡apaga y vámonos! Los señores Lambán y Garcia-Page, con esa
forma de pensar, no sólo evidencian una mentalidad poco “socialista”, sino que el
modelo que tienen de democracia es el de aquel invento, al que el franquismo recurrió para ocultar su
autoritarismo: “democracia orgánica”.
¿Realmente estos “sociatas” sufrieron la clandestinidad? ¿Han preguntado, al
menos, a sus compañeros que estuvieron presos o “clandestinos”? ¿Habrá que
recordarles a estos políticos que en una Democracia Constitucional, quien
excluye del juego político a los que piensan diferente es el pueblo soberano con su voto? ¿Han
repasado, si quiera por encima, estos que cobran de la política, la Ley
Orgánica 6/2002 de Partidos políticos? Pues esta norma que se aprobó con el
voto del Psoe, dice en su exposición de motivos, que es garantizar el
funcionamiento del sistema democrático,…
impidiendo que un partido político pueda de forma reiterada y grave, atentar contra ese régimen democrático de
libertades, justificar el racismo y
la xenofobia o apoyar políticamente
la violencia y las actividades de las
bandas terroristas. ¿Es que la actitud de los independentistas
catalanes tiene algo que ver con todo esto?
Vale ya de seguir echando gasolina al fuego. El “tema catalán” ni es
nuevo, ni tiene fácil e inmediata solución; pero mientras todos los partidos,
los nacionalistas o estatalistas, no se pongan manos a la obra, cada elección
que haya se convertirá en un rio revuelto, en el que la pesca de votos será
aprovechada por unos para ocultar su propias corrupciones, otros para llegar al
“poder”, y otros, para afianzarse en él… Todo menos hablar de los problemas
reales de los ciudadanos: paro, educación, sanidad, pensiones, etc., etc. Es
mucho más rentable a corto plazo y electoralmente, aludir al fanatismo
“patriotero” y visceral de los del ¡a por
ellos!, ocultando así el incumplimiento de los programas electorales. Si de
ilegalizar fuese el tema, más les valiera a estos “ilegalizadores” mirar hacia
los “trillizos” del los que Aznar reivindica su paternidad putativa, uno de
ellos condenados ya por los Tribunales.
Y, ¿qué decir de Borrell? Nuestro actual ministro de Exteriores, nunca
ha negado su “jacobismo”; pero, siendo catalán, debería, cuanto menos, reconocer y respetar el
sentimiento de nación que estremece a muchísimos de sus coopaisanos. Debe de no utilizar metáforas
como la del “ibuprofeno”, que lleva a interpretar que es más fácil utilizar el
bisturí del 155, que perder el tiempo recetando analgésicos… No sé por qué se
enfada tanto cuando alguien le llama “facha” por juntarse en las
manifestaciones con algunos muy destacados de ellos. Como miembro del Gobierno,
mejor actuaría si juntara el hombro en el esfuerzo por el diálogo que están
haciendo el resto de sus compañeros, en vez de comportarse, objetivamente, al
menos, como un “topo”. Por cierto, ¿se ha apeado de su orgullo para pedir
perdón a sus compañeros parlamentarios catalanes por lo del falso escupitinajo?
¿Ha rectificado lo de “los cuatro indios” que mataron los yanquis? Luego se
quejará de que le tilden de “histrión”, como al exportavoz del PP, R.Hernando,
o de ignorante de la Historia, como al “masterisado”, P. Casado….
En fin, si poco hizo el Psoe por echar al PP de la Moncloa, e instalar
a Pedro Sánchez en el Gobierno mediante
la moción de censura, por lo menos, ningún miembro del Ejecutivo ni ninguna
tendencia interna del Psoe, deberían escatimar esfuerzos en afianzarlo hasta
que se les pase al PP y a su “marca blanca”, Ciudadanos” el amargo desahucio
del “palacete”… Deben ser conscientes de que, como afirma Pérez Royo, desalojar a Pedro Sánchez de la Moncloa e
imponer un “estado de excepción permanente e indefinido” en Cataluña es la
propuesta de la derecha española menos extrema, ya que la de la más extrema, es
la supresión pura y simple del reconocimiento del derecho a la autonomía con
carácter general en todo el Estado, que es la propuesta de VOX (Estado de excepción permanente,
eldiario.es, de 14-12-18).
Es este respecto, los “barones disidentes” del Psoe debieran tomar
ejemplo del gran esfuerzo del PODEMOS y su Secretario General, Pablo Iglesias;
el flotador, en palabras de López
Agudín (Urkullu y la mayoría perdida de
Sánchez, público.es de 14-12-18), que
le tiende Urkullu, para no tener que subirse
(p. Sánchez) a la barca de Caronte
que es el 155. Ejemplar fue también fue el discurso del portavoz del PNV,
sr. Esteban, en apoyo al Gobierno. Hasta los portavoces catalanes, si bien se
leen entre líneas, mostraron un deseo urgente de diálogo.
Pero, para terminar, si los “barones” no creen en la sinceridad de la actitud
de los citados anteriormente, léanse las declaraciones en El Mundo de hoy, de su compañero y ex Presidente Zapatero, en las
que considera un error llamar “golpistas” a los independentistas o aplicar,
antes que dialogar, el fatídico artículo 155. Me limitaré a transcribir unas de
sus respuestas: La reacción de la
democracia no puede ser excluirlos del concurso democrático (a
independent.). En absoluto. La reacción
inteligente es convencerlos, reconocer que hay un problema, en el que ellos no
tienen casi ninguna razón desde nuestra perspectiva, pero no estamos ante algo
casual ni minoritario. Y en un país donde algo no es casual ni minoritario, la
respuesta de la política debe ser política. El Código Penal no va a dar la
solución, la solución tendrá que venir de la mano de la política…..
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